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A Jackie le encantaba irse a dormir por la noche.

Antes de arroparla, su mamá le ayudaba a caminar con sus manos hasta la cama.



Una noche, Jackie se despertó después de haberse acostado.

Había un olor extraño en el aire, así que caminó por el pasillo hasta la habitación de sus padres.



–¿Qué es eso mami?– preguntó Jackie. –¿Papá y tu están fumando un cigarrillo?–

–No cariño– dijo la mamá. –Esto es un porro. Es hecho de marihuana–.

–¿Ma—ri—queee?– preguntó Jackie, adormilada.

–Marihuana–, sonrió su papá, –es una planta–.

–¿Qué tipo de planta?–

–Pues... – dijo la mamá, –Por qué no damos un paseo en bicicleta mañana y te lo explico todo. ¿Vale?–

–Vale–, dijo Jackie.



Al día siguiente Jackie se despertó temprano para prepararse para la aventura, cuando recordó...

¡Era el Día de las Brujas!

Después de un buen desayuno, Jackie y su mamá se pusieron los disfraces. En seguida, se montaron en las bicicletas y comenzaron su viaje.




La primera parada fue en la granja donde la mamá de Jackie compraba sus vegetales.

–¿Granjero Bob?– llamó ella.

–Hola–, dijo el granjero al salir de una pequeña parcela de maíz. –¡Bonitos disfraces!–

–Vine a enseñarle a mi hija sobre la marihuana–, dijo la mamá de Jackie.

–Llegaron al lugar preciso–, respondió Bob. –Tengo un poco sembrada en este momento. Vamos a verla–.




Bob el granjero dirigió a Jackie y su mamá por su huerta y les enseño las diferentes plantas. ¡Tenía muchas sembradas! Había aguacates con cáscaras como la piel de un cocodrilo. También encontraron un cactus, higos, calabazas y hasta crecía menta al lado de un sembrado de fresas. ¡Mmm!

Por fin llegó hasta una maceta con un olor dulce y penetrante.

–Esto– dijo Bob, –es una planta de marihuana–



–Esta planta vive alrededor del mundo–, dijo.

–Puede ser muy, muy alta con hojas largas y verdes. O puede ser bajita, rizada y morada. Se ha cultivado marihuana por miles de años, igual que frutas frijoles y granos–.

–¿La marihuana es una fruta?– preguntó Jackie.

–Se podría decir que sí– dijo Bob. –Florece y genera semillas. Yo las recojo para hacer alimentos y aceites. Después, corto las flores y las pongo a secar–.




–¿Qué haces con las flores?– preguntó Jackie

–Mis amigos se las comen– dijo Bob. –Y se las fuman–.

–¡¿Fuman flores?!–

–Aja. Médicos, maestros, artistas, actores, hasta alcaldes y presidentes. La marihuana pone felices a muchas personas. Hay otras que dicen que es como un sueño.–

–¿Por qué la usas grajero Bob?– preguntó Jackie.

–No la uso– dijo. –A mí me pone a dormir!–



–Vaya– dijo Jackie cuando se fueron. –¡Voy a sembrar un poco de marihuana en casa!–

–Hablaremos de eso después– dijo su mamá. –Ahora vamos a visitar a mi doctora, la Dra. Eden. Creo que tendrá más información para nosotras–.



La Dra. Eden tenía una oficina muy colorida.

La recepcionista les dijo a Jackie y a su mamá que podían pasar de inmediato.



–La marihuana–, dijo la Dra. Eden, –se usa por muchas razones. Al igual que muchas plantas, puede ser un medicamento o una droga. Puede aliviar el dolor, ayuda a relajarse, calma el estómago y ayuda a muchos otros a comer cuando lo necesitan–.

–¿Me ayudará si la uso?– preguntó Jackie.

–No–, dijo la doctora. –La marihuana es para adultos que la puedan usar con responsabilidad. A algunas personas les da alegría, pero como tantas cosas, se puede usar en exceso. No se la recomiendo a todos. Es una medicina fuerte, no es saludable para ti por ahora. Sé que entiendes que hay algunas cosas que están bien para los adultos, pero definitivamente no para los niños–.



Jackie y su mamá salieron de la oficina de la Dra. Eden con sus palabras y sus lindas pinturas flotando en sus cabezas.

–La marihuana es para adultos–, dijo la mamá de Jackie. –Como manejar un auto o beber una copa de vino. Podrás decidir si la quieres probar o no cuando seas mayor.–

De repente, Jackie se detuvo para oler el aire. –¡Conozco ése olor!– dijo...



–¡ESTAN FUMANDO MARIJUANA!– gritó Jackie

En la esquina, cuatro hombres comenzaron a reír sorprendidos cuando vieron a Jackie y a su mamá.

–Disculpe señorita,– dijo uno de los hombres, –yo la llamo la, la, la–.

–Y yo–, dijo el otro, –la llamo ganja–.

–Yo la llamo cannabis sativa–, dijo el tercero.

–¿Eh?– dijo el cuarto. –Yo la llamo... champa, mota, bareta, maracachafa, chachi bombo y Maria Jua–



Antes de poder terminar de hablar, dos oficiales de policía se acercaron y le ordenaron a los hombres que se voltearan y que pusieran sus manos contra la pared.

Jackie dirigió su mirada a uno de los oficiales y le preguntó,

–Señor, ¿por qué los está arrestando?–

–Jovencita–, respondió el policía. –Estos hombres estaban fumando lo que yo llamo hierba, y eso es contra de la ley.

––La marihuana no es contra de la ley!– dijo Jackie.

–Si.. si lo es–, dijo lentamente. –Déjame tratar de explicarlo...–



–Hubo una época en que se podía fumar marihuana–, empezó a decir el policía.

–Hubo un tiempo en que el gobierno incluso exhortaba a los agricultores a que la cultivaran. En esos tiempos, la llamaban cáñamo. Mi abuelo la cultivaba y del tallo hacía ropa. Otros hacían con este cuerdas y papel con los tallos. Mi abuela abrió un cafecito donde vendía té, tostadas y tortas hechas con marihuana cultivada en casa.



–Un día, un pequeño pero poderoso grupo decidió hacer una ley en contra de la marihuana–, continuó el oficial.

–Nuestro gobierno inicio una guerra alrededor del mundo para impedir que la gente la cultivara. La marihuana se convirtió en una planta ilegal. Los doctores trataron de protestar por la nueva ley, pero los políticos y los legisladores no prestaron atención–.

¡Jackie no lo podía creer!

–Mami...– dijo espantada, –¿es eso cierto?–




–Es cierto–, dijo la mama de Jackie.

–Cualquier gobierno puede crear malas leyes–, dijo. –Por suerte, vivimos en un país donde las personas siempre han trabajado para cambiar las leyes injustas–.

Eso también es cierto–, dijo el oficial. –Muchos oficiales de policía no están de acuerdo con la ley que prohíbe la marihuana. Pero nuestro trabajo es hacer cumplir las reglas, no cambiarlas. Si piensas que una ley no es buena, tal vez deberías trabajar para cambiarla–.




–Mientras tanto–, dijo el otro oficial, –vamos a dejar que estos hombres se vayan, con un aviso. Pero pueden haber otros agentes que no sean tan buena gente. Así que, circulen por favor–.

–Gracias–, dijeron los hombres mientras se iban.

–¡Gracias! dijo Jackie.



Esa noche la familia de Jackie cenó calabaza, ensalada de tomate, pan y macarrones.

Para darle un toque especial, la mamá de Jackie puso en el postre un poco de las fresas del granjero Bob.

–Cuando sea mayor, anuncio Jackie, –voy a trabajar para hacer que todas las leyes sean justas.



Después de cenar, el papá de Jackie la llevó a la cama volando como un avión.

–Hay muchas formas de ayudar a hacer un cambio–, dijo el papá. –Tal vez serás una abogada, o una científica–.

–O una piloto– dijo Jackie.




–O una bailarina– soñó.

–O una reportera...o una jueza...o una jardinera...o una...–


Y COLORIN COLORADO, ESTE CUENTO HA TERMINADO..


FUENTE: http://www.justaplant.com/spanish/