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Nahas es un anestesiólogo retirado, nacido en 1920, y ex miembro de la resistencia francesa que llevó a cabo numerosos estudios sobre drogas ilícitas. Fue galardonado con la Legión de Honor por Charles de Gaulle. Estimuló su cruzada permanente contra los peligros de las drogas.

Su trabajo fue fundamental en el establecimiento de los daños asociados al cannabis. Toda la comunidad científica ha puesto en duda sus investigaciones y han sido contrastadas negativamente por el Dr. Miles Herkenham que ha desmentido los efectos del cannabis en el cerebro.

Muchos de los informes escritos en la década de los años 70 acerca de los efectos físicos del THC y del consumo de cannabis estaban completamente sesgados por motivos políticos por el Sr. Gabriel Nahas y su camarilla de propagandistas. Su corrupción del método científico y su manipulación han retrasado la investigación médica del cannabis. Nahas afirmaba que el THC causa daño cromosómatico, pero las teorías modernas desmienten tal acusación también en el sistema inmunológico.
Nahas fue uno de los máximos colaboradores en ocultar la verdad desde la Universidad de Columbia (Estados Unidos). Perteneció a la Junta de Control de Estupefacientes de Naciones Unidas, nombrado por el secretario General Kurt Waldheim en 1971. Durante este año Nahas se vio envuelto en el escándalo de un informe fraudulento sobre una muerte atribuida al cannabis en Bélgica. En su nuevo cargo en las Naciones Unidas, comenzó a dispensar generosas donaciones a una camarilla de colegas para que pusieran en todos sus informes científicos interpretaciones erróneas y tendenciosas sobre el terrible daño físico y mental del consumo de marihuana.

La Revista de la Asociación Médica Americana publicó un estudio crítico de Nahas que lo consideraba un moralista, no un científico, llamado Marihuana: deceptive weed (1973). Señalaba que Nahas hacía sesgos de selección, interpretación selectiva y omisión de datos. Alguien como él debía conocer toda la literatura científica respecto al cannabis y no omitir los textos científicos que evidencian las bondades de la planta. Finalmente la propia Universidad de Columbia realizó una comparecencia ante los medios de comunicación en 1975, donde la institución se desvincula públicamente de Nahas, al que tildaban de seudocientífico.

Mentiras desde el Poder

En 1976 El Instituto Nacional de Salud se negó a subvencionar los estudios de Nahas. En 1983 el instituto Nacional de Abuso de Drogas (NIDA) le negó también cualquier investigación. Repudiado se fue de los Estados Unidos para trasladarse a París, donde estableció una organización llamada Europa Frente a las Drogas -Europe Against Drugs (EaurAD) en 1992. Sus artículos y libros siguen de moda en la DEA y en grupos prohibicionistas. Para él lo más importante era demostrar lo increíblemente peligroso que era la maría. En su primera investigación en la Universidad de Columbia quería hacer ver el gran peligro de la marihuana en todos los campos de la biología. Había que probar como fuera lo mala que era. El profesor Nahas declaraba abiertamente que era enemigo del cannabis y lo iba a manifestar con todos los medios posibles. La mentira y la manipulación estaba entre ellos. Cual discípulo de Maquiavelo, afirmaba que "el fin justificaba los medios". Su objetivo estaba muy claro, eliminar el cannabis, percibió como una amenaza a la sociedad occidental y a todo el planeta. Según él la persona que fuma pierde todo interés por las cosas que merecen la pena. El error de Nahas es que la ciencia no se basa en valores, si no en hechos. La ciencia tiene una ventaja adicional: es hermética. Para una persona de la calle lo que hace el científico es complicado, tanto que el público, en general, se ve obligado a aceptar lo que los científicos afirman sin dudarlo.

Las pruebas en animales

Mencionaremos su famoso estudio sobre los daños que produce el cannabis en el cerebro. Para este experimento, se le colocaron máscaras de gas en las caras de los monos de laboratorio a fin de que fueran obligados a respirar el humo del cannabis. Después de la exposición, se descubrió que los pobre animalitos habían sufrido daños cerebrales. Investigadores independientes intrigados con los resultados que no coincidían con otros estudios, se esforzaron por saber qué procedimiento se utilizó para el experimento. Se enteraron que durante cinco minutos los monos estuvieron respirando el humo de 63 porros juntos. Los animales habían muerto de asfixia.

El informe elaborado por el doctor Heath concluía que los monos Macacus Rhesus (monos de la India) comenzaban a atrofiarse y morían transcurridos noventa días de estar sometidos al humo equivalente de 30 porros diarios (Herer, 199:201). La verdad es que se les había consignado 63 porros diarios. Además, el humo no era liberado y se condensaba en las cabinas donde estaban los monos. El daño cerebral fue debido a la asfixia e inhalación del monóxido de carbono y no por el propio cannabis.

Ese mismo año el doctor Heath abrió los cerebros de los monos muertos por fumar y contó las células cerebrales sin vida. Luego hizo lo mismo con los animales que no habían fumado. En la comparación descubrió que los monos que no habían fumado tenían más células cerebrales vivas que los fumadores. Tras 6 años de peticiones la revista Playboy y la organización NORML (Organización Nacional para la reforma de las leyes de la Marihuana) consiguieron una relación detallada de los procedimientos seguidos en la investigación del famoso estudio con monos (Herer, 1999:202). La metodología era la siguiente: Se ataban a los monos rhesus a una silla y se les suministraban el equivalente a 63 porros de marihuana colombiana en solo cinco minutos, utilizando para ello una cámara antigás; se conseguía asfixiar al pobre animal con monóxido de carbono producido por la quema de la marihuana.

Otro estudio de Nahas era inyectar en ratas THC puro a dosis que correspondía a 1.200 veces la dosis ingerida por un fumador de cannabis. Las mismas dosis de nicotina, alcohol o cafeína son letales para cualquier animal o persona.

Nahas, gracias a sus mentiras, ha llegado a ser consultor de Naciones Unidas. Cargo que consiguió por motivos políticos y no científicos. Como hemos comentado anteriormente, fue despedido de los Estados Unidos y se fue a Francia como consultor de Jacques Chirac en materia de drogas. Él y sus amigos han envenenado el debate de la legalización durante 40 años. Frases de Nahas tales como "la toxicidad de cannabis afecta al sistema nervioso central" o, "una gran proporción de consumidores de cannabis se pasan a la heroína, en Holanda hay un aumento considerable de consumidores de cannabis" han sido auténticas falsedades.

Los estudios seudocientíficos

En 1973 los estudios en los Estados Unidos de Gabriel Nahas afirman que el cannabis provoca daños cromosómaticos; para dicho estudio recibe apoyo estatal (Nahas, 1973). Pero es a finales de los años 70 y principios de los 80 cuando aparecieron más estudios "científicos" sobre los efectos perjudiciales del cannabis realizados por Lyndon la Rouche y Gabriel Nahas, que había protegido al criminal de guerra nazi Kurt Waldheim. trabajaron como consejeros especiales del Comisionado de Narcóticos de Naciones Unidas.

Nahas ofrecía dinero a otros investigadores para que buscaran efectos negativos del cannabis. Todos sus estudios han sido refutados. Nahas publicó una muerte provocada por cannabis en Bélgica, la consecuencia fue un escándalo contra su propio fraude. En sus estudios aparecen daños pulmonares (cosa común y normal entre fumadores) y esterilidad. En los estudios con monos se les daban dosis diarias equivalentes a 100 porros diarios. Hay más, organizaciones como Familiares por una Juventud sin Drogas o "DI NO", utilizaron los estudios de Nahas sobre los efectos del THC sintético en el sistema inmunológico. Han llegado a hacer que la prensa publique artículos en los que se afirmaba que la marihuana podría ser causante del SIDA (Herer, 1999: 204). En 1994 dos farmacólogos australianos pasaron por la criba un artículo de Nahas sobre la toxicidad del cannabis aparecido dos años antes en el Medical Journal of Australia (Nahas y Latour, 1992:495). Compararon los resultados atribuidos por Nahas a los 35 estudios citados en su artículo con el contenido real de tales estudios. Su conclusión fue que los resultado de 28 de estos estudios se resumían de forma inexacta, siempre con el mismo sesgo (que era denigrar los efectos del cannabis). Otras dos referencias eran demasiado oscuras para poder identificar su fuente (Macdonald y Chester, 1994: 209-216).

Hacia la búsqueda de la verdad

Nahas afirmaba con rotundidad que la acumulación de THC en las neuronas entorpece la memoria del cerebro, provoca un gran déficit de memoria a corto plazo, disminuye la capacidad de aprendizaje y de concentración, letargo, paranoias y problemas de locomoción. El THC podría generar problemas psiquiátricos en aquellos usuarios crónicos con una condición esquizofrénica preexistente. Así, el cannabis puede despertar la locura (Nahas, 1976).

En 1974 se realizó un estudio con cáñamo en la Universidad de Tulane, Nueva Orleáns, que proclamó lo siguiente: "fuentes científicas muy fidedignas indican que al fumar marihuana, uno de los resultados inevitables es la lesión cerebral permanente" (Herer, 1999:201).

En 1975 la D.E.A y otras agencias federales habían ordenado llevar a cabo investigaciones sobre problemas inmunológicos (cáncer) asociados al consumo de marihuana. En este año tuvo lugar un descubrimiento médico importante y era que el uso del cannabis reducía considerablemente el tamaño de los tumores y no producía problemas de salud. La D.E.A. y ek instituto Nacional de la Salud, conocedores de este descubrimiento, dejaron de financiar posteriores investigaciones sobre el cannabis y sus usos terapéuticos para curar los tumores (Cohen y Stillman, 1976)(Herer, 1999:101).
En 1975 los médicos de Harvard quisieron evaluar el papel de la marihuana en el tratamiento de los efectos secundarios de la quimioterapia. Los investigadores se toparon con el problema burocrático. Las autoridades federales les negaron el derecho a usar cannabis auténtico y se tuvieron que conformar con THC sintético. El THC sintético era eficaz pero menos que la verdadera marihuana. En el mes de noviembre de 1975 casi el total de los investigadores más importantes de la marihuana se reunieron en el Centro de Conferencias de Asilomar, Pacific Grove, California. Los seminarios los sufragó el Instituto Nacional de Estupefacientes (NIDA) con el fin de dirigir el compendio de todos los estudios realizados hasta la fecha. Cuando los seminarios terminaron se llegó a la conclusión de que el gobierno federal tenía que invertir parte de los fondos fiscales en seguir investigando. Tanto los seminaristas como los informantes apuntaban que en el plazo de una década, el cannabis, sus extractos y análogos probablemente volverían a ser utilizados como medicina. Gabriel Nahas y toda su camarilla de amigos lo único que ha logrado es entorpecer el camino, pero la senda está marcada.

Bibliografía

·Gabriel G. Nahas (1976). Cuidado con la yerba. Los efectos destructivos de la marihuana, Edamex, México.
· Gabriel G. Nahas, M.D (1990). La mala Hierba. Editorial Fraterna, Argentina.
· Herer, J. (1999) El emperador está desnudo,Castellarte S.L., Castellar de la Fra.
· Nahas, Gabriel (1990). The experimental use of cocaine in human subjets, Bulletin on Narcotics
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