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Cochitlehualiztli (Cuento Propio).


Dedico este cuento a @NightPrinces


Abrazado a ti, muevo mis manos sobre tus hombros tersos, la suave caída hacia los antebrazos, y después voy hacia delante de tu cuerpo, rozando las delicadas clavículas, que adivino a través del escote de tu blusa, clavículas que recorro en toda su longitud, lentamente; trato de deslizarme a hurtadillas hacia abajo, pero tus manos me detienen con firmeza, sujetándome por las muñecas. Vuelvo entonces, subiendo los montes tibios de tus hombros y paso a tu espalda; no te estoy besando, de hecho no te beso en ningún momento, sólo me quedo junto a ti, cabeza con cabeza, gozando con los ojos cerrados el contacto con nuestras orejas, aspirando el enervante olor de tu pelo, el calor tangible que brota de tu piel joven, el trazo apenas distinguible de algún perfume sencillo, mientras tus manitas se mueven apenas por mi espalda, en una caricia circular y espaciosa.

Empiezo a acariciar tus omóplatos, presentidos a través de la delgada piel, y después los huesos y los músculos que brotan de tu espalda y forman tus gráciles alas, las plumas remeras y las timoneras largas, deslumbrantes de tan blancas, la tensión y la fuerza contenidas que anhelan volar al cielo en cada punta. Cuando sientes la caricia en el nacimiento de las alas, las doblas amorosa, y me cubres totalmente, y creas una noche intima sólo para nosotros, sólo para este abrazo ceñido, como un combate donde hemos olvidado nuestra guerra común, un antagonismo heredado, absurdo, que ya no significa nada, por lo menos para nosotros; me conservas adentro de tu regazo alado hasta que el olor me satura la nariz y me hace estornudar y te carcajeas, traviesa, de mí y de mi alergia súbita; pero no te suelto, y aprovecho para dejar que mis manos se resbalen por tu espalda, jugando un poco con el broche del brasier, amagando con que voy a soltar los corchetes, apenas lo intento y suelto uno, porque inmediatamente me haces cosquillas para que no continúe; las puntas de mis dedos van brincando suavemente sobre los huesecillos de tu columna que se insinúan apenas, las elegantes costillas, donde la blusa termina bruscamente y el dulce inicio de la cintura que me hace contener el aliento y provoca que casi me suden y tiemblen las manos…

No, no te estoy besando, pero estoy casi a punto de hacerlo; acerco mi boca a tu oreja, y te empiezo a decir cosas de enamorados, palabras bobas con las que todos engañamos a la Muerte, arrullos y quejidos y alabanzas y cariños y suspiros y urgencias con las que hago que se te ponga la piel de gallina; hoy no habrá ningún besito abandonado en la oreja, sólo mi aliento en tu mejilla que es una débil respuesta a la seductora punta de tu lengua en mi oído, caricia que me electriza y endurece, caricia repetida a tu cuerpo estrechamente unido al mío…

Mi mano izquierda (soy zurdo) se mueve hacia el frente de tu cuerpo; las yemas de mis dedos ciegos leen los músculos ahora tensos de todo tu abdomen, el ombligo besable e increíble, la cosquilla contenida por el escalofrío que nos invade a ambos, y el regreso lento a la parte superior de la cintura…

Pero cuando he cruzado el embriagador istmo de tu cintura y desciendo a las caderas, y encuentro la frontera exquisita del pantalón, que me lanzo a cruzar para ir más abajo aún, justo en ese momento recibo un aletazo en cada mano, doloroso por lo súbito e inesperado, y después una caricia con la punta de las alas cuando subo mis manos de dorsos doloridos hacia la espalda alta.

Sonrío en silencio, sin que lo notes; no te has dado cuenta, de tan delicado como ha sido, del contacto que mientras tanto he hecho de tu zapatilla con mi cola de diablo, del recorrido a través de tu empeine derecho, del tobillo con una pulsera de oro con la que jugueteo con la cola roja que continúa la caricia ascendente, hacia el lugar que de verdad me importa…




25-septiembre-2014








Cochitlehualiztli es la palabra náhuatl para soñar, y significa levantamiento cuando se está dormido, entendiéndose que el Tonalli (concepto prehispánico más o menos equivalente al Alma) se desprende del cuerpo, para visitar otras regiones del mundo durante el sueño.





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