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El autor





Edvard Munch (Loten, 12 de diciembre de 1863 - Ekely, 23 de enero de 1944) fue un pintor y grabador noruego de la corriente expresionista. Sus evocativas obras sobre la angustia influyeron profundamente en el expresionismo alemán de comienzos del siglo XX. Sus obras son como variaciones constantes sobre la gran sinfonía de la existencia humana en sus lados diurnos, pero aún más, como es congruente con la sensibilidad finisecular, en los nocturnos. El amor y el odio, el deseo y la angustia, las pasiones y las emociones, son elevados a arquetipos de la vida anímica del hombre moderno o, incluso, de la propia condición humana.
El pintor decía de sí mismo que, del mismo modo que Leonardo da Vinci había estudiado la anatomía humana y diseccionado cuerpos, él intentaba diseccionar almas. Por ello, los temas más frecuentes en su obra fueron los relacionados con los sentimientos y las tragedias humanas, como la soledad (Melancolía), la angustia (El Grito, tal vez su mejor obra), la muerte (Muerte de un bohemio) y el erotismo (Amantes, El beso). Se le considera precursor del expresionismo, por la fuerte expresividad de los rostros y las actitudes de sus figuras, además del mejor pintor noruego de todos los tiempos.



(Munch pintando en Kragerø, donde vivió entre 1909 y 1915)



El Grito realizado en 1893, fue una de sus obras más importantes, la idea de esta obra va surgiendo lentamente. En 1982 escribe:
“Estaba caminando por la carretera con dos amigos - el sol se ponía - sentí como un soplo de melancolía - El cielo de repente se volvió de un rojo sangre - Me detuve y me apoyé en una valla muerto de cansancio - sangre y lenguas de fuego acechaban sobre el azul oscuro del fiordo y de la ciudad - mis amigos continuaron- y yo me quedé atrás - temblando de ansiedad - sentí un grito interminable que atravesaba la naturaleza.

El tema de la obra



En la pintura se aprecia una figura, que puede ser un hombre quizás podría ser el propio pintor o una mujer, presa del pánico mira hacia el espectador gritando su miedo mientras se apoya en la barandilla de un puente al cual no se le fin.

La persona se tapa los oídos y da la espalda al sol, a la naturaleza, a la gente, prácticamente a lo que lo rodea, quizá porque todo parece estar en su contra.

Al dar la espalda y gritar hacia el espectador, intenta demostrar su dramática soledad, porque en esa postura no puede ver la silueta de una iglesia en la lejanía, los barcos, aumentando así la sensación de total aislamiento. Completamente alejada de la realidad, sucumbe ante el horror que viene de dentro.

Aspecto técnico


El grito es un óleo, temple y pastel sobre cartón, es una pintura expresionista y mide 91 cm x 64 cm.

Proceso de realización



(Edvard Munch en su estudio de Ekely)


Edvard Munch pintó 4 versiones similares de El Grito, pero no idénticas, entre los años 1893 y 1910. La versión de 1893 se alberga en la Galería Nacional de Noruega, la otra versión pintada con tempera en 1910 junto con la versión con pastel de 1893 son propiedad del Museo Munch en Oslo.
La única versión que permanece en una colección privada es la versión a pastel sobre tabla pintada en 1895. Esta versión de El grito tiene además la singularidad de ser una de las obras de arte más caras de la Historia. Fue subastada por Sotheby’s en 2012 por 119.922.000 dólares al empresario estadounidense Leon Black.


Estado de conservación




Actualmente debido a los robos que tuvo la obra los expertos del Museo Munch llegaron a la conclusión de que el daño hecho a El grito era irreparable. El deterioro, debido a la humedad en la zona baja de la pintura (donde se encontraba robada), causó una decoloración que impide que el cuadro pueda ser completamente restaurado a su perfección original.

Aspectos formales




(Munch pintando "El Sol" )


Líneas: encontraremos un grupo de 3 líneas verticales que dividen la obra y son marcadas por la figura de Munch a lo lejos, la personificación de “el grito” en el centro y la barra naranja del borde derecho.
Las barandas del puente también marcan líneas. Existe una diagonal desde el extremo izquierdo hasta el vértice inferior derecho.
La línea del horizonte queda circunscrita (limitado a un espacio determinado) entre el cielo anaranjado y el azul del lago.

Colores: se puede apreciar un fuerte contraste entre lo naranja del cielo, que delimitan el tercio superior de la obra y los azules de los otros. El azul, algo más saturado en el color del agua, marca la relación entre las 2 porciones de la tierra que lo delimitan.
El naranja del cielo posee una fuerte correspondencia con los naranjas de las barandas del puente. Los 2 personajes de azul más oscuro ( la importancia del tercero es casi despreciable) , están en una línea de lectura formada por su color similar. Estos quedan aún más relacionados por el contraste que le suponen los naranjas de la baranda.
Los marrones apagados de las orillas y el piso del puente, sientan la base sobre la cual van a destacarse los azules y sobre todo los naranjas saturados.

Fuerzas: la lectura de las fuerzas en “El grito” está contenida principalmente en la interrelación de los colores; las líneas ayudan como refuerzo. Munch utiliza complementarios (naranja-azul) para definir fuertes contrastes, dentro de una obra donde los demás colores son más bien apagados.

Elementos simbólicos




El Puente: Las líneas rectas del puente y la baranda conducen hacia la figura principal del cuadro, a los dos personajes del fondo y confluye en un punto de fuga en el horizonte, donde empiezan las líneas onduladas.

Los personajes: En las figuras que pasean predominan, al igual que en el puente, las líneas rectas, a diferencia del personaje principal que esta realzado con formas sinuosas. El autor plasma así la soledad del protagonista y la indiferencia, humana y material, frente a la angustia del ser humano.

El cielo rojo: Las tonalidades que emplea Munch refuerzan la angustia que agobia al personaje principal. Estudios recientes señalan que el rojo del cielo lo observó el pintor en Oslo por los efectos que causó la erupción del volcán de Krakatoa.

El pueblo: El grito se desarrolla en las afueras de Oslo, en uno de sus lugares de paseo más idílicos que el autor convierte en una pesadilla. A lo lejos se ve la silueta de la ciudad, en la que destaca una iglesia.

El personaje como mascara: Los rasgos deformados del personaje principal de este cuadro fueron inspirados, probablemente, por los de una momia peruana conservada en el Musèe de L`Homme en París, que Munch habría visitado mientras vivió en Francia.

Reflexión final

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En esta obra se expresa la soledad del ser humano y su pesimismo frente las adversidades. El grito de terror trae consigo la tensión y el pánico interior que destruyen la anatomía. Los rasgos de rostro desaparecen bajo el gesto. No hay nada de realismo, se representa el interior y no el exterior.
La figura del primer plano aprieta las manos contra la cara como signo de angustia y desesperación, mientras que en segundo plano aparecen otras personas frías y distantes como queriendo significar que el prójimo no nos ayuda en los momentos de desconsuelo.