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Dietas milagro, obsesión con el peso, búsqueda incansable del cuerpo perfecto… ¿qué le pasa a esta sociedad? ¿Cómo hemos llegado al punto de valorar más la estética que la salud? La realidad es que nuestro cuerpo, sea como sea, es maravilloso. Es el instrumento que nos permite vivir y experimentar la gran cantidad de sensaciones que el mundo nos ofrece. Nos permite amar, jugar, reír…



Este post está dedicado especialmente a todas las personas que, de alguna forma u otra, han sucumbido al mensaje que recibimos constantemente en los medios de ‘sé perfecto físicamente para tener éxito’ y se han olvidado de todo lo que valen y de la inmensa lucha que hace su organismo para mantenerlos con vida cada día. Esto es lo que sucede cuando no comes.

Hasta 6 horas sin comer

Después de haber consumido los nutrientes de nuestra última comida, nuestro organismo comienza a consumir el glucógeno que ha almacenado en algunas partes del cuerpo como el hígado o los músculos para obtener energía en momentos de escasez.

Entre 6 y 72 horas sin comer


En este punto el cuerpo comienza a descomponer todas las grasas almacenadas para obtener la energía que necesita.



Esto se conoce como cetosis y pasar todo este tiempo sin comer ya se reconoce como un principio de inanición.

A partir de 72 horas sin comer

Sin glucosa, ni grasas, el cuerpo necesita obtener energía y lo hace desde las proteínas. En este punto podría decirse que el cuerpo “se come a sí mismo”. En este punto la masa muscular comienza a reducirse y es urgente buscar comida.

Durante todo este proceso, inteligentemente, nuestro cuerpo ha ido reduciendo el gasto que genera cada órgano hasta que se llega a un punto insostenible. A partir de aquí el cuerpo se deteriora y degenera hasta llegar a la muerte. Cuántos días se puedan sobrevivir sin comer dependerá de cada persona y puede variar desde las tres semanas hasta los 70 días.



Con todo esto podemos ver que nuestro cuerpo en todo momento apuesta por la vida, por la salud, por el alimento.

Es posible perder peso cuando éste es un verdadero problema poco a poco y de forma saludable, sin renunciar a afrontar el día con energía y una buena sonrisa, sin hambre y sin mal humor. Así que con todo esto, ¿realmente merece la pena obsesionarse con el cuerpo ideal cuando ya tenemos todo lo necesario para disfrutar de la vida?