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Mucho se había hablado sobre la posibilidad de que Cristiano, con el tiempo, cambiara su posición al centro del ataque desde la banda. En numerosos debates de los medios de comunicación se había comentado el hecho de que al portugués se le caerían los goles jugando más cerca del área y buscando los remates al primer toque, pero ante el Celta no fue así.

Durante el primer acto, la estrella lusa apenas pudo probar a un Sergio Álvarez que vio como el Real Madrid tampoco le inquietó demasiado antes del descanso. Ni el '7' con un mal remate desde el punto de penalti ni uno de los pases de Kroos al fondo de la red que son marca de la casa pudieron superar a un Celta que llegó al Bernabéu con las ideas muy claras.

Primero, los celestes presionaron en la medular para evitar que Kroos y Modric pudieran tomar el control del choque y después buscaron las espaldas de Danilo y Marcelo que sufrieron lo que no está escrito ante la velocidad de Bongonda, Aspas y Wass. Cada vez que un futbolista celeste controlaba el cuero sin oposición alguna en la zona de creación, el peligro sobre la meta de Kiko Casilla era mayúsculo.

A los descuidos de los carrileros locales se sumaron las ocasiones en las que Ramos se quedaba descolgado en defensa para romper posibles fueras de juego. En el primer acto, Aspas no estuvo acertado al llegar solo al área local por la izquierda cuando Wass esperaba su oportunidad libre de marca, pero tras la reanudación, los gallegos no perdonaron.

La acción fue similar pero con otros protagonistas. Bongonda fue el que corrió la banda después de que Ramos habilitara a su rival y tras pisar área, puso un esférico que terminó en los dominios de Aspas tras un mal despeje de Marcelo. El de Moaña no falla en esa zona de campo y como si jugara en su pueblo nata, colocó el cuero en el fondo de la red.

Marcar en el Bernabéu era un botín precioso para el Celta pensando en que la vuelta será en Balaídos, pero en el coliseo blanco todo puede pasar. Los locales pueden jugar bien, mal o regular, llegar más o menos al área y tirar una o 20 ocasiones sobre el arco rival, al final, nadie escapa a irse sellado de Concha Espina.

Sin demasiado juego, tuvo que ser Marcelo el igualara el marcador con una potente volea desde dentro del área que Sergio Álvarez sólo pudo dirigir con la mirada tras tocar en Roncaglia. El brasileño no estuvo bien en defensa, pero en ataque no hay dudas de que es uno de los baluartes del conjunto blanco.

Se dice que la alegría en casa del pobre dura poco, pero en esta ocasión se vivió la excepción que confirma la norma. En una acción sin sentido alguno, Jonny puso el segundo de los visitantes para delirio de los aficionados gallegos que vivían el duelo desde el gallinero del Bernabéu y para un Berizzo que le ganaba la partida táctica a Zidane.

Lucas Vázquez se llenó de balón al trazar una diagonal desde la derecha hasta el centro del campo, perdió el esférico en zona de peligro y Jonny lo recibió entre los centrales madridistas de Aspas para definir en solitario ante Kiko Casilla como si de su compañero Aspas se tratara. El lateral marcó su tercer tanto como jugador del primer equipo celeste en un escenario deseado por cualquier killer del balón.

Por debajo en el marcador, el Madrid todavía tenía tiempo para maquillar la eliminatoria. Comenzaba una nueva batalla táctica entre los dos técnicos. Morata ya había saltado al césped tras la lesión de Marco Asensio y tras el cuero, Benzema ocupó el puesto de un Danilo que o estuvo fino sustituyendo a Carvajal. El galo tuvo la ocasión del encuentro, pero con todo a su favor, tras un rechace a un forzado despeje de Sergio Álvarez, lo mandó a la grada del Bernabéu.

Berizzo también movió sus fichas. Guardó a su estrella para que Sergi Gómez reforzara la defensa. El central entró por Aspas para despejar todos los balones que los blancos colgaron al área visitante. El ex del Barça ayudó a Cabral y Roncaglia para que la eliminatoria se vaya a Vigo con el Madrid a contracorriente y con Zidane sufriendo dos derrotas de forma consecutiva por primera vez en su etapa como técnico blanco.