Te damos la bienvenida a la comunidad de T!Estás a un paso de acceder al mejor contenido, creado por personas como vos.

O iniciá sesión con
¿No tenés una cuenta?
En el marco de la polémica reforma de la Ley de Bosques que intenta llevar a cabo el oficialismo, el viernes 3 de enero el artista José Luis Serrano, reconocido por su entrañable personaje de Doña Jovita y comprometido con la defensa del bosque nativo, recibió una carta documento del locutor de Cadena 3, Andrés Carpio.




En la misiva, Carpio intimó al artista de Traslasierra a “ratificar o rectificar expresiones vertidas por usted en forma pública y dirigida a mi persona altamente agravantes y calumniantes, las que han afectado mi buen nombre y honor, generando angustia, desasosiego y desconcierto”. Además, acusa a Serrano de calumnias e injurias.
Las expresiones del artista fueron dichas en relación a la cobertura que hizo Carpio para Cadena 3 sobre la marcha en defensa del bosque.
En su informe, y según detalla ECOS, Carpio informó que en la marcha sólo había 300 personas y dijo al aire: “¿No escucharon a Cadena 3 estos 300 que crearon un caos en el tránsito vehícular y en la gente que no sabe a dónde tomar el ómnibus para volver a casa, que se va a tratar el año que viene la Ley de Bosques?”. A lo que agregó: “¡Es increíble! Hoy protestaron por nada”.



A lo que, sin perder tiempo, Doña Jovita respondió con la frase que tanto molestó al movilero de la radio local: “Ehhh, Andrés Carpio, mijo, qué le pasa…un humorista che! Eh, un humorista ahora terrorista, qué le pasa que está tan embustero”, acusándolo de mentir respecto a la cantidad de personas presentes en la movilización.

José Luis Serrano es representado por el abogado ambientalista Darío Ávila quien defendió a los vecinos de barrio Ituzaingó Anexo y a los de Malvinas Argentinas, formando parte de la Asamblea que consiguió la histórica retirada de Monsanto, el gigante multinacional de los transgénicos y el gas naranja.
En la otra punta del ring, se ubica el abogado de Carpio, Carlos Nayi, quien a diferencia de Ávila defendió a Carlos Conci, acusado de realizar el “fumigazo” del 2008 en Colonia Tirolesa, con un insecticida considerado peligroso para la salud y a escasos metros de una zona poblada, donde vivían familias.
Como consecuencia de las fumigaciones de Conci, más de 30 personas fueron afectadas en su salud, presentando síntomas varios de irritación, hipertensión, visión borrosa y mareos, según publicó Comercio y Justicia en 2012. Cuando fue citado a declarar y por consejo de Nayi, Conci negó los hechos y se abstuvo de declarar.




La intimación de Carpio se suma al duro comunicado emitido por la Confederación de Asociaciones Rurales de la Tercera Zona, (Cartez) contra los artistas José Luis Serrano y Raly Barrionuevo. En el escrito, el sector del agro cuestionó la actitud de los artistas y su compromiso a favor de las luchas ambientales.
“Sorprende y preocupa la escasa valoración y respeto con que algunos artistas consideran a estudios técnicos de marcado rigor científico cuando muestran atracción por el aplauso fácil de un público condescendiente”, señalaron.
Asimismo, Cartez cerró el comunicado con una concreta ‘bajada de línea’: “instamos a los referentes sociales a no propiciar divisiones ideológicas que tanto daño han ocasionado a lo largo de los últimos años, sino a contribuir a la generación de consensos que permitan superar tantos desencuentros”.

Otro de los artistas que participaron de esta movida ambiental, es Rally Barrionuevo, quien también fué criticado y basureado por los medios cordobeses.





Este es el comunicado del cantante:

A ustedes, señores, que me piden que no hable de cosas que no sé, de cosas que, según su criterio, estoy desautorizado a opinar.
Pues deben saber ustedes que hablo de ese monte que tantas veces recorrí de la mano de mi madre, una mujer nacida y criada bajo los algarrobos blancos y negros, quebrachos, tinti takos, tuscas e innumerables plantas de nuestra tierra; ese monte que canta por mi garganta y hace música a través de mis manos.
Claro, seguramente para ustedes esto no significa absolutamente nada, pero para mí y para tantos paisanos significa la vida misma. Ustedes me invitan a callar y yo no acepto su ofensiva invitación. ¿Saben por qué? Porque mis canciones y las de mis compañeros vienen de allí, de ese lugar que ustedes detestan porque les impide seguir engordando sus cuentas bancarias en nombre de un supuesto progreso. Ese lugar, el bosque nativo, el que siempre nos dice la verdad.
Ustedes ofenden mi historia y a mi gente, al decir que busco el aplauso fácil. Eso es algo, señores, que ni yo ni ustedes podremos juzgar, solo el tiempo lo hará. Sí me veo en el deber de transmitirles humildemente que si buscara el aplauso fácil, sería la falta de respeto mayor que podría hacerle a mi tierra y a mi pueblo. La tierra canta, llora, recuerda, camina, se manifiesta y nosotros la honramos como nuestra madre total, mientras que ustedes la castigan con sus topadoras y sus venenos “milagrosos”.
Son, según se ve, miradas opuestas del mundo y de la vida.
Ustedes me acusan de generar “confusión en la opinión pública” y de llevar la discusión “al ámbito de las ideologías extremas”. Dicen que eso “es lo que se pretende superar”. Desde hace mucho tiempo que otros señores como ustedes vienen vaticinando el fin de las ideologías. Quiero decirles que los desmontes irracionales que viene sufriendo nuestra tierra no son otra cosa que el resultado de una ideología extrema, la de ustedes.
La verdad es que lo que “sorprende y preocupa” es la “escasa valoración” que ustedes tienen por la opinión de muchos científicos serios y honestos, por el monte y por el campesinado. ¿Ustedes me piden argumentos científicos para sostener mi postura? Hay cientos de ellos, uno más contundente y fehaciente que otro, hay tantos que no cabrían en esta pequeña carta. Les cuento, por si no están al tanto, que muchos de estos argumentos fueron aportados por prestigiosas instituciones a las autoridades legislativas. En algún cajón deben estar.
Y tengo de los otros, de los que veo todos los días, los de la gente destrozada en lo más profundo de sus sueños, los de los pueblos inundados de preguntas y sin una sola respuesta, los de las manos lastimadas por las esquirlas de un sistema voraz y sangriento, los de tantos campesinos despojados de sus noches puras y de su medicina ancestral, en fin, los de una Córdoba desbastada en su naturaleza como pocos lugares en el mundo.
El monte nos enseña, todos los días alguna lección nos da, nos purifica el alma y el camino. Es por eso, señores, que para arrasar con el monte que nos queda, digo, tendrán que mirar a sus hijos a la cara y luego pasar sobre nosotros.


A todo esto, Piñon Fijo le dedicó un tremendo video: