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Estudio: Las mujeres prefieren los hombres malos y rebeldes.



Rebeldes, con el pelo alborotado, con vaqueros que marquen bien todo lo que tienen que marcar y con una camiseta de las que ayudan a lucir pectorales… mmmm. Un nuevo estudio demuestra los "chicos malos" nos vuelven loquitas.

Es matemático. Cuando un "chico malo" nos ronda alrededor se encienden nuestras alarmas. No importa si estamos en un bar lleno de gente o en una reunión con un cliente… Solo con mirarlo una vez lo sabemos, lo intuimos: es un chico malo, salvaje, apasionado… Y, aunque nos sometamos a un suicidio sentimental, caemos. Es más, lo buscamos. Esto no es algo que se pueda explicar fácilmente pero todas (si no todas, el 99% de las chicas) hemos estado enamoradas del niño malo y supersexy de la pandilla… ¿Por qué? ¿Qué tienen estos rebeldes para gustarnos tanto?

Según un estudio de la Universidad de Columbia Británica, las 1.000 mujeres que participaron en él encontraron a los chicos malos como más atractivos y sexys que a los chicos con aspecto happy y pinta de buenazos. Aunque suene increíble, es así, nos vuelven loquitas los chicos que nos arrancarían la ropa con los dientes y dejamos escapar a aquellos que nos llevarían el desayuno (con rosa incluida) a la cama.



Pero, ¿cuál es el verdadero motivo de que nos atraigan? Según la psicóloga Jean Twenge, coautora de The Narcissism Epidemic (Free Press) (La epidemia del narcisismo) “las mujeres se enganchan a los chicos que no temen a ir contra la corriente, les resultan más hombres”. Investigando más a fondo, hemos descubierto que todo se lo debemos agradecer (o recriminar) a nuestras antecesoras prehistóricas. Ellas se dieron cuenta de que esos tipos malos harían todo lo posible para protegerlas del peligro y para llevar a la cueva hamburguesas de mamut a la hora de comer, aunque tuvieran que quitárselas a los hombres de las otras cavernas. Con todo esto es normal que, aunque algo nos diga que estos chicos pueden darnos problemas, llevemos innato ese deseo de jugar con fuego… Ardiente.



Otra cuestión relativa a los ‘bad boys’ es que los vemos como un reto. ¿Y qué ocurre? Pues que para nosotras la palabra imposible no existe. Cuanto más inalcanzable es algo, más pasión ponemos en el empeño. Los retos nos hacen fuertes. Por ejemplo: ¿te cruzas con él y no te mira, ni te sonríe...? Está claro, te está tentando. ¿Por qué pensamos así? Según la neuropsicóloga Louann Brizendine, autora de The Male Brain (La mente masculina) y The Female Brain (La mente femenina) (RBA), cuanto menos nos sonríe un hombre, más deseamos estar con él. “Nuestras mentes están preparadas para responder a los gestos de los demás, (es algo instintivo e innato y, por ese motivo, intentamos hacer felices a los bebés) y cuando vemos una reacción positiva, la hormona de la felicidad (dopamina) se relaja. Pero cuando no recibimos eso, la dopamina explosiona y crea tensión por lo que intentamos trabajar duro para conseguir sentirnos bien. Cuando nalmente consigues ganarte la sonrisa del niño malo, te sientes diez veces mejor que si él te hubiera sonreído de inmediato…” Es decir, no, no es porque seamos masocas, es porque somos luchadoras. ¿No crees?

"EL POR QUÉ LAS MUJERES PREFIEREN A LOS CHICOS MALOS"



Hola a todos! ¿Han escuchado de ésto o se les hace familiar? Estoy seguro de que muchos o la mayoría si. Entonces acompañenme en éste breve análisis explicativo.

Como muchos ya saben, las mujeres son más emocionales o emotivas que los hombres. Por un lado, esto se debe a determinantes biológicos, y por otro lado a aspectos socioculturales. Por el lado biológico, en primer lugar, podemos encontrar diferencias en algunas estructuras cerebrales (en el sistema límbico, área del cerebro que se encarga de los procesos emocionales). en segundo lugar, la fisiología de hombres y mujeres es diferente en cuanto al funcionamiento endocrino (nuestras glándulas secretan diferentes hormonas en diferentes proporciones). Un buen ejemplo de ésto último, es el conocido hecho de que las mujeres atraviesan cada mes por períodos mesntruales.

Por el otro lado, están los aspectos socioculturales, es decir patrones socialmente aprendidos en diferentes culturas que marcan diferencias marcadas en la manera como hombres y mujeres se desenvuelven. En éste caso, un buen ejemplo a mencionar es la conocida frase "los hombres no lloran", con la cual se ha críado a millones de hombres por generaciones haciéndoles pensar que es una expresión de debilidad, cuando en realidad es algo totalmente saludable y natural. Aún hoy en día, se escucha con frecuencia y se observa tanto en amistades o personas cercanas, como en diferentes casos que asisten a consulta. A la mujer se le permite mostrar su sensibilidad abiertamente, es parte de lo que socialmente se espera de ella.

Entonces, ya sabemos que hay aspectos biológicos y socioculturales que determinan que las mujeres sean más emotivas que los hombres, pero ¿Cómo se asocia ésto al hecho de que ellas muestren una tendencia a preferir a los chicos malos? A continuación se los explico.

Las emociones por definición son estados afectivos intensos y de corta duración. Entre más intensa es una emoción, mayor dominio tendrá sobre nuestro comportamiento. Por ejemplo, entre más cólera sientas mayor será la probabilidad de que golpees a quien te haya fastidiado. Es decir, las emociones se caracterizan por tener la capacidad limitar nuestras capacidades cognitivas para dicernir que es lo mejor o lo peor para uno, así como también de controlar tu comportamiento a medida que se intensifiquen. Los medios de comunicación y la economía de consumo han influido en gran medida a estereotipar dichas diferencias, creando modelos poco saludables a seguir, pero que seguimos por que emocionalmente nos "movilizan" más (nos generan emociones más intensas).

Entre más emocional o emotiva sea una persona (ya sea hombre o mujer) requerirá o demandará una mayor cantidad de situaciones, experiencias o estímulos intensos que los movilicen emocionalmente. Por lo tanto, las mujeres requieren o demandan una mayor cantidad de situaciones o estímulos intensos que las movilicen emocionalmente. Es aquí donde entra el "chico malo". Éste, en si, representa una gran fuente de emociones intensas. Al "chico malo" se le asocia con diversión, intensidad, aventura, riesgos, etc. No es que las mujeres no identifiquen los peligros que podría suponer el hecho de empezar a salir o empezar una relación con un "chico malo", si los identifican, sin embargo no les dan prioridad, pues recuerden que las emociones tienen la capacidad de sesgar y nublar en gran medida nuestra capacidad de juicio, así como también de controlar nuestro comportamiento dirigiéndolo a lo que si es prioridad en ese momento "el experimentar algo intenso".

El ser humano muestra una tendencia a ello. De ahí la expresión "le gusta jugar con fuego". En el caso de las mujeres que se interesan por chicos malos y que saben que no quieren mantener una relación con uno, pero que si les interesa salir con ellos, ellas "están jugando con fuego" y es muy probable "que salgan quemadas". Cuando hancen ésto, están jugando con variables de difícil control. ¿Por qué? Porque cuando un ser humano establece un vínculo (por más reciente que sea éste) con otro ser humano, se genera un puente emocional, y si lo que sostiene dicho puente son grandes dosis de emociones intensas, entonces casi sin que te des cuenta se habrá producido el enganche emocional, que sin una sólida autoestima y madurez emocional te costará mucho cortar. Otro problema más complejo en ésta misma situación, es que aquella chica que "jugó con fuego" y creyó "no haberse quemado" seguirá jugando con éste indefinidamente. Por lo general, suelen pensar "no yo lo dejo cuando quiera" o "no yo lo puedo cambiar para que sea bueno" o "si a mi me hace una (una cosa mala) lo dejo en el acto", éstas promesas rara vez se cumplen debido al enganche emocional que ya existe y que no ven.

Experiencias intensas positivas vs. experiencias intensas negativas:

Hacer ésta diferenciación es importante. El problema para los "chicos buenos" es que lo que lo que las mujeres perciben (y lo que ellos buscan brindarles) de ellos es estabilidad. Esto suena bien, PERO no se siente tan bien. Es decir, es la estabilidad es una gran cosa, pero no mueve emociones intensas. Lo seguro es predecible, el "chico malo" no es predecible, por tanto lo que perciben las mujeres de ellos es intensidad.

Este subtítulo, hace alución a un hecho importante. Lo que las mujeres realmente quieren son emociones intensas. Más allá de que en que "paquete" venga. La razón por la cual suelen preferir al chico malo, es porque a simple vista es más fácil percibir la posibilidad de experiencias intensas en ellos, y porque lamentablemente es más aparentemente más fácil y más rápido poder acceder a experiencias intensas negativas.

Un tipo importante de experiencia intensa positiva es "el factor sorpresa". Para las mujeres (en si para las personas, pero sobre todo en las mujeres) "el factor sorpresa" es muy importante. ¿Por qué? Porque no existe nada más intenso emocionalmente que las sorpresas, debido al impacto y novedad que suponen. Los "chicos buenos" casi siempre recurren a éste recurso. Sin embargo, existe un inconveniente en cuanto al "factor sorpresa" y es que éste demanda una gran capacidad creativa-imaginativa y muchas veces económica, con la que muchos "chicos buenos" no han desarrollado y tardan semanas para sucitar emociones intesas, quedando fuera de competencia ante las continuas experiencias intensas negativas que sucita un "chico malo" en un día. Es decir, entre más experiencias intensas se le proporcione a una mujer (más allá de que sean positivas o negativas) mayor será el enganche emocional. Un último detaller en cuanto al "factor sorpresa" es que hay sorpresas y sorpresas. Entre más creativa es una sorpresa es más intensa emocionalmente. Puede ser que una mujer considere muy lindo que le envíes siempre flores a su oficina, pero lo lindo no es siempre intenso y llega un momento en el que deja de serlo.

Las experiencias intensas negativas son de otro tipo. En un principio, cuando una chica y un "chico malo" salen, estos también proporcionan experiencias intensas positivas ya que su manera de proceder y de comportarse es poco predecible funciona como el "factor sorpresa" y con eso se genera un primer enganche. Por ejemplo, si eres mujer y estás con un chico bueno que sabes que siempre te llama todos los días a las 6:00pm para decirte que te quiere, eso puede ser "lindo", pero no intenso. En cambio el chico malo que no te llama para nada, sino que tú lo tienes que llamar por que sino no te enteras por dónde anda con eso te mantiene en incertidumbre (la cual es intensa) y con eso el "chico malo" generó un primer enganche, y genera un segundo enganche (mucho más intenso) el día que te llama en el momento que menos lo esperabas y que te dice que pasará por ti sin decirte a dónde irán.

Sin embargo, los "chico malos" son llamados así por algo ¿verdad? Algunos ejemplos de "chico malo" van desde el chico que sabes o tienes dudas de que ésta envuelto en actividades ilícitas (como narcotráfico, venta y posesión de drogas), pasando por el jefe que sabes que está casado pero que te jura que te prefiere y que se va a divorciar, o por aquel que sabes que tiene fama de mujeriego (aunque te lo hayan confirmado tus mejores amigos/as), hasta el típico rockero o reggaetonero que sale en su video rodeado de chicas lindas y despilfarrando el dinero (este último ejemplo es medio en broma, pero es algo totalmente real), etc.

¿Por qué las mujeres se quedan muchas veces por mucho tiempo en relaciones disfuncionales con "chicos malos"? Es por el enganche emocional que se genera. Y ¿Cómo justifican para si mismas el hecho de que permanecer en una relación disfuncional con ellos es lo mejor? De muchas maneras. Las más comunes son: "Yo lo puedo lograr que el cambia", "El sin mi está estaría perdido", "No puedo estoy enamorada de él y no creo que nunca me pueda volver a enamorar de otra persona como me enamoré de él", "No quiero quedarme sola", "Quizá el algún día se de cuenta y cambie y me valore", etc. Además, como ya mencioné líneas arriba se ponen a sí mismas límites ficticios bajo los cuales le darían fin a la relación "Si me vuelve a insultar de esa manera lo dejo", "Si me pega lo dejo", "Si me vuelve a pegar lo dejo", "Si me vuelve a engañar lo dejo", etc. Los golpes, los insultos, las peleas, las reconsiliaciones disfuncionales, etc. Son ejemplos de experiencias intensas negativas, y todas ellas generan enganches emocionales muy fuertes. Muchas mujeres me dicen en consulta que no pueden entender por qué siguen a lado de hombres que las hacen sufrir tanto, intentan pensar de manera lógica y dicen "si alguien hace daño uno se aleja", pero no comprenden que no son lógicas y que funcionan de manera distinta a nuestros pensamientos.


El tema da para mucho más análisis, así que también escribiré más sobre esto más adelante.