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Bueno Gente de Taringa, Este es un post 100% Recopilado de Paginas de internet, Nada es original, solo yo quiero que ustedes intenten aprender Un idioma milenario que tiene ya casi mas de 3 milenios en el mundo y es muy conocido.



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1- ¿Que son los "Jeroglíficos"?




2- ¿Quien Fue el primero en aprenderlos y desvelarlos?




3- ¿Como se componen?



Abecedario en Jeroglíficos:





¡Arrancamos!

La escritura jeroglífica es, sin ninguna duda, una de las más bellas creadas por el hombre a lo largo de toda la Historia. Cada uno de sus signos nos acerca a un aspecto del contexto vital de los egipcios antiguos, y nos permite conocer algo más sobre su cultura. Algunas inscripciones presentan tal perfección y detalle en la representación de los signos que pueden ser consideradas como verdaderas obras de arte, como las talladas en la Capilla Blanca de Sesostris I, en Karnak. En los signos de estas inscripciones, el plumaje de las aves presenta un detalle excepcional, los escarabajos están representados con una fidelidad anatómica sobresaliente, y cada signo, en definitiva, parece querer escapar de la piedra, pese a la falta de policromía, que se ha perdido y que añadiría todavía más viveza a cada uno de los jeroglíficos.
La contemplación de estas inscripciones nos ofrece una variopinta colección de signos, que fueron ya clasificados en categorías por los primeros viajeros que visitaron Egipto en el s. XVIII, en un deseo de racionalizar unas inscripciones que no se comprendían por aquel entonces, y se asociaban a misterios filosóficos. Uno de estos viajeros fue Carsten Niebuhr, que en su obra Reisebeschreibung von Arabien und anderen umliegenden Ländern (Copenhague 1774) ofrece una clasificación, siguiendo criterios objetivos basados en la forma de los signos, de los jeroglíficos que pudo ver durante su estancia en Egipto.


Tabla de Niebuhr con una serie de jeroglíficos clasificados según su forma.

No obstante, la primera clasificación por categorías de los signos, realizada ya desde el conocimiento de su significado, fue confeccionada por el descifrador de la escritura jeroglífica, Jean-François Champollion, y ha sido la base para todas las clasificaciones posteriores. En su Dictionnaire Égyptien Champollion ordena los signos jeroglíficos en siete categorías:
I. Corps célestes, divisions générales du ciel et de la terre.
II. L’homme et les parties de son corps.
III. Les animaux.
IV. Végétaux: arbres, plantes, fleurs et fruits.
V. Edifices et constructions.
VI. Habillements, coiffures, armes, meubles et ustensiles; instruments d’écriture, de musique, des arts et des métiers, insignes, parures.
VII. Figures et formes géométriques
En la gramática, sin embargo, desarrolla esta clasificación en diversos subapartados, que designa mediante letras, como puede verse en la imagen:


Página del capítulo primero de la gramática de Champollion, donde analiza la forma de los signos jeroglíficos y los clasifica según una serie de categorías.

Esta clasificación sirvió de base para la que hoy en día se utiliza a nivel general en Egiptología, la clasificación realizada por el egiptólogo británico Sir Alan H. Gardiner, publicada en su Egyptian Grammar. Being an introduction to the study of hieroglyphs (Oxford 1927). En ella las categorías están asociadas a una letra, como ya había hecho Champollion, y cada signo recibe a su vez un número, por lo que su identificación completa es una letra y un número.


(click en imagen para pantalla grande)

Pero, ¿es el número de signos jeroglíficos infinito? Por supuesto que no, aunque su número varió según el periodo histórico, desde en torno a unos mil durante el Reino Antiguo, a unos 750 asociados a la fase de la lengua egipcia llamada Egipcio Medio, que se dispararían nuevamente en épocas posteriores, alcanzando los varios miles en época grecorromana. Estas variaciones obedecen a distintos motivos. En el caso de la reducción del número de signos en el paso del Egipcio Antiguo al Egipcio Medio, la causa se debe a una racionalización de la escritura, a su estandarización, que limitó el número de signos que en principio se referirían al mismo fonema, o redujo las variantes de un mismo signo. Con respecto a su aumento a finales de la historia egipcia, para comprenderlo hemos de recordar lo que ya comentamos en artículos anteriores. La escritura jeroglífica está restringida, generalmente, a las inscripciones monumentales, además de aparecer en textos concretos, como partes de papiros funerarios, aunque el cuerpo principal del texto de estos papiros suele estar en jeroglífico cursivo o bien hierático. Así pues, la escritura jeroglífica fue perdiendo progresivamente su carácter práctico, de uso, y se fue haciendo cada vez más compleja, quedando su uso y conocimiento restringido a ámbitos sacerdotales muy concretos. Los textos compuestos con ella eran de carácter teológico y mágico, y los nuevos signos permitían hacer juegos de palabras combinando imagen y sonido, por ejemplo.
Por otra parte, en lo referente a la forma de los signos jeroglíficos, ya hemos visto que a través de su estudio podemos conocer distintos aspectos de la sociedad egipcia. No obstante, hemos de tener cuidado también con esto, ya que podríamos caer en anacronismos. El egiptólogo del Museo Británico Richard Parkinson nos ofrece un ejemplo interesante a este respecto. El signo jeroglífico empleado para el verbo “escribir” y su campo semántico es el siguiente:



Está compuesto por una paleta para preparar la tinta negra y roja, una bolsa para llevar los pigmentos y un estuche para pinceles. Se trata de una representación arcaica de los instrumentos del escriba, que será la utilizada para el campo semántico de la escritura a lo largo de toda la historia egipcia. No obstante, durante la V dinastía, al parecer, esta paleta ya había sido sustituida por otro modelo de paleta distinto en el que además de transportarse la tinta se incluía un receptáculo para los cálamos.


Paleta de escriba de marfil de Tutankhamón (Carter 271b, J. d'E. 62081), donde se pueden ver los dos receptáculos para la tinta negra y roja, con restos de pigmentos en los que se pueden apreciar indicios de uso, así como los cálamos guardados en el receptáculo destinado a tal uso.

El distanciamiento entre el instrumento real y la forma del signo dio lugar a la malinterpretación de algunos de los elementos del segundo, interpretándose la bolsa para pigmentos como un recipiente para agua.
Otros signos, sin embargo, sí que modificaron su forma de un periodo a otro en función de los cambios en el objeto real, y también hubieron de crearse nuevos signos para expresar nuevos conceptos, como el signo para el carro, que no fue introducido en Egipto hasta finales del Segundo Periodo Intermedio y principios del Reino Nuevo.



Sobre Colores y Sentidos...

Otro elemento cuyo estudio resulta interesante cuando hablamos de la escritura jeroglífica es el color. No obstante, es éste un aspecto que en muchos casos no tenemos en cuenta, ya que un gran número de inscripciones, por hallarse en el exterior, ha perdido su coloración. El color, sin embargo, era considerado por los egipcios como parte de la esencia de la imagen representada. La palabra egipcia para color era:



Esta palabra, además de significar “color”, es utilizada con el significado de “naturaleza”, “esencia” o “ser”, lo que nos indica que para los egipcios antiguos el color era una parte intrínseca del ser. Combinado con la forma, reflejaba de forma más elocuente la verdadera naturaleza del elemento representado. No obstante, hay que destacar asimismo que los colores también podían ser utilizados con criterios plenamente estéticos, sin connotaciones simbólicas concretas. Así, en ocasiones se alternan colores claros y oscuros con el objetivo de crear un ritmo visual y diferenciar los elementos que aparecen en la imagen, como es el caso de los luchadores representados en las tumbas de Beni Hasan.
El estudio del uso del color en la escritura jeroglífica arranca desde los inicios de la filología egipcia, es decir, con Jean-François Champollion. Champollion dedica las páginas 7 a 11 de su Grammaire Égyptienne a analizar los colores utilizados para cada tipo de signos:



En los casos en los que las inscripciones han conservado su colorido, podemos apreciar la viveza de los colores. Había seis colores básicos con los que el artista egipcio conseguía elaborar verdaderas obras de arte. Estos eran el rojo, el azul, el amarillo, el verde, el blanco y el negro. El rojo, obtenido a partir de óxido de hierro u ocre rojo, era el color de elementos como el fuego, el sol y la sangre, y era símbolo del caos y la destrucción. El nombre del desierto en egipcio, dSrt (desheret, de donde proviene nuestra palabra), significa precisamente “la (tierra) roja”, ya que en este territorio quedaban simbolizados conceptos como el caos, lo inerte o la muerte. Por otra parte, los amuletos en forma de corazón solían elaborarse con materiales de este color. El azul se obtenía a partir de la combinación de óxido de cobre y hierro con sílice y calcio, lo que recibía el nombre de “azul egipcio” . Se asociaba a los elementos cósmicos, como el cielo o el agua, y a partir de ésta a la fertilidad. Los dioses creadores según el mito de la ciudad de Hermópolis, la Ogdóada Hermopolitana, se representaban en azul por esta vinculación cósmica. El amarillo, elaborado a partir del ocre natural, era utilizado en pintura para representar el oro, y se vinculaba al sol. El cuerpo de los dioses, según los textos egipcios, estaba hecho de oro, por lo que es pintado de amarillo en muchas ocasiones. El verde, que se obtenía del mismo modo que el azul o a partir de la malaquita, es el color de la vegetación, y era el color asociado a la salud y la vitalidad. El ojo de Horus, cuyo nombre en egipcio es wDAt (udjat), es decir, “lo que está completo”, era representado en este color. El blanco, obtenido a partir de creta y yeso, era el color de la pureza, de la sacralidad. El término para blanco, HD (hedj), es el mismo utilizado para referirse a la plata, y representaba la luna. La corona del Alto Egipto era de este color, y recibía el nombre de HDt (hedjet), es decir “la blanca”. Por último, el negro, que se conseguía a partir de carbón, era el color del inframundo, de la oscuridad y la muerte, y de este color era representado el dios Anubis. No obstante, también era un color asociado a la fertilidad, ya que de este color era el limo que cubría los campos con la crecida del Nilo y permitía las nuevas cosechas. El valle del Nilo, de hecho, era conocido como kmt, “la (tierra) negra”, por este motivo.
El simbolismo de los colores es mucho más rico, pero aquí dejo simplemente unos breves apuntes. En la exposición “El enigma de la momia” podemos ver un ejemplo de este uso simbólico del color en el papiro de Chahoriatef, donde, en la larga rúbrica en hierático, escrita con tinta roja, vemos unas palabras intercaladas en negro. La primera de ellas es el nombre del dios Ra. El motivo por el cual aparece escrito en negro es que, como he dicho arriba, el color rojo estaba asociado a la destrucción y al caos, por lo que era de mal agüero escribir el nombre de este dios con ese color.


Fragmento del Libro de los Muertos de Chahoriatef (XXI-XXII dinastías) en el que se ha señalado el nombre del dios Ra, escrito con tinta negra, a diferencia del resto de la rúbrica, que utiliza el color rojo.

Pasemos a otro aspecto de la escritura jeroglífica, el orden de lectura de los signos. ¿Cómo hemos de comenzar a leer una inscripción jeroglífica? Tomemos otra pieza de la exposición para verlo, una realmente bonita, la estela de Neshor:



Si comenzamos a leer las líneas de texto de la parte inferior, advertiremos que todos los signos que representan seres humanos o animales, como por ejemplo las aves, miran hacia la derecha.



Esto nos está indicando por dónde hemos de iniciar la lectura, ya que todos los signos miran hacia el comienzo del texto. Así pues, este texto se lee de derecha a izquierda, que era la orientación generalmente preferida por los egipcios antiguos. No obstante, los textos egipcios pueden leerse además de izquierda a derecha, así como de arriba abajo. Si nos fijamos nuevamente en la estela, veremos que delante de cada una de las mujeres que aparecen tiene delante un pequeño texto. Estos textos han de leerse de izquierda a derecha y de arriba abajo, como nos indican las figuras de la serpiente, el niño sentado o el buitre, que miran todos hacia la izquierda.



No obstante, y como en casi todo, siempre existen excepciones a la regla. Los egipcios antiguos estaban muy orgullosos de su sistema de escritura, y les encantaba experimentar con él, elaborando textos de características peculiares. Un ejemplo de ello es la llamada “escritura retrógrada”, que encontramos desde el Reino Antiguo, pero que se volvió muy común durante el Reino Nuevo, especialmente en los papiros del Libro de los Muertos escritos en escritura jeroglífica cursiva. Esta escritura retrógrada consiste en que, pese a que los signos miren hacia un lado, hay que leer comenzando por el lado opuesto. La finalidad de este fenómeno, según indica Parkinson, sería indicar el carácter arcano y especializado del texto. Otro fenómeno interesante, que podría encuadrarse también como escritura retrógrada, es la aparición de textos que se leen de abajo hacia arriba en algunas estatuas de finales del Reino Medio, incluso tratándose de líneas horizontales. Otra excepción, que realmente no lo es, sino que entra dentro de los juegos de palabras y experimentos con la escritura jeroglífica, es la llamada “Estela crucigrama de Paser”, conservada en el Museo Británico (BM EA 194). Pese a que más adelante hablaré de ella con más detalle, vamos a ver sus características generales:


Dibujo de la parte superior de la Estela crucigrama de Paser (XX dinastía).

Esta estela presenta un himno a la diosa Mut, dispuesto de una forma muy original. Su superficie está cubierta por una cuadrícula que originalmente es posible que tuviese 80×80 cuadros, en el interior de los cuales hay entre uno y cuatro signos. El texto puede leerse tanto de forma vertical como horizontal, y en ambos sentidos tenemos un himno a Mut, pero en la rúbrica que aparece en la parte superior de la estela se indica que existen tres formas distintas de leer el texto (Sd r sp 3, “léase tres veces”). La tercera forma de leer la estela sigue siendo, hoy en día, un misterio.



Bueno Espero que les haya gustado este post con las cosas básicas para Diferenciar letras colores y sentidos... Nos vemos la Próxima!