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Vivir en una estación de tren ya es posible, aunque eso sí ya no hay ni ruidosos trenes ni centenares de viajeros que van a impedir conciliar el sueño. En Norrvidinge, al sur de Suecia y cerca de la ciudad de Malmo, se ha producido esta transformación en la que este lugar ha pasado a ser una lujosa casa con todas las comodidades, sin perder ni un ápice de su encanto natural.

Construida en 1912 por el arquitecto Folke Zettervall, consta de tres pisos que ahora tienen una nueva función. La que era la sala de espera de la estación, la planta baja, se ha convertido en una sala de estar que guarda varios recuerdos de su antigua ocupación como por ejemplo las taquillas o los buzones.

La segunda planta tiene una cocina muy espaciosa y las habitaciones. Finalmente, en la última hay un ático sin amueblar que puede ser transformado a gusto del consumidor, ya sea como otra habitación o un estudio. Y es que esta casa está a la venta por 318.000 dólares (unos 290.000 euros).