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La historia del “Astronauta de Solway”




En un día soleado de mayo de 1964, Jim Templeton llevó a su esposa e hija a un día de campo cerca de Burgh by Sands, con vistas al Fiordo de Solway en Cumbria, Inglaterra. Jim era una amante de las fotografías y no paraba de fotografiar a su familia con su Kodak SLR. Hizo una serie de tres fotos en una rápida sucesión de su hija sentada en la hierba con un ramo de flores silvestres. En la primera y tercera fotografía no parecía haber nada extraño, pero en la segunda fotografía había una extraña figura detrás de la cabeza de su hija.

Jim y su familia no vieron la anomalía en la fotografía hasta que recogieron sus fotos. El fotógrafo que reveló las fotos señaló la anomalía a Jim, quien se quedó estupefacto y no pudo dar ninguna explicación para la enigmática figura. Poco después, diversos medios de comunicación del país publicaron la noticia, y la familia comenzó a recibir cartas de personas de todo el mundo, sugiriéndoles diversas teorías para la figura humanoide vestido con un traje blanco y con un casco. Muchos creían que la entidad era un hombre del espacio de otro planeta, un viajero del tiempo desde el futuro, o incluso un espíritu o proyecciones posiblemente psíquicas de las mentes de los miembros de la familia.

Pero aunque parezca increíble, lo más extraño del caso fue que dos funcionarios del gobierno vestidos completamente de negro se presentaron en la casa de los Templeton para interrogar a Jim, además de insistirle en que les mostrara la zona donde había hecho la fotografía. Los “Hombres de Negro” se identificaron como “Número 9” y “Número 11”. Durante el interrogatorio, los hombres le preguntaron sobre un “segundo hombre del espacio”, un hecho que confundió a Jim porqué nunca vio a un segundo hombre del espacio. Pero su declaración no parecía convencer a estos dos “Hombres de Negro”.




Poco después ocurrió otro giro en la historia de la enigmática fotografía, cuando un técnico que trabajaba en la zona de lanzamiento de cohetes Blue Streak de Woomera, Australia, se puso en contacto con él. Este técnico le explicó que después de ver su fotografía, recordó que su equipo observó dos figuras idénticas delante de las cámaras de seguridad en la plataforma de lanzamiento, por lo que el lanzamiento tuvo que ser abortado. Todo esto ocurrió sólo un par de horas después de que Jim hiciera su fotografía en Inglaterra. El técnico también le dijo que curiosamente los misiles Blue Streak fueron fabricados en un emplazamiento militar de la Real Fuerza Aérea (RAF), a tan sólo 40 kilómetros de Burgh le Marsh, Lincolnshire, Reino Unido.

Un año después, Jim decidió regresar al lugar para hacer otras fotografías, y cuando él las recogió en la misma tienda fotográfica, el mismo fotógrafo le dijo que no podían ser reveladas. La única manera de revelar sus fotografías era utilizando el nombre de sus vecinos. A día de hoy nadie ha podido probar si se trata de un montaje, y Jim Templeton nunca ha tratado de ganar dinero con ella. Por su parte, Kodak permitió que la imagen tuviera una libre distribución por si cualquier persona pudiera resolver el misterio.




¿Qué sucedió realmente?


Ya en 2008, 44 años después del día de campo de la familia Templeton, Jim concedió una entrevista a la BBC reafirmando su historia sobre la misteriosa fotografía.

“Fuimos a hacer un excursión y nos ubicamos en ese lugar”, dijo Jim Templeton en una entrevista a la BBC antes de su muerte en 2011. “Nos sentamos y le dije a mi hija: Ahora te voy a hacer algunas fotografías con el nuevo vestido, sin esperar que ocurriera esto.”

Jim se refería a “esto” a las décadas de debate sobre la misteriosa figura que aparece detrás de su hija, Elizabeth, y que fue publicada en los medios de comunicación de todo el mundo. Y como no, para los ufólogos, estaba claro. Un traje blanco; Un casco; Una visera oscura. Se trataba claramente de un astronauta. Aparte de su esposa, Annie y de su hija Elisabeth, el bombero de Carlisle mantuvo que no había nadie más en Burgh le Marsh, con vistas al estuario de Solway en Cumbria.




A parte de la confesión de Jim, los expertos aseguran que el bombero no vio la enigmática figura debido al “punto ciego” de su cámara Pentacon F que sólo le permitía ver el 70% de lo que la lente estaba fotografiando. Esta teoría es respaldada por otra fotografía tomada ese mismo día que muestra a su mujer, de nuevo mostrando el punto ciego de la cámara de Jim.

Así que parece ser que la confesión de Jim era sincera: No había nadie más con ellos ese día, y que realmente no vio más que a su hija cuando hizo la fotografía, además de que se ha demostrado que la imagen no ha sido manipulada, ni editada posteriormente o hecha a propósito de cualquier manera. Pero los más escépticos aseguran que Jim Templeton era plenamente consciente de que su anomalía en la fotografía era una simple pareidolia, pero que disfrutaba de la atención adquirida en los medios de comunicación de todo el mundo por la inquietante imagen.