Si los humanos vinieron de los monos, ¿por qué los monos no están evolucionando en humanos?
Los humanos, simios y monos son sólo “primos” evolutivos distantes. No venimos de los monos sino de un ancestro común que no fue ni mono ni humano que vivió millones de años en el pasado.
De hecho, durante los últimos siete millones de años muchas especies similares a la humana han evolucionado; algunos ejemplares incluyen al Homo habilis, al Homo erectus, y al Homo neanderthalensis.
Todos ellos se extinguieron en momentos diferentes, dejándonos justamente a nosotros compartir el planeta con un puñado de otros primates.
Hay demasiadas lagunas en el registro fósil como para que sea cierta la evolución
En efecto, hay muchos fósiles intermedios. El Archaeopteryx, por ejemplo, es uno de los más antiguos fósiles conocidos de aves con un esqueleto reptiliano y plumas. Ahora hay evidencia de que algunos dinosaurios tenían pelo y plumas.
Los terápsidos son los intermedios entre los reptiles y los mamíferos, el Tiktaalik es un extinto pez de aleta lobulada intermedio a los anfibios, hay ahora al menos seis etapas de fósiles intermedios en la evolución de las ballenas, y en la evolución humana hay por lo menos una docena de etapas de fósiles intermedios desde que los homínidos se separaron de los grandes simios hace seis millones de años.
Considerando la excepcionalmente baja probabilidad de que una planta o animal muerto se fosilice es extraordinario que hayan tantos fósiles como los que tenemos.
Primero el animal muerto tiene que escapar de las mandíbulas de los carroñeros.
Luego tiene que ser enterrado bajo las infrecuentes circunstancias que le harán fosilizarse en vez de descomponerse.
Posteriormente las fuerzas geológicas tienen que traer de algún modo el fósil hasta la superficie para ser descubierto millones de años después por un grupo de paleontólogos que lo estén buscando.
¿Por qué el registro fósil no muestra el cambio gradual si la evolución ocurrió gradualmente durante millones de años?
Los cambios repentinos en el registro fósil no son evidencias faltantes del gradualismo; estas son evidencias vigentes de la puntuación. Las especies son estables durante largos periodos de tiempo por lo cual dejan muchos fósiles en los estratos mientras están en su estado estable.
El cambio de una especie a otra, por tanto, sucede relativamente rápido (en una escala de tiempo geológico) en un proceso llamado equilibrio puntuado.
Una especie puede hacer surgir una nueva especie cuando un pequeño grupo “fundador” se separa y se aísla del grupo ancestral. Este nuevo grupo fundador, mientras permanezca pequeño y distanciado, puede experimentar relativamente cambios rápidos (las poblaciones grandes son genéticamente estables).
El cambio en la especiación sucede tan rápidamente que quedan pocos fósiles para registrarlo. Pero una vez cambiado en una nueva especie, los individuos conservarán su fenotipo por un largo tiempo, dejando muchos fósiles bien preservados.
Millones de años después este proceso tiene como resultado un registro fósil que asienta mayormente la estabilidad. La puntuación está allí entre el equilibrio.
Nadie ha visto pasar la evolución
La evolución es una ciencia histórica confirmada por el hecho de que muchas líneas independientes de evidencia convergen en esta única conclusión.
Grupos independientes de datos de la geología, paleontología, botánica, zoología, biogeografía, anatomía y fisiología comparada, genética, biología molecular, biología del desarrollo, embriología, genética de las poblaciones, secuenciación del genoma, y muchas otras ciencias señalan por separado que la vida evolucionó.
Los creacionistas exigen “sólo una forma de fósil transicional” que muestre la evolución. Pero la evolución no es probada a través de un simple fósil.
Es probada a través de una convergencia de fósiles, junto con una convergencia de comparaciones genéticas entre las especies, y una convergencia de comparaciones anatómicas y fisiológicas entre las especies, y muchas otras líneas de investigación.
(De hecho se puede ver el paso de la evolución ―especialmente entre organismos con cortos ciclos reproductivos que están sujetos a extremas presiones ambientales.
El conocimiento de la evolución de los virus y las bacterias es vital para la ciencia médica.)
La ciencia sostiene que la evolución ocurre por azar
La selección natural ni es “aleatoria” ni ocurre por “azar”. La selección natural preserva los aciertos y erradica los errores. Para ilustrar esto, imagine un mono en una máquina de escribir. Para que el mono tipee las primeras 13 letras del soliloquio de Hamlet por suerte, le tomaría un número de 2613 intentos para lograrlo.
Esto es 16 veces tan grande como el número total de segundos transcurridos en el tiempo de vida del sistema solar.
Pero si se preserva cada letra correcta y se elimina cada letra incorrecta, la frase “tobeornottobe” sería “seleccionada” en sólo 335 intentos, o en sólo segundos en un programa de computadora. Richard Dawkins define la evolución como “una mutación aleatoria más una selección acumulativa no aleatoria”.
Es la selección acumulativa la que conduce la evolución. El ojo evolucionó de una única, ligeramente sensible mancha en una célula al complejo ojo de hoy no por azar, sino mediante miles de pasos intermedios, cada uno preservado porque hicieron un ojo mejor. Muchos de estos pasos aún existen en la naturaleza en organismos más simples.
Sólo un diseñador inteligente pudo haber hecho algo tan complejo como un ojo
La anatomía del ojo humano muestra que no hay nada “diseñado inteligentemente”. Este está construido al revés y hacia atrás, con fotones de luz teniendo que viajar a través de la córnea, el cristalino, el humor vítreo, los vasos sanguíneos, las células ganglionares, las células amacrinas, las células horizontales, y las células bipolares, antes de llegar a los fotosensibles conos y bastones que convierten el estímulo de luz en impulsos nerviosos, los cuales son enviados a la corteza visual en la parte posterior del cerebro para procesarse en patrones con significado.
Para una visión óptima, ¿por qué un diseñador inteligente habría construido un ojo al revés y hacia atrás? Este “diseño” sólo tiene sentido si la selección natural construye ojos a partir de los materiales disponibles, y en la configuración particular de las estructuras orgánicas preexistentes del organismo ancestral.
El ojo muestra las vías de la historia evolutiva, no el diseño inteligente.
La evolución es sólo una teoría
Todas las ramas de la ciencia están basadas en teorías, las cuales están basadas en hipótesis demostrables y explican un largo y diverso grupo de hechos sobre el mundo. Se considera sólida una teoría si predice consistentemente nuevos fenómenos que se observan consecuentemente.
Los hechos son los datos del mundo. Las teorías son ideas explicativas sobre estos datos. Las leyendas y otras afirmaciones no demostradas no son parte de la ciencia.
La teoría de la evolución cumple todos los criterios de la buena ciencia, como lo determinó el juez William Overton en el juicio de Arkansas contra el creacionismo:
-Es guiada por la ley natural.
-Tiene que ser explicativa mediante referencia a las leyes de la naturaleza.
-Es demostrable de cara al mundo empírico.
-Sus conclusiones son tentativas.
-Es demostrable y rebatible.
Si usted puede encontrar fósiles de mamíferos en el mismo estrato geológico que los trilobites entonces la evolución sería desmentida. Hasta ahora nadie ha encontrado tales datos contradictorios.
La evidencia de la evolución humana ha resultado ser un engaño, una farsa, o un capricho
Ansiosos por desacreditar la evolución, los creacionistas ignoran los descubrimientos de fósiles de homínidos y generalizan los engaños y equivocaciones bajo la creencia de que los errores en la ciencia son un signo de debilidad.
Esto es una crasa tergiversación de la naturaleza de la ciencia, la cual avanza constantemente al usar tanto los errores como los aciertos. La ciencia progresa por su habilidad para construir acumulativamente en el pasado. La característica autocorrectiva del método científico es uno de sus prodigios más poderosos.
Fraudes como el Hombre de Piltdown, y errores involuntarios como el Hombre de Nebraska, el Cráneo de Calaveras, y el Hesperopithecus, fueron, en su momento, corregidos.
De hecho, no fueron los creacionistas quienes expusieron estos errores, fueron los científicos quienes lo hicieron.
Los creacionistas simplemente leen los reportes científicos de estos errores, y luego afirman deshonestamente que también fueron los suyos.
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