No hay mayor incongruencia que alguien se declare libre de tomar decisiones pero al mismo tiempo dependa económicamente de otra persona, pues en estos tiempos, la solvencia económica no sólo dignifica a la persona sino que le da verdadera libertad.
Es el caso de muchos adultos wannabechavitos que siguen viviendo en la irresponsabilidad y como bonachones a costillas de sus padres a pesar de estar en edad madura (y de haber acabado o truncado los estudios).
Para mala fortuna de estas personas, es muy fácil identificarlos:
1-Siempre paga con tarjeta y sin fijarse en el monto
Habrá excepciones de personas a las que les vaya muy bien y se pueden dar el lujo “de voltear al horizonte mientras se llena el auto de gasolina”, pero una persona que gana dinero, sea mucho o poco, conoce el valor de éste, vigila sus gastos y no muestra desdén a la hora de pagar. Esa señal es inequívoca de alguien al que lo siguen manteniendo sus padres.
2-En todas sus pláticas saca a relucir a sus padres
Este tipo de personas siempre tienen a sus padres en el centro de la conversación, pues al depender de ellos, basa gran parte de sus decisiones en lo que ellos “le autoricen” así como más tiempo de lo que una persona adulta independiente pasa con sus padres (Ojo: es importante convivir con los padres, pero estas personas conviven en prácticamente todo producto de la dependencia económica hacia ellos).
3-No decide inmediatamente
Estas personas al estar aún supeditados a la potestad de los padres, necesitan ”permiso” para cuestiones como un viaje, una fiesta o una decisión importante, pues efectivamente, ¡no la pueden tomar ellos de manera independiente
4-Sigue estudiando a pesar de pasar de los 30
Muchos jóvenes ven en “prolongar” los estudios la ventana a la “comodidad responsable” para seguir dependiendo de los padres con la excusa de “Aún no acabo mis estudios”, y es así que alargan lo más posible la carrera, posgrado o maestría para vivir en ese confort y bonachonería mental. En ese supuesto están “los fósiles” quienes van cursando una o dos materias por semestre alargando así la finalización de la carrera, y aun cuando la acaban, “siguen” estudiando cualquier diplomado, posgrado o curso de extensión para no sentirse que está injustificada su dependencia económica. Las condiciones varían, por supuesto, pero se podría decir que alguien mayor de 30 que sigue estudiando, es para obtener las beneficios de seguir siendo mantenido.
5-Nunca quiere hacer nada en “su casa”
Esta puede ser una muy buena señal que el individuo sigue viviendo con sus padres, pues nunca “pone” su casa para nada, pues a pesar de la comodidad en la que está, se siente avergonzado de ella. En estos casos, a veces resulta hasta un misterio donde vive, pues no le dice a nadie.
Es el caso de muchos adultos wannabechavitos que siguen viviendo en la irresponsabilidad y como bonachones a costillas de sus padres a pesar de estar en edad madura (y de haber acabado o truncado los estudios).
Para mala fortuna de estas personas, es muy fácil identificarlos:
1-Siempre paga con tarjeta y sin fijarse en el monto
Habrá excepciones de personas a las que les vaya muy bien y se pueden dar el lujo “de voltear al horizonte mientras se llena el auto de gasolina”, pero una persona que gana dinero, sea mucho o poco, conoce el valor de éste, vigila sus gastos y no muestra desdén a la hora de pagar. Esa señal es inequívoca de alguien al que lo siguen manteniendo sus padres.
2-En todas sus pláticas saca a relucir a sus padres
Este tipo de personas siempre tienen a sus padres en el centro de la conversación, pues al depender de ellos, basa gran parte de sus decisiones en lo que ellos “le autoricen” así como más tiempo de lo que una persona adulta independiente pasa con sus padres (Ojo: es importante convivir con los padres, pero estas personas conviven en prácticamente todo producto de la dependencia económica hacia ellos).
3-No decide inmediatamente
Estas personas al estar aún supeditados a la potestad de los padres, necesitan ”permiso” para cuestiones como un viaje, una fiesta o una decisión importante, pues efectivamente, ¡no la pueden tomar ellos de manera independiente
4-Sigue estudiando a pesar de pasar de los 30
Muchos jóvenes ven en “prolongar” los estudios la ventana a la “comodidad responsable” para seguir dependiendo de los padres con la excusa de “Aún no acabo mis estudios”, y es así que alargan lo más posible la carrera, posgrado o maestría para vivir en ese confort y bonachonería mental. En ese supuesto están “los fósiles” quienes van cursando una o dos materias por semestre alargando así la finalización de la carrera, y aun cuando la acaban, “siguen” estudiando cualquier diplomado, posgrado o curso de extensión para no sentirse que está injustificada su dependencia económica. Las condiciones varían, por supuesto, pero se podría decir que alguien mayor de 30 que sigue estudiando, es para obtener las beneficios de seguir siendo mantenido.
5-Nunca quiere hacer nada en “su casa”
Esta puede ser una muy buena señal que el individuo sigue viviendo con sus padres, pues nunca “pone” su casa para nada, pues a pesar de la comodidad en la que está, se siente avergonzado de ella. En estos casos, a veces resulta hasta un misterio donde vive, pues no le dice a nadie.