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Ha menudo los suspiros son relacionados con sentimientos de tristeza o nostalgia. Pero suspirar en realidad es un reflejo crucial que mantiene tus pulmones sanos, y ahora investigadores han descubierto que parte de tu cerebro lo controla.

El equipo, de la Universidad de Stanford, identificaron dos diminutos grupos de neuronas en el tronco cerebral que convierten la respiración en suspiros automáticamente cuando nuestros pulmones requieren de ayuda extra – y esto sucede aproximadamente cada 5 minutos, sin importar si estás o no pensando en algo deprimente.



El centro de respiración en el cerebro controla el tipo de respiración que realizaremos. De acuerdo con los investigadores está conformado por cantidades pequeñas de neuronas distintas. Imagina que cada una funciona como un botón que enciende un tipo diferente de respiración, existe el botón para las respiraciones regulares, otra para los suspiros y los otros (aunque aún no han sido identificados) podrían regular los bostezos, estornudos, la tos e incluso las risas y llantos.

Ahora, por primera vez, los científicos han podido identificar el ‘botón del suspiro’ y ha resultado ser sorprendentemente simple, eludiendo al cerebro consiente por completo – lo que en términos de biología sugiere que se trata de uno de los reflejos más cruciales, justo como el de ‘lucha o huida’.

Entonces, ¿por qué suspirar es tan importante? Resulta que, sin hacerlo, los alveolos – pequeños sacos que parecen globos en tus pulmones – pueden colapsar y batallar para tener que volver a inflarse.



Los suspiros son como respiraciones profundas, pero no intencionales. Comienzan como una respiración normal, pero antes de exhalar, tomas una segunda inhalación. Cuando los alveolos colapsan ponen en peligro la habilidad del pulmón para intercambiar oxigeno y dióxido de carbono, la única forma de inflarlos otra vez es por medio de un suspiro, que produce el doble de volumen de aire que un respiro normal.

Para la mayoría de nosotros eso no es un problema, pero para quienes padecen condiciones que no les permiten respirar profundamente no es tan simple. Por lo que es importante descifrar como se regula el proceso ya que posibilitaría la creación de medicamentos que puedan regular los suspiros.
Debido a que las pruebas fueron realizadas en ratones, se necesitará de más investigación para confirmar que la misma ruta existe en los humanos, pero las similitudes entre el sistema de los humanos y de los ratones sugieren que estamos en el camino correcto.
Lo que permanece un misterio, es sí los suspiros emocionales funcionan igual, ya que se ha comprobado que cuando estamos estresados, por ejemplo, suspiramos más. Sin embargo tendremos que esperar para responder esa pregunta, mientras tanto no te sientas mal si suspiras con tristeza, tus alveolos te lo agradecerán.



La investigación ha sido publicada en Nature.