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“The Martian”, la sangre de Matt Damon sella el hoyo de su traje espacial



Una violenta tormenta de viento hace que Matt Damon resulte herido. El impacto lo empuja debajo de una colina y una antena se cae sobre él. Su tripulación escapa para que la tormenta no acabe con su nave y dándolo por muerto, lo abandonan en el lugar. Sin embargo, la sangre que brota de su herida se congela alrededor de su traje dañado y lo mantiene presurizado, por lo que puede sobrevivir el tiempo suficiente para despertar y darse cuenta de lo mal que está. 




En la vida real, durante la misión de 1991 del transbordador espacial Atlantis, el astronauta Jerome III fue a una caminata espacial de rutina para evaluar unos nuevos guantes. Cuando regresaron al transbordador y se quitaron los guantes, se dieron cuenta que Jerome tenía una pequeña rasgadura en el dedo índice que no había visto antes pero esta pequeña herida salvó a toda su mano: la coagulación había logrado cubrir el hoyo del guante como un pegamento y así, mantuvo la presurización adecuada.





“Gravity“, Sandra Bullock aterriza en el agua


Después de cuestionarse qué tan buena idea era entrar a la atmósfera terrestre en una cápsula espacial china, Sandra Bullock decide hacerlo. La cápsula comienza a arder pero por suerte, cayó en un lago. La cápsula se hunde pero finalmente ella logra salir.






Muchos astronautas, en realidad, aterrizaron así. Por mucho tiempo los aterrizajes en agua eran una realidad de los vuelos espaciales. El 15 de octubre de 1976, cuando el Soyuz 23 reingresaba a la tierra, los vientos lo empujaron algunos kilómetros más lejos de donde se tenía planeado su aterrizaje: junto a las heladas aguas del lago Tengiz de Kazakhstan. La escotilla no podía ser abierta sin que el agua congelada hiciera estragos en los cuerpos de los astronautas Vyachaslav Zudov y Valeri Rozhdestvensky.
 


Los dos se quitaron sus trajes presurizados, racionaron la comida y esperaron a que los helicópteros llegaran a su rescate. De pronto, el paracaídas se abrió e hizo que la cápsula se llenara con agua congelada, amenazando la vida de los astronautas que sabían que en cualquier momento se hundirían. Los astronautas intentaban arrastrar la cápsula a la superficie hasta que lo consiguieron. Más tarde llegó el helicóptero y los arrastró hasta la orilla.



Otra historia es la de Gus Grissom, que en 1961 fue el primer americano en el espacio. Cuando regresó a la tierra, cayó en el océano Atlántico en la cápsula Mercury. Antes de que la cápsula se estabilizara, la escotilla explotó y el agua empezó a entrar con rapidez. Grissom abandonó la cápsula con el traje puesto por lo que tuvo que luchar con fervor para no morir ahogado debido a su indumentaria.







“Die Another Day”, el espejo espacial Icarus


En el filme de James Bond, un millonario británico llamado Gustav Graves develó la construcción de Icarus, un espejo espacial diseñado para hacer más potente la agricultura. 






En la vida real, los rusos habían planeado poner un enorme espejo en el espacio para reducir la dependencia energética y aumentar la producción en los campos de cosecha. En 1993, la estación espacial Mir desplegó el satélite Znamya 2 que a su vez desplegó un espejo de 20 metros que lograba reflejar el sol, su intensidad era tres veces la de la luna. Pero en esa misión de prueba, el espejo perdió el control y sólo apareció un pequeño destello de luz en el cielo de Europa antes de que saliera de órbita y se quemara. En el 99 lo intentaron nuevamente pero no resultó.





“2010”, los astronautas hacen funcionar una nave congelada y descompuesta 

La secuela de “2001: Una odisea del espacio” cuenta la historia de Martin Brody, quien debe investigar la misión y fallas del Discovery One. Después de que Brody y su equipo acude con los soviéticos porque eran los únicos que tenían una nave capaz de llegar a esos límites, llegan al Discovery que había permanecido allí por nueve años. La nave aún tenía oxígeno y los tripulantes eran capaces de respirarlo. 






En 1985, la estación Salyut 7 se apagó y fue abandonada debido a una sobrecarga eléctrica. Cuatro meses después, Dzhanibekov y Viktor Savinykh recibieron órdenes para reparar la estación. Procedieron y cuando entraron, todo estaba oscuro y silencioso. No tenían energía ni agua líquida, pero para el décimo día, recargaron las baterías vacías de la estación, remplazaron los electrónicos quemados y los sistemas de reserva de agua. La estación quedó lista para funcionar como si nada hubiera ocurrido.







“Armageddon”, la tripulación arregla la falla eléctrica golpeando la nave


Cuando el intrépido grupo de astronautas de “Armageddon” intenta escapar del enorme meteorito que se aproxima, los motores se niegan a arrancar. En su desesperación, uno de los cosmonautas golpea con una llave el sistema eléctrico y funciona.



El astronauta Pete Conrad, después de completar una serie de ajustes a los paneles solares en la estación Skylab, supo que debía salir nuevamente para reparar la energía de la estación. Con un martillo en mano y harto de todas las inclemencias, golpeó el panel con la herramienta y mágicamente, la energía de la estación se reestableció. 






Cuatro años antes, en el Apollo 12, Conrad tenía dificultades con el generador eléctrico: el plutonio se había atorado y la nave no podía avanzar sin su combustible. Así que Conrad golpeó repetidamente con un martillo hasta que el combustible comenzó a trabajar nuevamente. En una entrevista Conrad dijo “nunca vayas a la luna sin un martillo”.