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Según el Papa, la piratería viola 2 de los 10 mandamientos




La industria del copyright acaba de recibir un apoyo “divino” en la lucha contra la piratería y es que los obispos españoles han apuntado con el dedo acusador a los que promueven la descarga ilegal de contenido señalando que vulneraría tanto el séptimo como el décimo mandamiento de la religión católica. De esta forma la iglesia se convierte en un nuevo elemento de presión social para tratar de influir a la hora de reducir la piratería digital.

La Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social presenta hoy el documento “La piratería en el cine. Una mirada desde la Doctrina Social de la Iglesia” y en él se hace hincapié a la gravedad de subir material ilegal a la red con el fin de distribuirlo gratuitamente a través de las páginas de streaming y descarga P2P. Los obispos afirman que la piratería “es un pecado contra la virtud de la justicia” al impedir dar a otros “lo que le es debido” y por lo tanto se vulneraría el séptimo mandamiento de la fe cristina que prohíbe robar a los fieles de esta religión.

Según los prelados, se está provocando un daño “al bien común de la sociedad” al dañar a una industria que “está llamada a contribuir a su difusión y su consecución”. La Iglesia condena el deseo de poseer los bienes ajenos “por encima de cualquier limitación y derecho” algo que se relaciona con el décimo mandamiento (no codiciarás los bienes ajenos).




La Iglesia pide a sus fieles que no “caigan en la piratería”
Mediante un articulado de 16 puntos, el documento elaborado por la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social recoge los entresijos del mundo del cine y su labor de difusión informativa y de valores y atacan el concepto del “todo gratis” que supone la piratería de películas o series en Internet.

Para los obispos españoles la difusión gratuita de este tipo de contenidos supone un grave freno en el desarrollo de una actividad básica para la sociedad y reflejan que no solo se va en contra de las leyes de cada país, sino también de la Ley de Dios. Además, se hace referencia al cine como una potente herramienta de evangelización y se piden más esfuerzos para crear políticas e iniciativas con objetivos formativos, que busquen inculcar valores desde pequeños para evitar comportamientos de esta clase en el futuro. No obstante, dejan para el final un reproche a la industria del cine, al afirmar que es necesario adaptar la situación tecnológica a la hora de crear y difundir la obra producida.