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Tiempo de vacaciones, tiempo de viajar y de realizar largos trayectos por ruta. Por eso nunca está de más recordar algunos ítems para evitar que el viaje de placer se convierta en una penosa experiencia.




"quienes más expuestos están en esas circunstancias son los conductores que habitan en ciudades y que salen poco a la ruta, ya que no cuentan con mucha experiencia para afrontar la diversidad de terrenos y condiciones que se pueden presentar".

Entre los consejos y las precauciones

Leer el camino con mucha anticipación; es decir, analizar el estado del piso por el cual se va a transitar unos segundos más tarde para constatar si en él habrá nieve, escarcha, hielo, barro o cualquier otra dificultad, y así disponer del tiempo suficiente para preparar la maniobra según el caso, y ante la menor duda, disminuir la velocidad antes de llegar al lugar.

Desconfiar de todo lo que brille en el camino tanto en asfalto como en ripio o tierra, ya que ése es un indicador seguro de hielo, agua, barro u otra superficie con menor adherencia que la normal.

Prestar mucha atención a los lugares con sombra (debajo de los puentes, bajo los árboles y demás), porque en las primeras horas de la mañana es bastante probable que allí haya hielo o escarcha.

Al entrar en una curva o en otro sitio en el que sea necesario frenar, el auto tenderá a seguir de largo y salir del camino. Incluso si se sigue en línea recta, se puede perder el control si el cambio de adherencia es muy brusco.

En casos de niebla, prender las luces antiniebla (si se dispone de ellas), colocar las balizas , disminuir la velocidad y prestar mucha atención a los sonidos del exterior. Si la niebla es muy cerrada, detener el vehículo y esperar hasta que se disipe antes de retomar la ruta.

Tener muy en cuenta el tipo y estado de los neumáticos que se usen, ya que son el único contacto con el camino, y por lo tanto, van a definir su adherencia. Recordar que en los casos extremos de conducción sobre hielo será necesario utilizar cadenas o ruedas con clavos para mejorar la tracción. También, que éstos no se deben utilizar para circular muchos kilómetros a marcha normal.

No copiar el ritmo o la velocidad que lleven otros vehículos sobre el mismo terreno. En condiciones de baja adherencia, es muy diferente el comportamiento entre vehículos, ya que éste se relaciona con sus sistemas de suspensión, el tipo de neumático y demás, por lo que conviene ir sintiendo el propio automóvil en lugar de tratar de seguir a otro.

Extremar las precauciones en las bajadas de las montañas, ya que el peso del vehículo provoca una inercia que es muy difícil controlar si se pierde adherencia al piso, aunque se circule a poca velocidad.

En esos casos, conviene recordar un muy viejo consejo: Bajar siempre utilizando el mismo cambio (y velocidad) que se usaría para subir por ese lugar . De esa forma, es posible emplear el freno muy suavemente para evitar el bloqueo de las ruedas, y lograr así una velocidad de ingreso en las curvas más conveniente. En esas situaciones es fundamental tratar que las ruedas estén siempre girando para mantener el mayor control posible.

En las subidas, las consecuencias pueden ser menores: tal vez se quede encajado o sin tracción para seguir subiendo.




¿Cuánto tiempo demoramos en reaccionar?
Transcurren entre uno y dos segundos desde que se percibe el peligro hasta que se pisa el freno. Circulando a 100 kilómetros por hora, el auto avanza en ese tiempo hasta 50 metros.

¿Cómo incorporarse a la circulación?
El ingreso de un vehículo al tránsito, genera una situación de riesgo. El conductor debe acatar tres pasos fundamentales Comprobar, advertir y ejecutar.

Parámetros de visibilidad
Cuando el conductor visualiza los triángulos negros pintados en el asfalto no debe sobrepasar los 40 kilómetros por hora. Si ve dos puede ir hasta 60 kilómetros por hora.

Agua, polvo y aceite, una mezcla letal
Las gotas se mezclan con las partículas de aceite y polvo del asfalto, volviendo a la superficie resbaladiza. En esa situación un auto necesita 150 metros para detenerse circulando a 120 km.

Si llueve no use luces altas
Esto es porque en ciertas ocasiones las gotas de agua crean una pared que refleja la luz, como si fuera un espejo, hacia los ojos del conductor.

Los objetos sueltos son proyectiles
Si se produce un choque, los objetos sueltos en el interior de un vehículo se transforman en proyectiles letales que pueden llegar a golpear con un gran impacto.

Agarre el volante y no acelere ni frene
Cuando el auto avanza a gran velocidad sobre una superficie con agua, los neumáticos no logran eliminar toda el agua, la rueda patina, en esos casos sujete el volante, no acelere ni frene.

Dos cosas a la vez
Evite hablar por teléfono celular mientras conduce. Expertos llegaron a la conclusión que mientras se habla la percepción se reduce.