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Roberto Gallardo, respaldado por la asociación Justicia Legítima, tuvo varios fallos contrarios a la gestión macrista.












Esta mañana, conocido el fallo de Roberto Gallardo suspendiendo fiestas y boliches, el juez se convirtió en blanco de las críticas en Twitter. Uno esos tweets lo mostraba junto al ex vicepresidente Amado Boudou. Esa foto refleja la marcada afinidad con el kirchnerismo del juez, que con varias de sus sentencias le complicó la gestión como jefe de Gobierno a Mauricio Macri.




Gallardo tiene 52 años y una polémica trayectoria como juez en lo contencioso administrativo en la que también le generó varios dolores de cabeza a otro ex jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, destituido tras la tragedia de Cromañón. Asumió la titularidad del Juzgado N° 2 en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad de Buenos Aires desde el momento que nació ese fuero, en 2001. Hubo un impasse en el que se alejó para desempeñarse como defensor general adjunto porteño, pero en abril de 2013 renunció al cargo para reasumir en el juzgado porque “la batalla por una Justicia comprometida con los intereses nacionales y populares se da con mayor profundidad en los tribunales”.










En varias declaraciones, el juez manifestó su simpatía por el anterior gobierno kirchnerista. En una entrevista que le hicieron en 2013 en el portal InfoJus, dijo que veía “con muchísima satisfacción” la discusión por democratizar la Justicia, que debería pensarse “como la expansión de la contradicción de modelos judiciales, que no es algo nuevo. Desde la Facultad de Derecho, las corrientes de derecho crítico denunciamos un Poder Judicial que está absolutamente alejado y hasta es contrario a los intereses de los sectores vulnerables, a los propios intereses nacionales. Es un Poder Judicial comprometido con intereses foráneos. Convalidó el genocidio de la dictadura militar y el saqueo en la década del ’90 con el menemismo. Gracias al gobierno nacional, se potenció la capacidad discursiva de quienes creemos en la democratización de la Justicia”.










En esa misma entrevista, contó que en su despacho tiene imágenes de un Cristo de los pobres, del padre Mugica, del Che Guevara y de Salvador Allende. También manifestó su aprecio por Hugo Chávez y Fidel Castro. Y relató un encuentro que tuvo con el ex presidente venezolano en la embajada de ese país: “Era un tipo muy interesante, divertido. Habían pasado como dos o tres horas ahí y de repente él levantó el teléfono y dijo: ‘acá estoy, con unos argentinos, vente, vente aquí, date una vuelta’. Cortó y a los diez minutos se abrió la puerta y era Fidel Castro. Cuando lo cuento se me ponen los pelos de punta. Para mí fue un regalo de la vida”.

Pero un juez habla por sus fallos. Y aquí Gallardo tiene bastante para decir. Estos son algunos de las sentencias contrarias al gobierno macrista:

En 2008, Gallardo citó a Macri y a algunos de sus funcionarios en una causa en la que investigaba la muerte de un bebé por falta de asistencia médica en un centro de evacuados de Villa Cartón. Entonces tuvo un duro cruce con el entonces ministro de Justicia, Guillermo Montenegro, quien le dijo que “si tiene apetencias políticas debería dejar la magistratura y presentarse como candidato”. Gallardo denunció “una política de disciplinamiento”.

También en 2008, respaldó con una medida cautelar al ex director del hospital Argerich, el también kirchnerista Donato Spaccavento (luego muy cuestionado por su gestión en el hospital Posadas). El Gobierno porteño entonces intervino el hospital y una nueva orden de Gallardo le impidió ingresar al interventor Néstor Pérez Baliño. La pelea fue tal que terminó afectando la atención de los pacientes.

En junio de 2010, ordenó que se desconectara el cartel luminoso de 567 m2 de Coca-Cola en Carlos Pellegrini y Diagonal Norte, argumentando que las luces de LED ponían en riesgo la seguridad vial.

En abril de 2011, tras la muerte de un hombre en la villa 31 por falta de asistencia, ordenó la intervención judicial informativa del SAME, y dispuso que un veedor supervisara y evaluara los servicios de salud en los asentamientos de la Ciudad.

Ese mismo año, hizo lugar a un recurso de amparo de vecinos de Recoleta y suspendió las obras para la construcción de un estacionamiento subterráneo en la manzana delimitada por Las Heras, Cantilo, Pacheco de Melo y Pueyrredón, que finalmente fue inaugurado.

Frente a las críticas del gobierno macrista, el juez fue enérgicamente defendido por la agrupación K Justicia Legítima, por “su pertenencia y defensa de las ideas de quienes desde el interior del Poder Judicial planteamos la reforma del sistema y su democratización”. Afrontó varios pedidos de juicio político en el Consejo de la Magistratura, pero ninguno prosperó.

Pero no sólo a Macri le complicó la gestión Gallardo. Sus fallos siempre polémicos también afectaron al gobierno de Ibarra, quien fue el primero en pedir su destitución. Una de las sentencias más recordadas fue la que clausuró el casino flotante de Puerto Madero.