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Quien diga que el matrimonio no cambia nada en la vida, es un mentiroso y de los más grandes y descarados. Una vez que te hayas dado el paseo por el pasillo de la iglesia y hayas dicho todas esas dulces promesas, tu relación cobrará un nuevo significado. Cuando te conviertas en la mujer de alguien (o el marido), comprenderás de lo que estamos hablando. Cambia tu modo de sentir la relación con la otra persona y también tu modo de pasar el tiempo.

No queremos que nos entiendas mal. No estamos diciendo que el romance de la relación se difumina. Es más bien que cambia y se desarrolla en algo nuevo y antes desconocido. Pensábamos que nadie lo entendería, pero resulta que muchas personas piensan de la misma manera.

Últimamente nos hemos topado con una serie de ilustraciones que demuestran cómo evoluciona la vida después del matrimonio. Si estás casado o casada, comprueba si es verdad y si no lo estás, mira cómo será la “siguiente vida”.


1. Los mensajes

Cuando empiezas a salir con alguien y ya estás después del primer mágico “te quiero”, los mensajes que envías con la pareja son muy románticos y significan un montón para ti. Una vez casado, los mensajes cambian ligeramente. Escribir “te quiero” parece ser un reflejo involuntario aunque es verdad que sigue significando mucho. O hay otra alternativa, también muy común: la pareja ha hecho algo de lo que no estarás del todo contento.



2. La expresión

Cuando lo conociste por primera vez, soñabas con que tu hombre te llevara de paseo por una ruta larga y muy romántica. Al fin y al cabo, lo mejor es pasar tiempo de calidad juntos. Cuando te casas, lo mejor que puedes esperar es que él ponga la lavadora.


3. Las citas

Salir con alguien es muy serio, de eso no hay duda. Cuando tu querido quiere impresionarte, irá al infinito y más allá. Te llevará al cine y te comprará las palomitas. Sin embargo, una vez casados una cita equivale a una noche en el sofá juntos.


4. Cómo te dejas ver

Este caso es uno de los más verdaderos de las historias de las parejas. Antes de llegar la fecha de la boda, no te dejarás ver a no ser que el maquillaje esté al 100% perfecto, o que estés seguro que tu ropa está en perfecta condición, hueles bien y el peinado da muestras de cuidado. Ahora las cosas han cambiado. Si te pones guapa para él, significa que últimamente se ha comportado de manera muy, muy buena contigo. ¿No es así?


5. Lo que os une

Antes de casarte, os unía una relación romántica, un amor que te hacía volar. Todo se resumía en flores y chocolates. Ahora que tienes una hermosa familia, entiendes que ese es el pegamento que os mantiene juntos. Miras a tus niños y estás perfectamente seguro de que has tomado la mejor decisión de tu vida.


6. Lo que uno hace por amor…

En la época de las citas, tu hombre haría locuras sólo por el afecto hacia ti. Por ejemplo, se haría un tatuaje con tu nombre o gritaría tu nombre desde el tejado de una casa. Ahora que estáis casados, entiendes que lo que importa son las cosas pequeñas. Por ejemplo, sacar la basura.


7. Como duermes

Cuando estás en la fase de salir con tu pareja, dormir juntos en una cama es todo un acontecimiento. Es tan raro y preciado que lo tratas como el tesoro más valioso del mundo. Ahora que compartes la cama todo el tiempo, echas de menos la habitación que una vez tuviste. Entonces podías extenderte por toda la cama sin ningún problema. Ahora tienes que compartir. Sin embargo, una vez dormido el cuerpo, él solo recuerda sus hábitos y no le deja dormir a tu pareja. ¿Qué le vas a hacer?


8. El fin de semana

Salir significa literalmente salir. Salir, ver cosas, conocer gente y hacer de todo. Cuando sientas la cabeza, la misma regla no necesariamente sigue aplicando. A veces lo mejor es quedarse en casa y relajarse. Y no hay nada de malo en ello, ya que te permite ahorrar dinero y te lo pasas muy bien acompañado del amor de tu vida.


9. La comida

Cuando las mujeres quedan con hombres, quieren verse perfectas. Esto significa dietas imposibles. Pero una vez que están casadas, no se preocupan tanto por la comida y comen lo que quieren y cuando quieren. Esa libertad es una de las mejores cosas del matrimonio. No tienes que fingir que eres alguien diferente. Puedes ser tú. Y si quieres comerte un tarro de galletas antes de acostarte, ¡allá vas!


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