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¿Podemos pensar que toda la actividad del movimiento del “potencial humano” fue diseñada deliberadamente para preparar la carne para el asado, por así decirlo?
¿Exactamente de qué manera se logra esto de una manera más o menos “ordinaria”?, excluyendo cualquier idea sobre extraterrestres o proyectos del Gobierno Secreto involucrados en ello. Sigue la misma línea general que la “programación religiosa” que toma lugar en iglesias y templos evangelistas de todo el país. Marjoe Gortner, ex-evangelista, realizó un par de comentarios muy interesantes al respecto, en una entrevista con Flo Conway y Jim Siegelman en su libro Snapping:[1]
“Como predicador, trabajo con la congregación, observando la congregación, tratando de llevarlos a ese punto elevado en cierto momento de la noche. Dejo que todo se intensifique hasta ese momento en el que todos entran en éxtasis. Se levanta el ánimo de la congregación, y se tiene que procurar no detenerlo. Comienzas diciendo que has escuchado que esta noche será una noche estupenda; entonces comienzas con la palabrería y mantienes la bola rodando”.



Para Marjoe, que lo ha visto un millón de veces, el momento divino del éxtasis religioso no tiene nada de místico. Es una simple cuestión de histeria grupal que tiene su contraparte en cada congregación.
“Es lo mismo que sucede en un concierto de rock and roll. Tienes un número de apertura con una entrada intensa; después continúas con los viejos estándares, intensificando hasta llegar a tu canción más popular al final.”
Sin embargo, la canción más popular era el renacimiento espiritual, producto de una receta que ha sido probada en el tiempo para la religión evangélica, en la cual, cada miembro de la audiencia contribuye con un ingrediente pequeño pero activo. Posteriormente, de acuerdo con Marjoe, la única respuesta apropiada a este momento tan abrumador de ser salvado, es una demostración del poder de esa nueva fe. Este es el factor motivacional que induce a hablar en lenguas, también conocido como “recibir el espíritu santo”. Como Marjoe explica, esta conocida tradición evangélica requería de una participación aún mayor del receptor de las lenguas y de toda la audiencia.
“Después de haber sido salvado” Marjoe continúa, “el siguiente paso es lo que llaman ‘la inserción del Espíritu Santo’. Le dicen al nuevo converso, ‘Bien, ahora estás salvado, pero tienes que recibir el Espíritu Santo’. Así que regresas a la experiencia de las lenguas. Algunas personas lo logran la misma noche; otros tardarán semanas o años antes de poder hablar en lenguas. Lo escuchas, escuchas a todos en la noche hablando en lenguas en la iglesia, y todos dicen. ‘Te amamos y esperamos que lo logres esta noche.’ Entonces una noche vas y todos tratan de que lo logres obtener, y entras es un trance – no en un frenesí, pero es una experiencia increíble.
“Durante ese momento la persona se olvida de todos sus problemas. Está rodeado de personas en las que confía y todos dicen, “te amamos. Está bien. Aceptaste a Cristo. Estamos contigo, dejate llevar, relájate.” Y tarde o temprano, comienza a hablar y dice dut-dut-dut. Entonces todos dicen, “¡Eso es! ¡Lo lograste!”, se “presiona el botón” y el comenzará a hablar en lenguas: dhandayelomosatayleesaso... etc. etc.”



Marjoe se detuvo. Estábamos perplejos ante esa demostración, aunque no incluyó las sacudidas y el éxtasis parecido al trance que comúnmente se asocia con el momento de las lenguas. … Aunque incluso durante esta conservadora demostración, parecía estar detonando casi misteriosamente algún mecanismo innato de balbuceo. Le preguntamos cómo lo hacía.
“Nunca lo lograrás con esa actitud”, bromeó
. Después continuó explicando la naturaleza de la experiencia.
“Las lenguas es algo que aprendes,” enfatizó. “Es algo que te enseñas a ti mismo. Tus compañeros, la iglesia y la Biblia te dicen – si la aceptas literalmente – que el Espíritu Santo habló en otra lengua; y te convences de que es la expresión más grande del espíritu que fluye a través de ti. La primera vez quizá solo dirás dut-dut-dut-dut y será todo. Después escucharás a otras personas y la siguiente noche dirás dut-dut-dut-UM-dut-DIT-dut-dut, y mejora un poco. Lo siguiente será elahandosatelayeekcondelemosandreyaseya… y habrás adquirido un nuevo lenguaje.”
Excepto que, de acuerdo con Marjoe, no es un lenguaje real. Contrario al entendimiento de la mayoría de los religiosos, hablar en lenguas no es, de ningún modo, una posesión espiritual pasiva. Debe ser adquirida de manera activa y practicada. Aunque el “don” de las lenguas es un producto humano y no tiene ningún origen sobrenatural, Marjoe presentaba un tremendo respeto por esta experiencia, como una expresión de espiritualidad y confraternidad.



“Realmente no lo denigro,” dijo. “Nunca lo he hecho. Es solo que lo analizo y lo veo desde un punto de vista muy racional. No lo veo como algo que viene de Dios o que en cierto momento el Espíritu Santo te “golpea” en la cabeza y comienzas a ‘hablar en lenguas’. Hablar en lenguas es un proceso que las personas construyen. Entonces, justo como cuando comienzas a hacer algo, por ejemplo cuando practicas las escalas musicales en el piano, mejoras en ello.”
Durante este año en el circuito del cinturón fundamentalista, Marjoe llegó a ver la experiencia evangélica como una manera de entretenimiento popular, cierto tipo de teatro participativo divino que le proveía a la audiencia una profunda recompensa emocional.

“Las personas realmente no lo ven como entretenimiento”, confesó, “aunque de hecho eso es lo que es. Esas personas no van al cine, no van a bares, no van a conciertos de rock – pero todos deben tener una liberación emocional. Así que asisten a los “renacimientos” en donde bailan y hablan en lenguas. Es aprobado socialmente y ese es su escape.
“Era mi deber darles el mejor show posible”, dijo, “Digamos que tienes a un predicador tímido en Carolina del Norte o en algún otro lado. Este invitará a evangelistas visitantes para mantener viable a su iglesia. Entonces llegábamos, animábamos a la multitud y éramos superestrellas. Es el carisma del evangelista en lo que la audiencia cree y llega a ver.
“Mientras viajaba, me encontraba con alguien que quería ser salvado durante una de mis reuniones, y su deseo de recibir el Espíritu Santo era muy abierto y chispeante. Era maravilloso y muy fresco. Pero cuatro años después regresaría para encontrarme con que esa persona era un cristiano intolerante inflexible porque era mejor que cualquiera que bebe y mejor que el mundo porque tenía a Cristo. Ahí es cuando aparece el peligro. Las personas quieren tener experiencias. Quieren sentirse bien y sus vidas pueden resultar beneficiadas. Pero entonces, cuando comienzas a comprender el funcionamiento de la operación, te familiarizas con el control de las personas, del poder y el dinero.



“La [Iglesia de la Unificación] de Moon hace lo mismo que yo, solo que el dio un paso más. Les sugiere a las personas que él es el Mesías. El sugerir esto, según mi religión, la vieja religión, es una blasfemia total. Moon ha ido demasiado lejos, pero ese es un número muy fuerte, porque todos quieren conocer al Mesías.”
Marjoe señaló que la poderosa prédica de Moon, como la suya, no tenía nada de divina e incluso nada de innata. Marjoe reconoció que su poder sobre la audiencia se derivó principalmente de las habilidades que perfeccionó desde niño, técnicas de retórica y oratoria transmitidas por los griegos.
“Es lo mismo, seas un predicador, un abogado o un vendedor,” nos dijo. “Comienzas con los procesos del pensamiento de una persona y después gradualmente persuades para que cambie su modo de pensar en muy poco tiempo”.
Muchas de las técnicas que dominaba eran simples y muy antiguas, pero tan efectivas que probaron ser igualmente poderosas incluso cuando una audiencia ha sido prevenida de manera explícita sobre el uso de estas. Hacia el final de nuestra conversación, Marjoe nos relató una historia que reveló la sutileza de sus habilidades. En contraste con las experiencias físicas masivas, rituales grupales intensos y crisis personales íntimas que [son populares entre los grupos de la Nueva Era], Marjoe demostró como las palabras por sí solas, astutamente manipuladas, pueden influenciar a grupos e individuos, incluso al punto de avocar la sobrecogedora respuesta emocional de ser “salvado”.
“Doy conferencias en cerca de veinte universidades al año”, dijo, “y hago una demostración de sanación por fe – pero siempre hago que ellos lo pidan. Les digo que yo no creo en ello, que uso muchos trucos; y el título de la conferencia es Retórica y Carisma, así que ya les había comentado como las masas son manipuladas por una figura carismática. Les he dicho cómo funcionan las cosas, como se hace, pero aún así ellos querían una demostración. Así que lo hacía. Decía, ‘No, realmente no quieren verlo’.Y ellos decían, ‘Sí, si queremos. ¡Sí queremos!’ Y yo les decía, ‘Pero no creen en ello de todos modos, así que no puedo hacerlo.’ Y ellos decían, ‘Sí creemos. ¡Sí creemos!’ Así que después de unos veinte minutos de esto pedía un voluntario, y subía una chica y yo decía, ‘¿Quieres sentirte mejor? Solo estás aquí arriba para pasar un buen momento, quieres impresionar a todas esas personas y quieres divertirte con todo el asunto, ¿así que porqué no mejor regresas a tu asiento?’ Fui duro con ella, y dijo, ‘No, no, ¡sí creo!’ Y continué hasta que estuvo a punto de llorar. Y entonces, aunque esto fue en una universidad y solo lo hago como una broma, dije la misma vieja frase, ¡en el nombre de Jesús!
Le toqué la cabeza y ¡ZAS! ¡Siempre caen al suelo!



Así comienza la programación. Durante los primeros contactos, un converso potencial puede ser manipulado con absoluta precisión por las tácticas retóricas descritas por Marjoe. Las conversaciones que usan técnicas similares de Programación Neurolingüística también establecen confianza, así como el uso de confrontaciones y el asalto emocional directo.
Una vez que el individuo ha sido atraído a la enseñanza, son bombardeados con ideas y doctrinas que no encajan, y al mismo tiempo son conducidos a través de ceremonias o rituales que inducen intensas elevaciones emocionales y clímax.
Después son sujetos a encuentros más personales en donde a estas experiencias, se les da la interpretación prescrita que ha sido inculcada. Durante este periodo, normalmente se les involucra en intensas actividades repetitivas, que pueden ser tan sencillas como “la orden de adoración” en una iglesia ordinaria. Puede haber órdenes para “pararse, sentarse, arrodillarse, orar, cantar, pararse, sentarse, cantar, orar” etc. Los formatos más intensos incluyen cantos y meditación que pueden inducir clímax físicos y emocionales. Por supuesto, el resultado final de todo esto es que ¡detiene la mente! Y cuando eso sucede, el individuo está completamente abierto a sugestiones y órdenes.

Proximamente la continuación.