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15/1/2007 5:00 PM

Barzán al Tikriti, hermanastro del Saddam Hussein, y el juez Awad Hamad al Bandar, que habían sido condenados a muerte el pasado 5 de noviembre, junto al ex dictador de Irak, fallecieron ahorcados en horas de la madrugada de hoy en Bagdad, de acuerdo con la Constitución y la Ley de Ordenamiento Judicial. "A ambos penados se les aplicó la pena máxima iraquí, en presencia de un número reducido de personas”, dijo el vocero de gobierno, Ali al Dabag. Al Tikriti era jefe de los servicios de espionaje en 1982, mientras que Al Bandar presidió el Tribunal Revolucionario que juzgó y condenó a muerte a 148 chiíes de la aldea de Duyail por su implicación en un asesinato fallido contra Saddam Hussein.

El vocero no se ahorró en dar detalles del cómo se realizó el ahorcamiento: “Al Tikriti, enfermo de cáncer desde hace más de un año, perdió la cabeza seccionada completamente del resto del cuerpo", divulgó Efe. Yafar al Musawi, fiscal que llevó a la horca a Saddam y sus colaboradores, estuvo presente en la ceremonia de la ejecución, y comentó ante la radio iraquí Al Ahd algunos detalles de los últimos momentos de los condenados. “Al Tikriti, quien era una auténtica sombra de su hermanastro Saddam, se quejó hasta el último momento de que se le hubiera negado el derecho a defenderse, y dijo también que no tenía nada que legar a sus herederos”, al ser preguntado por su testamento. Al Tikriti y Al Bandar iban vestidos de rojo, como corresponde a los condenados a muerte, y con una capucha negra sobre su cabeza; al contrario de Saddam, quien rechazó que le cubrieran la cabeza en un último gesto de dignidad. El fiscal reconoció su sorpresa cuando vio que la cabeza de Al Tikriti se separaba totalmente del tronco en el momento del ahorcamiento, y anunció que ordenó investigar el suceso.

El Comité de Ulemas –máximo órgano religioso de los suníes de Irak– expresó sus dudas sobre la legalidad del acto: “Hay señales de que quienes llevaron a cabo el ahorcamiento se desviaron de lo que es legítimo y lo convirtieron en expresión de venganza y caza”, señaló Bashar al Faihdi, desde Amán. Mientras que Dabag contrarresta la acusación del Comité de Ulemas, argumentando que “la ejecución se llevó a cabo en presencia de un número limitado de personas relacionadas con el hecho y personeros del gobierno: un juez, un fiscal y un médico (...) a los asistentes se les pidió respetar las reglas de la aplicación de la condena y la disciplina”.

Según Dabag, los asistentes respetaron este compromiso y “la ejecución tuvo lugar sin que profiriese ningún insulto a Al Tikriti ni a Al Bandar”. El vocero se refería a las polémicas imágenes de la muerte de Saddam Hussein, el pasado 30 de diciembre, grabadas y difundidas clandestinamente a través de un celular, en las que se veía cómo el ex mandatario era insultado antes de morir por alguno de los presentes.

En el momento de la ejecución, el presidente de Irak, Yalal Talabani, conocido opositor de la pena de muerte, se encontraba fuera del país, de visita en Damasco, la capital de Siria y hasta el momento no ha hecho ningún comentario.

Fuente: http://www.talcualdigital.com/Avances/SeccionAvances.asp?IdAvance=22264