El surgimiento y expansión del nacionalismo italiano se vincula a la idea de la
unidad de todos los territorios de lengua y cultura italianas que están, en algunos casos, en manos de potencias extranjeras.La Conciencia de pertenecer a una comunidad con una tradición cultural propia y única; es decir, raza, lengua, historia, arte, literatura, comunes no se encontraban en la peninsula Italica que estuvo dividida entre 1815 y 1875 en Estados separados:
Se ha creado el reino del Piamonte al que se ha engrandecido para
que sirva de contención de Francia, de aquí partirá la unificación, a este reino se le
otorga el territorio de la antigua República de Génova, lo que le da un gran poder y
salida al Mediterráneo;
El reino lombardo-véneto está en manos de Austria y protegido por un poderoso ejército, además esta zona es muy rica desde el punto de vista industrial.
Están los ducados de Parma, Módena y Toscana que son regidos por príncipes austríacos y, por tanto, aliados de Austria;
Están también los Estados Pontificios, un conglomerado de territorios regidos por el papado y que para su supervivencia pidieron ayuda a Austria, país católico, durante la revolución de 1830.
Por último está el extenso y atrasado reino de las Dos Sicilias, regido desde
Nápoles por los Borbones que han sido restaurados en su trono en la figura de Fernando II.
La presencia austríaca y sus aliados es muy importante, esta potencia es el verdadero árbitro de todo lo que pasa en la península, y el verdadero obstáculo para lograr la unidad.
Desde el punto de vista económico las divisiones y las diferencias son aún mayores, contrastando el norte industrializado con un sur atrasado y de base agraria.
Durante la década de los treinta el movimiento nacionalista italiano ha madurado mucho, las ideas de pertenecer a una nación común, el ansia de independencia y la creación de un estado único y soberano se han convertido en patrimonio de muchos italianos. Son muchos los grupos políticos, asociaciones secretas, congresos
científicos que tienen como objetivo principal la unificación de la península y la expulsión de los austríacos.
Esa idea de nación a la que pertenecen todos los habitantes de la península italiana con la misma lengua y costumbres va a cuajar poco a poco en el pueblo. El movimiento nacionalista estará en conexión con el romanticismo, la labor literaria y la difusión de panfletos es importante, contribuyen a difundir la idea de pertenencia a un colectivo y exaltan los principios patrióticos.
Será importante en este sentido la labor poética de Leopardi o la del novelista Manzoni que en sus obras impulsan a los italianos a realizar el sueño de la unidad a la vez que exaltan el resurgimiento –risorgimento- de la patria anteriormente dormida.
Junto a la labor literaria destaca la musical desarrollada por Giuseppe Verdi, partidario de la unidad, autor de varios himnos nacionalistas y cuyo propio nombre es utilizado por los revolucionarios (VERDI son las siglas de Vittorio Emmanuele re d´Italia, Víctor Manuel rey de Italia).
El coro de los esclavos de la ópera Nabucco de Verdi estrenada en 1842 es
considerado por los italianos como un canto contra la opresión extranjera que vivían. Sigue siendo un símbolo del nacionalismo en Italia; cuando se representa la ópera lo escuchan puestos en pie y terminan con el grito ¡Viva Italia!
link: http://www.youtube.com/watch?v=D6JN0l7A_mE&feature=related
Politicos
Hasta la primera mitad del siglo, los intentos de unificación fueron débiles, limitándose a acciones más encaminadas a derrocar las monarquías absolutistas por parte de miembros de sociedades secretas como la de los carbonarios, que a una acción coordinada y unificadora.
Las concepciones de los nacionalistas italianos pueden concretarse en tres modelos:
El neogüelfo: Para Gioberti existe una raza italiana unida por la sangre, la religión y el idioma, la
apelación al irracionalismo nacionalista no puede ser más evidente, es el sentimiento sobre la razón. Desde el punto de vista político concibe una monarquía confederal con el papa como cabeza y Carlos Alberto del Piamonte como gobernante efectivo. Pero Pío IX ya ha demostrado su oposición al nacionalismo y al liberalismo. El fracaso de la revolución de 1848 hará que Gioberti cambie de idea y que desde entonces sea
partidario de que el Reino del Piamonte sea el que lidere ese proceso.
El republicano: Mazzini, revolucionario con una importante trayectoria como agitador tiene otra visión de Italia, es el fundador del movimiento nacionalista Joven Italia en 1831, tras el fracaso del levantamiento carbonario de 1830. Mazzini aspira a una República Unitaria, república por estar en contra de las monarquías que, según él, han mantenido la división de Italia, y unitaria para mantener unido el nuevo estado. En 1848 lo encontramos en
Roma como dirigente de la efímera República Romana. En el levantamiento de Milán en 1859 contra los austríacos también aparece. Sus ideas no tendrán éxito al triunfar las tesis de Cavour y de Víctor Manuel II
El monárquico El conde de Cavour, diseña la unidad de Italia con la monarquía como forma de gobierno en la figura del rey del Piamonte; su pragmatismo político, su frío cálculo y sus dotes diplomáticas tanto para atraerse a los distintos líderes políticos italianos como para tratar con las diversas potencias europeas harán de él el verdadero motor de la unidad, ésta se realizará bajo sus ideas y programas.
Importante sería, sin duda, el papel del rey de Piamonte Víctor Manuel II que desde el principio respeta la Constitución liberal de su padre e inicia el proceso de desamortización eclesiástica que le otorga el apoyo de sectores importantes. Será el que apoye todas las acciones de Cavour y al terminar la unidad será el primer rey de Italia.
Mazzini, Cavour y Garibaldi
Las ideas van unidas también a la práctica, la rica burguesía del norte ve en la unidad una necesidad económica, se produciría así una unión de mercados y las condiciones ideales para desarrollar sin problemas una red de ferrocarriles para todo el país que integraría ese mercado. El norte está experimentando un desarrollo industrial
sin precedentes y tiene que dar salida a esos productos. Precisamente Cavour, hace un estudio sobre los ferrocarriles en el Piamonte y ve que si en el resto de Italia no hay ferrocarriles de nada servirían. Los comerciantes ven en la excesiva fragmentación política un fuerte impedimento para el desarrollo de los
intercambios.
Para favorecer el desarrollo económico reforma y moderniza el puerto de Génova, y lo une por ferrocarril
con Turín. Iniciará la desamortización eclesiástica y esto le granjea el apoyo de los sectores más progresistas, él no es anticlerical pero sí es partidario de la separación Iglesia-Estado, los católicos piamonteses acabarán aceptándolo. Realiza también la modernización del ejército a cargo del general La Mármora, de los errores de la guerra con Austria en el 48 se han sacado conclusiones, el nuevo ejército es más moderno y
efectivo, pero insuficiente todavía para derrotar a Austria. Pero su papel será más importante trabajando en el objetivo de unificar el territorio italiano, la idea de unidad debe extenderse entre todos los italianos, pero también en los círculos diplomáticos extranjeros se va tomando conciencia de esa aspiración que es bien vista por ingleses y franceses.
Participará activamente en la guerra de Crimea (enfrentamiento entre Gran Bretaña, Francia y Turquía contra Rusia) del lado de Francia para poder sentarse tras la victoria en la mesa de los grandes y allí divulgar sus ideas. Gracias a él la cuestión italiana se hace famosa en Europa y sus simpatizantes se extienden por todo el
continente. Su don de gentes arrastra a todos los líderes nacionalistas salvo a Mazzini en la causa de la unificación bajo la casa de Saboya, bajo la égida de un rey liberal.
1830: pequeñas insurrecciones con poco eco popular.
1848: Levantamiento de Lombardía-Véneto contra Austria. Guerra entre Piamonte (ayuda a Lombardía-Véneto) y Austria. Derrota de Piamonte.
Revolución en Roma. Mazzini proclama la república, el Papa huye; pero tropas francesasaplastan a la revolución y el Papa vuelve, más reaccionario que nunca.
1859 La guerra con Austria: la incorporación de Lombardía.
Cavour convence en 1858 al emperador francés Napoleón III para que apoye la causa de la unidad italiana frente a Austria, a cambio del apoyo le promete la ciudad de Niza y Saboya. Cavour sabe que solo no puede contra Austria, la única potencia que le puede apoyar es Francia. Con el apoyo francés Cavour inicia la agitación popular contra Austria y ésta reacciona
como se esperaba, el 27 de abril de 1859 invade el Piamonte. El pequeño reino del Piamonte cuenta con el apoyo francés y con la simpatía de Rusia, Inglaterra y Prusia que se declara neutral, en esta situación Austria está aislada. El desarrollo de la guerra determina que los piamonteses, con el apoyo real y efectivo de las tropas francesas, lleven la iniciativa, a su favor cuentan con un ejército modernizado y con una buena red de ferrocarriles para desplazar rápidamente las tropas, las batallas de Magenta y Solferino determinan el hundimiento de los austríacos y los piamonteses ocupan Lombardía; pero cuando están a punto de conquistar el Véneto y acabar con la ocupación austríaca, Napoleón III les retira su apoyo y firma la paz con los austriacos,
esto es debido a que el emperador francés no quiere enemistarse con Austria, a su vez el canciller alemán Bismarck no está dispuesto a que se hunda Austria y se fortalezca Francia.
La guerra termina con una decepción para la causa italiana a pesar de que se ha incorporado Lombardía, los austríacos siguen en Venecia y Cavour dimite debido a la “traición” de Napoleón III, pero en la sombra seguirá dirigiendo el proceso. La experiencia le ha enseñado que no debe confiar en ninguna potencia extranjera, pero que tampoco se puede enemistar con Francia. De forma simultánea, en el mismo año 1859 se producen revueltas populares en la Toscana, Módena, Parma y Romaña que destronan a sus legítimos gobernantes y
piden su incorporación al Piamonte como motor de la unidad italiana. Las cuatro provincias realizan plebiscitos que ratifican esas incorporaciones, Cavour, temiendo el malestar de las potencias europeas ante el cambio de fronteras, se muestra prudente, al final admite esas incorporaciones. Napoleón III reconocerá públicamente el
engrandecimiento de los límites del Piamonte, previamente se ha cobrado Saboya y Niza de acuerdo con el tratado de Plombières. Oficialmente Cavour sube de nuevo al poder.
Cavour
1860: La expedición de Garibaldi
Pero lo más destacado de esta época es la labor de Garibaldi, un idealista que sabe agitar el fervor popular a favor de la causa de la unidad. Es un viejo revolucionario que ha participado en levantamientos populares en Uruguay, Brasil, Italia... y que concibe la unidad de Italia como principio supremo, sólo que para él Italia debe ser una república y no un reino, con lo que entra en contradicción con Cavour y Víctor Manuel. Su epopeya más grande es la expedición que mandó contra Sicilia y Nápoles y que tendrá como resultado el hundimiento de los Borbones en el sur y la incorporación de esos territorios a la causa de la unidad.
Con un grupo de 1088 revolucionarios, llamados Camisas Rojas, parte de Génova el 5 de mayo de 1860 después de saquear el puerto con la aquiescencia de Cavour y desembarca en Sicilia el día 11. Rápidamente se hace con el control de la isla y se nombra dictador de Sicilia en nombre de Víctor Manuel II del Piamonte, el éxito ha sido rápido ya que los sicilianos están hartos del despotismo borbónico. El 20 de agosto atraviesa el estrecho de Mesina e intenta tomar el reino de Nápoles, tarea difícil no por la resistencia militar sino por la actitud hostil de algunas potencias europeas, Cavour desautoriza la expedición, no quiere ganarse la enemistad de las potencias europeas,
Víctor Manuel II le escribe una carta oficial pidiéndole la renuncia a la empresa, pero otra privada en la que le desea éxito. Garibaldi no retrocede y se hace dueño de Nápoles tras la huida del último Borbón Francisco II al que de nada le ha servido prometer una constitución y un gobierno liberal. Garibaldi domina Nápoles el día 1 de octubre, en estos momentos desafía abiertamente a Víctor Manuel y está dispuesto a proclamar la
república, esto suponía un enfrentamiento o quizá una guerra dentro de los partidarios de la unificación. Cavour reacciona enseguida y hace aprobar por el parlamento del Piamonte la anexión de Nápoles. Acto seguido y en contacto con los medios diplomáticos extranjeros organiza una expedición para garantizar el orden y la paz en
Nápoles, el ejército piamontés de camino hacia el sur se va incorporando los territorios por los que va pasando –Umbria y Las Marcas- que pertenecen al papa. Ante la llegadadel ejército de Víctor Manuel, Garibaldi recapacita y reconoce a éste como rey de Italia, en la entrada triunfal del rey en Nápoles el 7 de noviembre, Garibaldi le acompaña.
El día 14 de marzo de 1861 Víctor Manuel II es proclamado oficialmente rey de Italia, Cavour muere, pero la mayor parte de Italia está unida, queda sólo Venecia y la “cuestión romana”.
Expedicion de Garibaldi
1866: La incorporación de Venecia.
La situación se mantiene en calma, los piamonteses están esperando una coyuntura internacional favorable para declararle la guerra a Austria y así incorporarse Venecia. En el otoño de 1865 Napoleón III y Bismarck, primer ministro prusiano, se reunieron en Biarritz y se pusieron de acuerdo para que en un probable enfrentamiento
con Austria, Venecia pasara a manos de Italia, para ello Italia se comprometería a declarar la guerra a Austria en el mismo momento que lo hiciera Prusia. Por otra parte,los austríacos, temerosos del enfrentamiento inevitable con Prusia, pactaron con los franceses la incorporación de Venecia a Italia a cambio de su neutralidad; en todo caso los italianos tenían asegurada Venecia. La guerra entre las dos potencias alemanas (Prusia y Austria) estalló en junio de 1866, a pesar de las derrotas italianas en Custoza y en Lissa, el hundimiento austriaco
en Sadowa el 3 de julio significaba dos cosas: la marginación de Austria del contexto alemán y la entrega a Italia de Venecia. Los italianos quisieron seguir luchando contra los austriacos para tomar Trentino, pero Bismarck se opuso. Incorporada Venecia, ya sólo faltaba Roma, ciudad a la que se había designado como capital del nuevo Estado.
Incorporacion de Venecia
1871: La incorporación de Roma y el fin del proceso.
La unificación no podía ser completa hasta incorporar Roma, pero había muchos inconvenientes: el Papa se negaba en redondo, como es lógico, además, las tropas de Napoleón III defienden a Pío IX y eran el obstáculo más fuerte para lograr la unidad completa, por si fuera poco, todos los católicos europeos son hostiles a esa acción. Estaba claro que sólo sería posible la incorporación con la retirada del ejército francés acantonado en Civita Vecchia en las proximidades de Roma. Tras varios intentos infructuosos de lograr un acuerdo con Napoleón III garantizando los derechos del papa, Víctor Manuel fomenta en privado la acción revolucionaria de Garibaldi, como en el caso anterior de Nápoles se muestra oficialmente en contra de la agitación, el rey necesita el apoyo de las potencias europeas. De todas formas Garibaldi fracasa en las dos tentativas, en 1862 y en 1867, la unidad parecía imposible. Al igual que en el caso de Venecia, el cambio de coyuntura internacional y la victoria prusiana sobre Napoleón III en Sedán en 1870 favorecieron el desbloqueo del problema al verse las tropas francesas obligadas a retirarse. Aprovechando esta situación el gobierno de Italia toma Roma el 20 de noviembre de 1870, que cae tras la débil resistencia de las menguadas tropas pontificias. La unidad se había completado.
En julio de 1871 Roma se convierte en la capital del reino de Italia.
Victor Manuel
No acabarán los problemas del nuevo Estado. El más importante es la enemistad que el gobierno italiano se ha granjeado en el exterior por la oposición de todos los católicos al ver como ha despojado al papa del patrimonio que disfrutaba desde hacía
mil años. En el interior la relación con la Iglesia es insostenible, Pío IX excomulga a todo el gobierno italiano y a sus partidarios, los papas vivirán recluidos en El Vaticano hasta que ya en el siglo XX (Tratado de Letrán) reconozcan la existencia de Italia. El otro problema serio es la serie de desigualdades tan grandes entre el norte, industrizado y urbano, y el sur, atrasado y rural, no se llegarán a solucionar hasta bien entrado el siglo XX
Encuentro Victor Manuel y Garibaldi
unidad de todos los territorios de lengua y cultura italianas que están, en algunos casos, en manos de potencias extranjeras.La Conciencia de pertenecer a una comunidad con una tradición cultural propia y única; es decir, raza, lengua, historia, arte, literatura, comunes no se encontraban en la peninsula Italica que estuvo dividida entre 1815 y 1875 en Estados separados:
En el Norte
Se ha creado el reino del Piamonte al que se ha engrandecido para
que sirva de contención de Francia, de aquí partirá la unificación, a este reino se le
otorga el territorio de la antigua República de Génova, lo que le da un gran poder y
salida al Mediterráneo;
El reino lombardo-véneto está en manos de Austria y protegido por un poderoso ejército, además esta zona es muy rica desde el punto de vista industrial.
En el centro
Están los ducados de Parma, Módena y Toscana que son regidos por príncipes austríacos y, por tanto, aliados de Austria;
Están también los Estados Pontificios, un conglomerado de territorios regidos por el papado y que para su supervivencia pidieron ayuda a Austria, país católico, durante la revolución de 1830.
En el Sur
Por último está el extenso y atrasado reino de las Dos Sicilias, regido desde
Nápoles por los Borbones que han sido restaurados en su trono en la figura de Fernando II.
La presencia austríaca y sus aliados es muy importante, esta potencia es el verdadero árbitro de todo lo que pasa en la península, y el verdadero obstáculo para lograr la unidad.
Desde el punto de vista económico las divisiones y las diferencias son aún mayores, contrastando el norte industrializado con un sur atrasado y de base agraria.
Factores de la Unificacion
Ideologicos
Durante la década de los treinta el movimiento nacionalista italiano ha madurado mucho, las ideas de pertenecer a una nación común, el ansia de independencia y la creación de un estado único y soberano se han convertido en patrimonio de muchos italianos. Son muchos los grupos políticos, asociaciones secretas, congresos
científicos que tienen como objetivo principal la unificación de la península y la expulsión de los austríacos.
Esa idea de nación a la que pertenecen todos los habitantes de la península italiana con la misma lengua y costumbres va a cuajar poco a poco en el pueblo. El movimiento nacionalista estará en conexión con el romanticismo, la labor literaria y la difusión de panfletos es importante, contribuyen a difundir la idea de pertenencia a un colectivo y exaltan los principios patrióticos.
Será importante en este sentido la labor poética de Leopardi o la del novelista Manzoni que en sus obras impulsan a los italianos a realizar el sueño de la unidad a la vez que exaltan el resurgimiento –risorgimento- de la patria anteriormente dormida.
Junto a la labor literaria destaca la musical desarrollada por Giuseppe Verdi, partidario de la unidad, autor de varios himnos nacionalistas y cuyo propio nombre es utilizado por los revolucionarios (VERDI son las siglas de Vittorio Emmanuele re d´Italia, Víctor Manuel rey de Italia).
El coro de los esclavos de la ópera Nabucco de Verdi estrenada en 1842 es
considerado por los italianos como un canto contra la opresión extranjera que vivían. Sigue siendo un símbolo del nacionalismo en Italia; cuando se representa la ópera lo escuchan puestos en pie y terminan con el grito ¡Viva Italia!
link: http://www.youtube.com/watch?v=D6JN0l7A_mE&feature=related
Politicos
Hasta la primera mitad del siglo, los intentos de unificación fueron débiles, limitándose a acciones más encaminadas a derrocar las monarquías absolutistas por parte de miembros de sociedades secretas como la de los carbonarios, que a una acción coordinada y unificadora.
Las concepciones de los nacionalistas italianos pueden concretarse en tres modelos:
El neogüelfo: Para Gioberti existe una raza italiana unida por la sangre, la religión y el idioma, la
apelación al irracionalismo nacionalista no puede ser más evidente, es el sentimiento sobre la razón. Desde el punto de vista político concibe una monarquía confederal con el papa como cabeza y Carlos Alberto del Piamonte como gobernante efectivo. Pero Pío IX ya ha demostrado su oposición al nacionalismo y al liberalismo. El fracaso de la revolución de 1848 hará que Gioberti cambie de idea y que desde entonces sea
partidario de que el Reino del Piamonte sea el que lidere ese proceso.
El republicano: Mazzini, revolucionario con una importante trayectoria como agitador tiene otra visión de Italia, es el fundador del movimiento nacionalista Joven Italia en 1831, tras el fracaso del levantamiento carbonario de 1830. Mazzini aspira a una República Unitaria, república por estar en contra de las monarquías que, según él, han mantenido la división de Italia, y unitaria para mantener unido el nuevo estado. En 1848 lo encontramos en
Roma como dirigente de la efímera República Romana. En el levantamiento de Milán en 1859 contra los austríacos también aparece. Sus ideas no tendrán éxito al triunfar las tesis de Cavour y de Víctor Manuel II
El monárquico El conde de Cavour, diseña la unidad de Italia con la monarquía como forma de gobierno en la figura del rey del Piamonte; su pragmatismo político, su frío cálculo y sus dotes diplomáticas tanto para atraerse a los distintos líderes políticos italianos como para tratar con las diversas potencias europeas harán de él el verdadero motor de la unidad, ésta se realizará bajo sus ideas y programas.
Importante sería, sin duda, el papel del rey de Piamonte Víctor Manuel II que desde el principio respeta la Constitución liberal de su padre e inicia el proceso de desamortización eclesiástica que le otorga el apoyo de sectores importantes. Será el que apoye todas las acciones de Cavour y al terminar la unidad será el primer rey de Italia.
Mazzini, Cavour y Garibaldi
Económicos.
Las ideas van unidas también a la práctica, la rica burguesía del norte ve en la unidad una necesidad económica, se produciría así una unión de mercados y las condiciones ideales para desarrollar sin problemas una red de ferrocarriles para todo el país que integraría ese mercado. El norte está experimentando un desarrollo industrial
sin precedentes y tiene que dar salida a esos productos. Precisamente Cavour, hace un estudio sobre los ferrocarriles en el Piamonte y ve que si en el resto de Italia no hay ferrocarriles de nada servirían. Los comerciantes ven en la excesiva fragmentación política un fuerte impedimento para el desarrollo de los
intercambios.
Para favorecer el desarrollo económico reforma y moderniza el puerto de Génova, y lo une por ferrocarril
con Turín. Iniciará la desamortización eclesiástica y esto le granjea el apoyo de los sectores más progresistas, él no es anticlerical pero sí es partidario de la separación Iglesia-Estado, los católicos piamonteses acabarán aceptándolo. Realiza también la modernización del ejército a cargo del general La Mármora, de los errores de la guerra con Austria en el 48 se han sacado conclusiones, el nuevo ejército es más moderno y
efectivo, pero insuficiente todavía para derrotar a Austria. Pero su papel será más importante trabajando en el objetivo de unificar el territorio italiano, la idea de unidad debe extenderse entre todos los italianos, pero también en los círculos diplomáticos extranjeros se va tomando conciencia de esa aspiración que es bien vista por ingleses y franceses.
Participará activamente en la guerra de Crimea (enfrentamiento entre Gran Bretaña, Francia y Turquía contra Rusia) del lado de Francia para poder sentarse tras la victoria en la mesa de los grandes y allí divulgar sus ideas. Gracias a él la cuestión italiana se hace famosa en Europa y sus simpatizantes se extienden por todo el
continente. Su don de gentes arrastra a todos los líderes nacionalistas salvo a Mazzini en la causa de la unificación bajo la casa de Saboya, bajo la égida de un rey liberal.
Etapas o momentos clave:
1830: pequeñas insurrecciones con poco eco popular.
1848: Levantamiento de Lombardía-Véneto contra Austria. Guerra entre Piamonte (ayuda a Lombardía-Véneto) y Austria. Derrota de Piamonte.
Revolución en Roma. Mazzini proclama la república, el Papa huye; pero tropas francesasaplastan a la revolución y el Papa vuelve, más reaccionario que nunca.
1859 La guerra con Austria: la incorporación de Lombardía.
Cavour convence en 1858 al emperador francés Napoleón III para que apoye la causa de la unidad italiana frente a Austria, a cambio del apoyo le promete la ciudad de Niza y Saboya. Cavour sabe que solo no puede contra Austria, la única potencia que le puede apoyar es Francia. Con el apoyo francés Cavour inicia la agitación popular contra Austria y ésta reacciona
como se esperaba, el 27 de abril de 1859 invade el Piamonte. El pequeño reino del Piamonte cuenta con el apoyo francés y con la simpatía de Rusia, Inglaterra y Prusia que se declara neutral, en esta situación Austria está aislada. El desarrollo de la guerra determina que los piamonteses, con el apoyo real y efectivo de las tropas francesas, lleven la iniciativa, a su favor cuentan con un ejército modernizado y con una buena red de ferrocarriles para desplazar rápidamente las tropas, las batallas de Magenta y Solferino determinan el hundimiento de los austríacos y los piamonteses ocupan Lombardía; pero cuando están a punto de conquistar el Véneto y acabar con la ocupación austríaca, Napoleón III les retira su apoyo y firma la paz con los austriacos,
esto es debido a que el emperador francés no quiere enemistarse con Austria, a su vez el canciller alemán Bismarck no está dispuesto a que se hunda Austria y se fortalezca Francia.
La guerra termina con una decepción para la causa italiana a pesar de que se ha incorporado Lombardía, los austríacos siguen en Venecia y Cavour dimite debido a la “traición” de Napoleón III, pero en la sombra seguirá dirigiendo el proceso. La experiencia le ha enseñado que no debe confiar en ninguna potencia extranjera, pero que tampoco se puede enemistar con Francia. De forma simultánea, en el mismo año 1859 se producen revueltas populares en la Toscana, Módena, Parma y Romaña que destronan a sus legítimos gobernantes y
piden su incorporación al Piamonte como motor de la unidad italiana. Las cuatro provincias realizan plebiscitos que ratifican esas incorporaciones, Cavour, temiendo el malestar de las potencias europeas ante el cambio de fronteras, se muestra prudente, al final admite esas incorporaciones. Napoleón III reconocerá públicamente el
engrandecimiento de los límites del Piamonte, previamente se ha cobrado Saboya y Niza de acuerdo con el tratado de Plombières. Oficialmente Cavour sube de nuevo al poder.
Cavour
1860: La expedición de Garibaldi
Pero lo más destacado de esta época es la labor de Garibaldi, un idealista que sabe agitar el fervor popular a favor de la causa de la unidad. Es un viejo revolucionario que ha participado en levantamientos populares en Uruguay, Brasil, Italia... y que concibe la unidad de Italia como principio supremo, sólo que para él Italia debe ser una república y no un reino, con lo que entra en contradicción con Cavour y Víctor Manuel. Su epopeya más grande es la expedición que mandó contra Sicilia y Nápoles y que tendrá como resultado el hundimiento de los Borbones en el sur y la incorporación de esos territorios a la causa de la unidad.
Con un grupo de 1088 revolucionarios, llamados Camisas Rojas, parte de Génova el 5 de mayo de 1860 después de saquear el puerto con la aquiescencia de Cavour y desembarca en Sicilia el día 11. Rápidamente se hace con el control de la isla y se nombra dictador de Sicilia en nombre de Víctor Manuel II del Piamonte, el éxito ha sido rápido ya que los sicilianos están hartos del despotismo borbónico. El 20 de agosto atraviesa el estrecho de Mesina e intenta tomar el reino de Nápoles, tarea difícil no por la resistencia militar sino por la actitud hostil de algunas potencias europeas, Cavour desautoriza la expedición, no quiere ganarse la enemistad de las potencias europeas,
Víctor Manuel II le escribe una carta oficial pidiéndole la renuncia a la empresa, pero otra privada en la que le desea éxito. Garibaldi no retrocede y se hace dueño de Nápoles tras la huida del último Borbón Francisco II al que de nada le ha servido prometer una constitución y un gobierno liberal. Garibaldi domina Nápoles el día 1 de octubre, en estos momentos desafía abiertamente a Víctor Manuel y está dispuesto a proclamar la
república, esto suponía un enfrentamiento o quizá una guerra dentro de los partidarios de la unificación. Cavour reacciona enseguida y hace aprobar por el parlamento del Piamonte la anexión de Nápoles. Acto seguido y en contacto con los medios diplomáticos extranjeros organiza una expedición para garantizar el orden y la paz en
Nápoles, el ejército piamontés de camino hacia el sur se va incorporando los territorios por los que va pasando –Umbria y Las Marcas- que pertenecen al papa. Ante la llegadadel ejército de Víctor Manuel, Garibaldi recapacita y reconoce a éste como rey de Italia, en la entrada triunfal del rey en Nápoles el 7 de noviembre, Garibaldi le acompaña.
El día 14 de marzo de 1861 Víctor Manuel II es proclamado oficialmente rey de Italia, Cavour muere, pero la mayor parte de Italia está unida, queda sólo Venecia y la “cuestión romana”.
Expedicion de Garibaldi
1866: La incorporación de Venecia.
La situación se mantiene en calma, los piamonteses están esperando una coyuntura internacional favorable para declararle la guerra a Austria y así incorporarse Venecia. En el otoño de 1865 Napoleón III y Bismarck, primer ministro prusiano, se reunieron en Biarritz y se pusieron de acuerdo para que en un probable enfrentamiento
con Austria, Venecia pasara a manos de Italia, para ello Italia se comprometería a declarar la guerra a Austria en el mismo momento que lo hiciera Prusia. Por otra parte,los austríacos, temerosos del enfrentamiento inevitable con Prusia, pactaron con los franceses la incorporación de Venecia a Italia a cambio de su neutralidad; en todo caso los italianos tenían asegurada Venecia. La guerra entre las dos potencias alemanas (Prusia y Austria) estalló en junio de 1866, a pesar de las derrotas italianas en Custoza y en Lissa, el hundimiento austriaco
en Sadowa el 3 de julio significaba dos cosas: la marginación de Austria del contexto alemán y la entrega a Italia de Venecia. Los italianos quisieron seguir luchando contra los austriacos para tomar Trentino, pero Bismarck se opuso. Incorporada Venecia, ya sólo faltaba Roma, ciudad a la que se había designado como capital del nuevo Estado.
Incorporacion de Venecia
1871: La incorporación de Roma y el fin del proceso.
La unificación no podía ser completa hasta incorporar Roma, pero había muchos inconvenientes: el Papa se negaba en redondo, como es lógico, además, las tropas de Napoleón III defienden a Pío IX y eran el obstáculo más fuerte para lograr la unidad completa, por si fuera poco, todos los católicos europeos son hostiles a esa acción. Estaba claro que sólo sería posible la incorporación con la retirada del ejército francés acantonado en Civita Vecchia en las proximidades de Roma. Tras varios intentos infructuosos de lograr un acuerdo con Napoleón III garantizando los derechos del papa, Víctor Manuel fomenta en privado la acción revolucionaria de Garibaldi, como en el caso anterior de Nápoles se muestra oficialmente en contra de la agitación, el rey necesita el apoyo de las potencias europeas. De todas formas Garibaldi fracasa en las dos tentativas, en 1862 y en 1867, la unidad parecía imposible. Al igual que en el caso de Venecia, el cambio de coyuntura internacional y la victoria prusiana sobre Napoleón III en Sedán en 1870 favorecieron el desbloqueo del problema al verse las tropas francesas obligadas a retirarse. Aprovechando esta situación el gobierno de Italia toma Roma el 20 de noviembre de 1870, que cae tras la débil resistencia de las menguadas tropas pontificias. La unidad se había completado.
En julio de 1871 Roma se convierte en la capital del reino de Italia.
Victor Manuel
No acabarán los problemas del nuevo Estado. El más importante es la enemistad que el gobierno italiano se ha granjeado en el exterior por la oposición de todos los católicos al ver como ha despojado al papa del patrimonio que disfrutaba desde hacía
mil años. En el interior la relación con la Iglesia es insostenible, Pío IX excomulga a todo el gobierno italiano y a sus partidarios, los papas vivirán recluidos en El Vaticano hasta que ya en el siglo XX (Tratado de Letrán) reconozcan la existencia de Italia. El otro problema serio es la serie de desigualdades tan grandes entre el norte, industrizado y urbano, y el sur, atrasado y rural, no se llegarán a solucionar hasta bien entrado el siglo XX
Encuentro Victor Manuel y Garibaldi