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Una entrevista de trabajo es en cierta forma como una moneda; es decir, tiene dos caras.

Así que no sólo es importante como medio para que el entrevistador pueda aprender sobre tus habilidades, experiencia y formación; sino que también sirve para saber si la empresa en la que estás aplicando y la posición que te están ofreciendo son realmente las que andas buscando.

Me parece importante volver a tocar el tema en este blog (aunque me repita), ya que por lo general, la gente va a las entrevistas porque necesita el trabajo, y muchas veces está dispuesta a trabajar en un lugar en el apenas conoce y en el que es muy difícil saber como serán las condiciones reales tanto de ambiente como de funciones o tareas asignadas. Así que es importante saber si existen problemas internos que desconoces y que podrían afectarte una vez dentro.


Yo diría que un 90% de los que son llamados a entrevistas de trabajo, tienen en mente unas cuantas preguntas de relativa importancia, que por lo general son también muy comunes y que muchas veces no permiten desvelar el tipo de información que realmente necesitas conocer para terminar de decidirte en función de tu conveniencia e intereses.

Les voy a contar una de mis experiencias en este sentido para ilustrarles lo que deseo transmitir en este post…

Trabajando para una multinacional en España, recibí una llamada de un head hunter que decía ser el intermediario de una corporación muy grande del sector automotriz (Una que además de coches también comercializa motos…háganse una idea), ofreciéndome una posición de responsabilidad.

En principio, y aunque me encontraba trabajando a gusto en mi empresa; acepté gustoso a asistir a la primera entrevista, pues soy de los que piensa que ninguna oportunidad ha de ser desestimada.

Lo cierto es que fui bien preparado y documentado sobre la empresa e incluso les había hecho un estudio particular sobre el sector, que durante un momento estratégico de la charla, saqué para repartir entre las tres personas que me entrevistaban al mismo tiempo, de forma de impresionarlos utilizando a mi favor el factor sorpresa.

Me entrevistaban el Presidente en España de la corporación, el Director Europeo y la persona que me había llamado para concertar la entrevista, que venía de la sucursal alemana de una importante empresa de búsqueda de personal directivo.

Todo iba bien, hasta que yo empecé a realizar las seis preguntas infalibles y que considero como obligatorias en cualquier entrevista, ya que hasta ahora nunca me han fallado para poder descubrir esos pequeños “misterios” que nunca salen a flote en las entrevistas, pero que luego he de enfrentar si soy finalmente el elegido.

Lo cierto, es que al hacer la primera de esas preguntas: “¿Cuáles son las prioridades que tendría que encarar de forma inmediata en el puesto que me ofrecen?”… Y luego de comprobar las respuestas y las miradas que se echaban unos a otros, comencé a sentir que algo olía mal.

Un momento después hice la segunda pregunta “¿Cuánto tiempo duró en el puesto la persona a la que estoy sustituyendo?”… mis dudas quedaron confirmadas y aunque no mencionaré ni especificaré las respuestas que me dieron, si diré que pude constatar o descubrir lo siguiente:

- Que el Presidente para España, no se la llevaba bien con el Director Europeo
- Que el head hunter tenía conocimiento sobre lo anterior y que sabía que este hecho podría afectar la entrevista y las candidaturas.
- Que mi posible antecesor salió intempestivamente de la empresa, luego de haber estado poco tiempo trabajando allí.
- Que había un problema interno que yo no podía determinar en ese momento, pero que estaba creando mal ambiente de trabajo dentro de la oficina.
- Que el Presidente para España no era de fiar y que sería mi jefe directo.

Así que con hacer sólo dos preguntas, ya tenía claro que definitivamente no me convenía para nada cambiarme de mi empresa, en la estaba cómodo y con un excelente ambiente de trabajo, por un incremento de sueldo que luego no compensaría la cantidad de malos ratos que seguro me esperaban… Por lo que terminé rechazando la oferta para no seguir perdiendo mi tiempo ni el de ellos. Con tan buena suerte, que dos años después; es decir, ahora… El sector automóvil es uno de los más afectados por la crisis incluyendo, por su puesto, a esta empresa.

Lo anterior es una simple muestra vivencial que revela la importancia que tiene el hecho de hacer las preguntas correctas en el momento adecuado. Claro que existen un millar de preguntas que los candidatos pueden hacer a sus interlocutores, pero yo las resumo en sólo seis, pues son las que reúnen los mejores argumentos y el criterio más acertado para descubrir cualquier aspecto oscuro que luego pueda afectarnos negativamente.

El truco para interpretar las respuestas consiste en analizarlas, colocándolas juntas como en un párrafo mental, lo que podrá darte una muy buena impresión de lo que puede esconderse detrás de la entrevista. Así que trata de enlazar lo que estás percibiendo en las respuestas con lo que tú quieres y esperas de la empresa y así sabrás si ese es el trabajo que realmente te conviene.

Igualmente, es importante que prestes atención a otros aspectos muy importantes, como el lenguaje corporal del entrevistador o sus expresiones faciales. Sobre todo fijarse si está relajado o si actúa nervioso cuando les hacemos las preguntas que te voy a dejar a continuación, eso te dirá mucho sobre la veracidad y profundidad de las respuestas.



Las seis preguntas obligadas e infalibles para hacerle al entrevistador

1. “¿Cuáles son las prioridades que tendría que encarar de forma inmediata en el puesto que me ofrecen?

El título o el nombre de la posición más o menos indica nuestro grado de responsabilidad y el perfil de la oferta muchas veces nos da una idea de las funciones. Pero nunca son suficientes. Por las mismas razones por las que es importante colocar en tu CV lo logros y no sólo las funciones del cargo. También es importante saber las individualidades del puesto ofrecido.

¿Está funcionando todo bien? ¿Se trata de llegar a una posición de inercia en la que sólo tendrás que darle continuidad? ¿Tendrás que llegar implementando un plan de emergencia? ¿Qué tan mal o bien va el departamento? ¿Hay trabajo atrasado? ¿Cuánto? ¿Te sientes preparado para llegar dentro de una reestructura?

Todas estas preguntas están implícitas en la primera, así que procura encontrarles respuesta antes de continuar con la entrevista, y si puedes hacerlo con quién será tu jefe directo, pues mucho mejor.

2. ¿Cuánto tiempo duró en el puesto la persona a la que estoy sustituyendo?


Investiga bien si duró poco o mucho y pregunta por qué, trata de indagar también sobre la persona anterior si fuese pertinente.

Si la duración fue inferior a los dos años, pregunta entonces sobre las circunstancias que obligaron a estas personas a dejar su empleo, y si fuera el caso, indagar por qué fueron despedidas.

Si notas, descubres o te enteras de que en los dos o tres últimos años han pasado más de dos personas por esa posición, es mejor que no preguntes más y que simplemente desistas de seguir considerando ese empleo, pues es seguro que te esté esperando el mismo destino. Desvía tus energías en buscar otra cosa.

3. Me gustaría saber sobre el tipo o estilo de gerencia de esta empresa.

Pide que te respondan cómo motivan a los empleados y de que forma piensan que se mantienen productivos. Trata de saber si tu futuro o posible jefe necesita estar siempre informado con interminables reportes, si le gusta delegar, si ayuda a su gente en caso de problemas o si tiene un estilo paternalista.

No temas pedir esta información abiertamente, pero hazlo de forma educada. Te sorprenderá cuan dispuestos y orgullosos están los jefes al mencionar su estilo. Sólo debes estar atento en cómo verbaliza sus estamentos, pues la forma en que expone su estilo es lo que te dará la clave para saber si su estilo de gerencia va contigo o si por el contrario ya puedes augurar muchos malos entendidos, conflictos y todo lo que esas situaciones desagradables conllevan.

4. ¿Qué tipo de personalidad buscan o necesitan en esta empresa?

La respuesta a esta pregunta te dirá mucho sobre tus posibles compañeros de trabajo o de equipo, así como de lo que se espera de ti en términos de cumplimiento y sacrificio.

Aquí sabrás si necesitan a un workaholic, a un trabajador independiente, a alguien que trabaje en equipo, a alguien que no tenga problemas en seguir órdenes o a alguien que sepa pensar por si mismo.

También tendrás una idea sobre la cultura y el ambiente de trabajo de la empresa en términos e armonía e incluso filosofía. Lo que te dirá si podrás adaptarte bien a la cultura reinante y si realmente estarás a gusto dentro del grupo.

5. ¿Cómo definirían a su empleado modelo o ideal?

La intención de esta pregunta no es precisamente para saber si ya les gustas a ellos; sino más bien para saber si a ti te gustan ellos. Así que fíjate en las respuestas, determinando si realmente te ves trabajando a gusto con estas personas, pues si ahora que los conoces poco no te gustan, imagina cuando los conozcas bien.

También es una oportunidad excelente para saber por qué ellos te podrían considerar como el candidato ideal para el puesto y en qué se basan para ello.

Si es que lo que oyes, sientes o intuyes no te gusta, entonces mejor déjale la oportunidad a alguien más. Pues no hay nada peor que no congeniar con los líderes de la empresa.

6. ¿Cuánto tiempo llevas tú o lleváis vosotros trabajando aquí?

La respuesta te revelará si el departamento o la empresa gozan de buena salud o si por el contrario están teniendo problemas, que no puedes determinar a simple vista.

También te dará valiosa información sobre tus jefes potenciales, sobre su estilo de gerencia y sobre la cultura de la empresa en general sobre temas de contratación y despidos.

Aquí también has de tratar de enlazar todo lo que estás escuchando con tus propias expectativas, todo dentro de un mismo párrafo mental, de forma de encontrar si realmente te gusta el estilo de la empresa y si esta se adapta a tus necesidades. Así que trata de descubrir en las respuestas, si es el trabajo y si son los jefes que realmente te convienen.

Reflexión:

Te aseguro que si introduces estas seis simples pero contundentes preguntas al momento de ser entrevistado, podrás tener una mejor idea de la empresa que se ha interesado en ti, lo que te ayudará a tomar una mejor decisión en función de tu futuro.