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B.

calles de piedra gris
sobras húmedas
las recorro apasionado
con el placer de encontrar
descrubrir cada rincón
como en un sueño volver el tiempo de las veredas
y pisar distinto cada pastito
oler desde otro ángulo la tierra húmeda
mirarte con otra verdad
mirarte de vuelta con renovada ingenuidad
elegirte a cada instante
(que es el mismo eternamente)

Entre las casas que se inclinan sobre los adoquines de las calles mojadas
descubro el portal
más allá está el puente de extraña arquitectura
el aire frío lo hace puente y túnel
lo cruzo y entro en la oscuridad
camino sin miedo entre gatos basureros
traspaso el arco y afuera nuevamente
el aire más liviano por el frío
levanta mis pies y me conduce entre galerías y ríos

Solo una extrañeza me desconcierta en tan hermoso pueblo:
aún no he cruzado persona...
Es extraño, es como un cuadro
hace días que camino y no recuerdo si anocheció
siempre encuentro la claridad nublada
que sale de todo el cielo y penetra todos los recovecos
es tan inquietante que...
¡NO! POrqué simpre caigo en la trampa, como si alguien más la tramara...
Era tan real, aún puedo olerte y tocar el árbol reverdecido por la llovizna
Quisiera no despertar.






D.

el problema del egoísmo fagocitante
es el saberse perdido y perder a los demás.
Déjalos en su camino, repleto de estúpidas tristezas
de incongruentes problemas, de despiada felicidad.
No es tan así, por qué aseverás que la incosistencia del lenguaje y la
relatividad contextual
hacen imposible la comunicación intencionada?
No te dejes llevar por vanidad, quién te dijo que tenés algo para decir?
Pero yo te siento hermosa, necesito que alguien lo entienda.
Yo creo entender, vos hablás de las partículas subatómicas.
Claro, cada uno quiere creer en su manera de llegar al fondo, por atrás de
las palabras por atrás de la historia por atrás de las estrellas
Pero siempre por atrás, siempre al fondo, siempre creyendo que se va a
llegar, siempre pensando que hay dónde llegar.
CONFÍO EN LA EXISTENCIA DEL PORQUÉ
Confiás por el abismo, el abismo que no crece pero que siempre fue
gigantezco y al que siempre caemos, caeremos todos algún día. Confiás como
si tus porqués se llegaran a materializar en el espacio metafísico (en la
rama del árbol (único viviente el el vacío olvidado (seguramente de carácter
desértico de cañoñes y ocasos a dos soles) al que regresamos
arbitrariamente) donde nuestras manos se sostienen ,y) en el que la
conciencia muere.







Pablo Matías Pérez Piskunow




Gracias por pasar






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