BIENVENIDOS MI POST
Antes de comenzar, quiero decir que esta historia forma parte de un proyecto mas grande que aun no logro darle una identidad, la persona quien cuenta la historia es un hombre quien se obsesiono por escuchar historias de personas que parecen tener poderes que son tan inutiles para ellas como lo seria una pierna para un delfín. Habiendo comprendido esto, espero disfruten leer algo.
Dale play antes de comenzar a leer
link: https://www.youtube.com/watch?v=I1mNSRhhxOE
CAPITULO I
Undécima historia
Undécima historia
Deben de saber que hay razones por las cuales no considero que todas las historias que salen en los periódicos, noticias o revistas son ciertas, una de las principales es mi obsesión por corroborar hechos, cuando una noticia parece demasiado buena para ser verdad, es que “NO ES VERDAD”, como esa telenovela que hicieron en la ciudad de Ceriliano, quizás ni siquiera sepan de que hablo en el momento que este libro llegue a sus manos, a lo mejor ya hayan pasado años de este incidente y sepan mejor que yo el contexto en el que ocurrió. Los reporteros y medios de comunicación a veces necesitan algo fuera de lo común, por eso recurren a lo extraordinario, incluso en un mundo donde todo parece tener explicación científica. Sin embargo cada vez que comienzo a leer, aunque todo parezca mentira, me detengo cada once historias, suena a una estupidez pero si una de cada diez historias es cierta, a lo mejor mi juicio me nublo de no verla, releo cada una e intento darle oportunidad de que me cautive.
Once pasó a ser mi número de la suerte, quizás sea un gran placebo que me acostumbre a recibir, pero cuando estas en búsqueda de la inutilidad, todo lo que no parezca necesario te lleva al camino correcto. Debo decir que la mayor parte de las historias son tan comunes que solo para mí son inútiles, algunas personas buscando gloria, otras buscando algún tipo de atención, ya sea para sí mismos o para otros; solo una cosa parece tener en común las historias que me parecen reales, sus protagonistas están muertos. Eso no me ayuda en nada, más bien me trae una desesperanza que no me deja pensar con claridad, ¿acaso estoy buscando muerto sin darme cuenta?.
También me di cuenta de algo particular en cada “caso” que me interesó, los protagonistas eran hijos únicos sanguíneos, ya sea de madre o padre, parecía una de esas cosas que puede ser una coincidencia, pero a mi parecer indica una razón por la cual podrían haber mentido, los hijos únicos son seriamente distintos a todos aquellos que nos criamos con otras personas. También están los que se crían con medios hermanos, pareciera que todo pudiera deberse a traumas en la niñez. Este es siempre mi primer pensamiento, mientras menos esperanzas tengan, mejor me parece la historia que voy a escuchar. No es fácil para ellas cumplir mis requisitos, para empezar deben demostrar su inutilidad y solo con llamar la atención ya están haciendo todo lo opuesto. El contexto es aquel que determina como la historia me cautivará. Hay ciertos padecimientos que parecen confundirse con poderes (o a lo mejor lo son), La sinestesia es uno de ellos. Pareciera que tener dos sentidos conectados otorga a la persona en ocasiones bastantes problemas, este raro padecimiento podría explicar algunas de las cosas que he leído y me han contado, pero no todas y no totalmente.
Un treinta de junio hace ya más de 5 años hice mi primer resumen de las historias que había recopilado, intente tocar a fondo cada uno de los casos y los envié a un periódico, a una revista famosa por apoyar escritores y a doce editoriales, ni siquiera sabía que algunas de esas editoriales simplemente eran la misma pero con diferente sede, en mi anhelo porque alguien leyera algo de lo que escribí simplemente enviaba…
Viéndolo desde afuera parece ser que soy la clase de persona de la que nunca creería una historia, a lo mejor eso mismo reflejaba, por lo cual nunca obtuve respuesta positiva de ninguna de las editoriales, ni de la revista, por más que lo intente con once historias distintas. Quizás era muy aburridas, quizás estaba muy mal escritas, sea la razón que fuese, nunca le preste importancia. Algunos meses después un amigo me llamo, su editor había leído mis historias y le parecieron un tanto interesantes, pero “yo” se lo parecí más. Ninguno de mis escritos llego a los periódicos, pero la historia sobre cómo me interesaba en los relatos de la gente que de extraordinaria no parecía tener nada le gusto a tanta gente que pronto me entrevistaron en algunos medios de televisión y radio.
Me conocieron como el reportero de lo inusual por el titular del periódico, repetí tantas veces lo difícil que era convencerme de que alguna historia era real que yo mismo comencé a creérmelo, algunas de mis primeras historias comenzaron a llamar seguidores que me enviaban datos de personas, fotográficas y lugares donde podría interesarme viajar, pronto tenia tantas cosas por leer que me era muy difícil ordenar algo y peor aún, a diferencia de los periódicos y medios de radio y televisión, yo no lucre ni un centavo; Sí, en efecto era un idiota.
Seguía yendo a mi trabajo de siempre, haciendo lo de siempre, la oleada de personas que les intereso algo de lo que hacía comenzó a disminuir con el tiempo. Y la cantidad de historias que me interesaban también, había leído diez casos distintos de entre cincuenta que obviamente eran basura, aun así me parecían tan estúpidos que comenzaba a perder el interés, ni siquiera quería leer un onceavo solo para decepcionarme. Lo deje completamente por dos meses, luego me llego un llamada del editor del periódico que una vez me abrió la puerta; había una historia para mí, me necesitaban para una de esas cosas que solo se presenta una vez en la vida, de aceptar me pagarían todos los gastos y además un sueldo acorde a mi trabajo, pero debía comprender que habían riesgos.
“Habían riesgos”
Estaba tan emocionado que ni siquiera le reste importancia, ni lo pensé, fui en contra de todas mis reglas y acepte ir a donde ellos me quisieran llevar. Pedí mis vacaciones en el trabajo, ni siquiera espere a que me aprobaran algo, tome mi lápiz y una grabadora, apenas empaque un cambio de ropa y firme todo lo que me pidieron que firmara. Muchos estaban nerviosos e intentaban convencerme de no hacer este viaje, yo era el único entre todos los que iban conmigo que debía leer con atención la historia de la persona a la que iba a entrevistar, porqué a mí fue a quien esa persona llamo, pero lo único que hice fue mentirle a los demás sobre que estaba listo y poner una cara de preparación como nunca antes en mi vida.
De un avión a un auto, de un auto a pie, cada vez la selva se hacía más espesa, el lodo más profundo y los mosquitos más insoportables, luego casi todos mis acompañantes dejaron de seguirme, un “hasta aquí llegamos” y mi total desconcierto ante una situación en donde yo me había metido por decir si a todo, sin poner atención, hicieron que comenzara a leer mis notas, pero tenía que seguir adelante, no podíamos parar, el guía tenía que llevarnos mientras todavía había luz de día, le habían pagado para llevarnos a cierta ubicación, pero la seguridad que llevábamos se había marchado ya, luego cuatro niños y un hombre sosteniendo un arma me hicieron sentir uno de los temblores más estremecedores que recuerde, me hicieron tirarme al piso, peguntaron quien era el reportero y me amarraron las manos, me pusieron una bolsa en la cabeza, me hicieron caminar quien sabe cuánto tiempo y luego descansar por la noche, aguante la ganas de orinar tanto tiempo que cuando por fin me quitaron la bolsa lo primero que pedí fue poder ir al baño. No tenía nada conmigo, ni mis notas ni mi grabadora, ni mi ropa, de pronto estaba ante un hombre que apenas y estaba en sus treintas, delgado, con más cicatrices que cualquier otro de los que lo rodeaban, pero con una sonrisa que hacia darme cuenta que él era quien pidió verme.
La respiración me traicionaba, intentaba por todos los medios mantener la calma pero no lo lograba, quería que de mi boca salieran palabras, pero pareciera que no podía siquiera hacerlo, de repente, logre decirle “buen día”, solo una risa de su parte hizo darme cuenta que mi miedo no dejaba comportarme adecuadamente. Desearía poder haber grabado algo de lo que me dijo, poder tener mejor memoria para contarles cómo es que me trato como invitado a detalle, pero tendré que conformarme con como lo recuerdo a pesar que al principio el miedo no me dejo ser racional sobre nada de lo que pasaba, para todos esos “soldados” yo era un invitado, no un cautivo, aunque yo así lo sintiera. Luego de que su jefe me diera la bienvenida y me presentara, podía comenzar a preguntarle cosas sobre su condición, sin embargo en esta ocasión tenía todo el tiempo del mundo para oírlo, así que decidí que lo mejor era que me contara desde la niñez sus experiencias.
Aquellos
Poderes
Inútiles
Presenta:
Elcapo que veía las fragancias
Según tengo entendido mi madre me abandono a cuidado de mis abuelos cuando yo era un bebe de quien putas vaya a saber cuántos meses, mi abuelo era un hombre muy tenaz, fuerte y autosuficiente, se las había arreglado para no necesitar a nadie más que a su esposa, sembraba todo lo que necesitaba, cambiaba todo lo que le sobraba por otras herramientas y comida, hacía de todo, si tenía que salir a cazar cazaba, si debía cuidar de mi abuela lo hacía, Vivian en un lugar donde el poblado más cercano quedaba a cuatro horas de camino a pie por una montaña, no me extraña que mi madre quisiera irse a la mierda.
La cosa es que al parecer yo cambie su vida, sus planes eran vivir sus últimos días junto a su esposa, pero al llegar yo, él sabía que necesitaría hacer más que matar un conejo si quería alimentarme, no estaba muy sano, ni muy alimentado, ni nada. Mi abuelo era listo, sabía que necesitaba dinero, ¿pero donde conseguiría dinero un viejo como él en medio de la nada?
Pues del narco, de donde más, así como lo oye, mi abuelo corrió a pedirle trabajo a los que sembraban droga. Le pagaban una miseria por cuidar los cultivos, por quebrarse la espalda recolectando, por jugarse la vida velando que nadie llegara a los cultivos, luego caminaba casi tres horas de regreso a casa. Yo necesitaba medicinas, leche, algo de ropa, mi abuela debía cuidarme mientras el viejo no estaba, nunca fui consciente de lo difícil que debió ser para él hasta ahora, cuando pude pararme por mi cuenta comenzó a enseñarme cosas, como que plantas comer y que cosas no, parecía fácil para mi diferenciarlas, sus colores y escancias era distintas, a esa edad creía que todos lo veían tan claro como yo.
Pero el viejo buscaba más en mí que alguien que le ayudara, me mando a la escuela del pueblo, siempre que podría claro, aprendí a leer en el tiempo que estuve yendo y las cosa básicas de matemática e historia, pero yo quería ayudarlo, así que lo acompañaba siempre que podía, rápidamente noto la facilidad que tenía yo para saber cuándo las amapolas estaban listas para ser cosechadas, o para guiarme hacia donde estaban cultivos de todo tipo, nunca me equivocaba al escoger hongos comestibles, nunca dudaba al recoger plantas medicinales, así que ya no me pidió que fuera a la escuela, comencé a ayudarle a ganar el sustento diario para mí y la abuela, hasta que luego ella enfermo.
Los hijos de puta para quienes trabajábamos pudieron ayudarnos, pero no lo hicieron, apenas y pudimos llevarla con un médico, mi abuelo intento ayudarle todo lo que pudo, pero no había nada más que pudiéramos hacer. Luego éramos solo nosotros dos, yo tenía algo así como once años a lo mejor, estábamos cuidando una plantación cuando unos tipos con rifles nos rodearon y nos tiraron al piso, luego nos dieron una “verguiada” que no olvido y nos preguntaron tantas cosas que no me acuerdo, luego nos hicieron cavar, yo estaba llorando tanto que no estaba poniendo atención, en esos hoyos que cavábamos nos iban a enterrar.
Sin embargo a mí me sacaron y antes de que pudiera decir algo mi abuelo me dijo:
“Mira patojo, te vas a ir con estos señores, haces lo que ellos te digan y hay de vos si me cuentan que no les haces caso”
Lo único que podía decir era no, no, no, con lágrimas y una voz quebrantada, luego me agarraron del brazo y me dijeron que ya nos íbamos, yo los seguí. Lo último que recuerdo fue escuchar un balazo seguido de ver cómo le prendieron fuego a todo.
Lo último que había hecho mi abuelo fue negociar con esos tipos, no nuestra vida sino, que los convenció que me dejaran unírmeles, al parecer mientras yo lloraba les contaba como yo era un patojo muy listo y obediente, y como sabía hacer de todo. No rogo por su vida ni una vez, su último acto fue ayudarme de la única forma que podía.
Ahora entiendo que esos soldados no podían dejar a mi abuelo vivo, tenían que enviar un mensaje, ellos fueron quienes luego me criaron, me dieron techo y me enseñaron el negocio, muy pronto mis entregas eran las únicas que pasaban las fronteras, yo sabía mejor que nadie como esconder la droga, ya sea coca o lo que fuera, sabía exactamente cómo hacer para que los perros no la detectaran. Podía ver exactamente si la fragancia de la droga se mostraba, sabia a quienes iban a detener por intentar pasarla, podía hacer que algún cargamento no tuviera ninguna oportunidad o que llegara sin ser detectado.
Pronto deje de ser empacador para ser quien dirige todo en esta jungla. Y con el poder llego mi venganza, todos los que no quisieron ayudar a mi abuela fueron quemados junto a sus familias para que quedara bien claro quién manda.
Todo lo que podía penar era que la historia no era lo que buscaba, la undécima historia me había decepcionado, era cualquier cosa excepto inútil. Le agradecí la hospitalidad e hice algo que hasta hoy no me puedo creer, explicarle como su caso en particular no encajaba en mis historias.
Era una historia que solo a mí me parecía inútil, pero que contaría cuando tuviera oportunidad, luego de esto, ordeno que se me llevara al pueblo, y apenas y recuerdo como llegue cuando me encontraron un poco desorientado y deshidratado. Lo primero que hice fue escribir lo que recordaba, lamento decir que olvide algunos detalles, a lo mejor olvide también algunas cosas importantes, pero la mayor parte de las cosas que recuerdo contrastaron con lo que se sabía del sujeto, en una entrevista exclusiva de la cual tuve que dar información al periódico por un mísero salario mínimo. Pero aun así estaba pensando en tatas cosas que lo último que se me pasó por la mente fue el pago, una de las cosas que más pensaba era lo inútil que podría ser la habilidad de ver fragancias y olores en la vida moderna, pero justamente el chico que nació con esta habilidad estaba en el lugar adecuado para hacer uso de ella. Para mis ojos no era inútil, luego lo comprendí.
La inutilidad es un estado pasajero, cuando este hombre leyó sobre mí, se creyó que su poder fue inútil, a pesar que lo llevo a la lo más alto de una organización criminal, su poder fue inútil en dos ocasiones, al querer salvar a su abuela y luego al querer salvar a su abuelo.
Apenas y recuerdo cosas de ellos, cuando contaba sobre ellos no puse la suficiente atención por querer comprender cuanto alcance tenía su poder, como lo descubrió, como se dio cuenta que los demás no veían el mundo como él, tenía tantas preguntas y tanto miedo que no vi que la persona en frente mía estaba contándome la razón por la que consideraba que su historia debía ser contada entre las mías.
Lo entendí tan tarde que estoy seguro no fui lo que él esperaba que fuera, fuimos inútiles mutuamente. Y es que de haber querido que su historia fuera más conocida a lo mejor me hubiera dejado tomar nota, directamente hubiera hecho pública la información, él simplemente quería sabes si yo lo entendía, espero ahora no estar tan equivocado.
RESUMEN LV5: AL CAPO LO TRAUMO QUE MATARAN A A SU ABUELITO...
-Gracias por leer-
Pasen por mis otros post
[/size]