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Salón de Ginebra: guía para asistir por primera vez al salón internacional más importante del año




Cubrir un salón internacional del automóvil no es nada fácil. Estrés, carreras entre los expositores, empujones, cansancio, dolor de pies, incluso lesiones hemos tenido que sufrir los editores de Diariomotor. Pero de una forma u otra siempre esperamos con cierta ilusión la llegada del primer martes de marzo. El Salón de Ginebra es muy especial, parafraseando a nuestro colega Pichi en el anterior artículo “imaginaos lo que sentiría un niño que descubre un parque de atracciones entrando por una puerta de servicio”.

El Salón de Ginebra es probablemente la cita más importante del año. Si nos sigues habitualmente ya sabrás que para nosotros, Ginebra es algo más que el alcohol con que regamos el Gin Tonic. Un inmenso pabellón en el que se agolpan, literalmente, todos los coches que veremos en los próximos años en las carreteras, rodeados de los protagonistas y los máximos responsables de cada marca. No obstante, cualquier aficionado a los automóviles se podría plantear visitarlo algún año y de paso conocer esta bella ciudad suiza.

Si me acompañas te lo mostraré en nuestra guía para asistir como visitante al Salón de Ginebra entre los días 7 y 17 de marzo, los reservados para el público general.


¿Cómo puedo llegar hasta el Salón de Ginebra?

La solución más sencilla y rápida es el avión. Existen vuelos directos a diario desde Madrid y Barcelona. Por ejemplo la compañía de bajo coste Easyjet dispone de dos vuelos diarios (uno por la mañana y otro por la tarde) desde Madrid y tres desde Barcelona. En el momento de redactar este artículo cada vuelo apenas superaba los 30 euros. Por supuesto existen otras compañías “premium” como Swiss o Iberia, sin ir más lejos. No obstante al menos este año descartaremos Iberia puesto que el Salón coincidirá de lleno con la huelga, y estoy convencido que ninguno querrá llevarse una desagradable sorpresa.



Para los que prefieran disfrutar de un buen viaje en coche, desde Madrid son como mínimo 1.400 kilómetros, desde Barcelona algo menos de 800 kilómetros. Pero si eliges esta opción me atrevo a recomendarte incluso una ruta alternativa. Por unos cientos de kilómetros más puedes desviarte hasta Niza y Mónaco para recorrer la Cote d’Azur, incluso recorrer los tramos habituales del famoso rally y puertos como el Col de Turini. Si nos seguís a diario ya habréis visto que se trata de una de las rutas habituales en nuestras pruebas y entre las favoritas de los organizadores de estos eventos.

Si tienes tiempo y ganas también puedes llegar hasta Milán y cruzar por el Paso del Stelvio pero el rodeo no deja de ser considerable.

Y ahora bien. ¿Qué necesito para cruzar la frontera con Suiza?

Suiza no pertenece a la Unión Europea, pero por suerte cuenta con estrechos acuerdos comerciales y legales con esta. La identificación española te basta para cruzar la frontera, aunque siempre sea recomendable el pasaporte. Los controles no son más estrictos que los que tendrás para cruzar cualquier frontera europea.

En Suiza, por cierto, los idiomas oficiales son el alemán, el francés, el italiano y el romanche, pero por Ginebra el más común y utilizado sigue siendo el francés. Dentro del salón te podrás desenvolver bien en inglés en la mayoría de los casos, incluso en español si te atienden azafatas o azafatos con una banderita española en la solapa.


En Ginebra el idioma más común es el francés, la moneda el franco suizo y con el DNI español te bastará para cruzar la frontera.

Al llegar a Suiza deberás realizar un cambio de moneda, puesto que allí se utiliza el franco suizo. No obstante en ciertos lugares y en el propio Salón se aceptan euros. El cambio de moneda también se puede realizar en las instalaciones del Salón de Ginebra.

¿Dónde podré alojarme en Ginebra?



Si estás planeando aprovechar la visita al Salón de Ginebra para conocer la ciudad, sinceramente no te recomiendo coincidir con los días de prensa. Es cierto que la gasolina se palpa en el ambiente, que la entrada del hotel Four Seasons en la que siempre hay algún deportivo estará llena de coches cualesquiera como uno o varios Bugatti Veyron y los avistamientos que harás entre las tiendas de relojería suiza y de alta costura, son difícilmente comparables con los de cualquier otra ciudad. Pero la realidad es que conseguir alojamiento puede llegar a ser imposible y prohibitivo. Los hoteles que, ya de por sí son caros, multiplican sus precios y están con máxima ocupación por las reservas de los asistentes. Aún así, si insistes en no seguir mi consejo, lo recomendable es planificar el viaje antes de navidades del año anterior.

Al Salón de Ginebra se llega andando diez minutos por un pasillo que une el aeropuerto y el salón de exposiciones.

Cuando terminan las jornadas de prensa la situación se calma, pero aún así es recomendable ser previsor. Hay hoteles, hostales y albergues y hostels juveniles con precios que oscilan desde los 50 euros para una habitación individual a varios miles de euros en suite presidencial (sic). En el peor de los casos tendrías que albergarte en las poblaciones cercanas, algunas incluso en territorio francés, puesto que Ginebra es limítrofe con Francia.

Pero lo mejor del Salón de Ginebra es su localización. Para llegar desde el aeropuerto al Palexpo (el edificio de congresos y exposiciones) basta cruzar un pasillo ¡andando! La conexión con la ciudad lleva apenas 15 minutos en tren o en autobús.


¿Cómo consigo mi entrada?




En el propio salón existen taquillas, pero lo recomendable es ir con el trabajo hecho. Desde la página web del Salón de Ginebra se puede adquirir la entrada para adulto por 16 francos suizos (13 euros), para niño hasta 16 años y pensionistas por 7,30 euros y por menos de 10 euros para grupos. La entrada para la tarde únicamente, cuesta la mitad.

¿Y qué consejos me das para visitar el Salón de Ginebra?



Para empezar madruga. A primera hora es el mejor momento para acceder a esos vehículos que a lo largo del día están abarrotados de gente o incluso cerrados y custodiados por la seguridad. Esto generalmente sucede con marcas como Ferrari o Lamborghini, pero las puertas abiertas y el coche al acceso de todo el público, es la nota dominante y general de esta exhibición.

Lleva calzado cómodo. El Salón de Ginebra se erige en un inmenso pabellón con varias alturas, a diferencia de París o Frankfurt que se componen de varios pabellones separados en algunos casos por un paseo a pie. En un día puedes visitar con calma todos los expositores y coger catálogos y solicitar información de aquellos modelos que te interesen. Incluso la mayoría de los stands cuentan con merchandising para la venta al público.


Madruga, lleva calzado cómodo y en un día podrás ver con tranquilidad todo el salón.

Si tienes tiempo puede que quieras también realizar alguna prueba de conducción. En Ginebra no son tan comunes como en París y Frankfurt, pero en el denominado Pavillion Vert (Pabellón Verde) se organizan pequeñas pruebecillas de eléctricos e híbridos. También existe un pequeño recinto reservado a máquinas recreativas y en alguna ocasión incluso una improvisada pista de karts.

¿Y qué otra cosa puedo hacer en Ginebra un mes de marzo?



Primera visita obligada el lago Léman y foto con el característico géiser, los barcos y el hotel Four Seasons y sus deportivos y coches de lujo a la ribera. Entre los planes que bien podrías organizar, existen cruceros por el lago, teatros, museos, la Catédrale de St-Pierre y la Universidad y preciosos parques que rodean la ciudad antigua y las orillas del lago.

Lo cierto es que con el lago en primer plano y los Alpes al fondo, Ginebra es una ciudad bastante bonita que merece la pena visitar…




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