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El segundo satélite geoestacionario argentino construido en Bariloche por Invap entró ayer en la fase de maniobras que lo llevarán el mes que viene a la Guayana Francesa, donde, al igual que su hermano mayor, el Arsat-1, será lanzado al espacio. Partirá el martes que viene de Bariloche a bordo de uno de los enormes aviones de la flota de la empresa rusa Antonov.



Por la posición orbital que ocupará, podrá vender sus servicios de enlace de datos, televisión y telefonía, a América del Norte y Central, un mercado que podría significar un recupero más rápido de la inversión.





link: https://www.youtube.com/watch?v=BBTDbT-BNwI

Invap, la empresa estatal rionegrina que no para de crecer en Bariloche, es la constructora del satélite, cuyo dueño es otra empresa pública pero nacional, Arsat.

Funcionarios del ministerio de Planificación Federal están en Bariloche para seguir de cerca las maniobras de embalaje del satélite. El martes habrá, como ocurrió el año pasado con la despedida del Arsat-1, un acto oficial en el aeropuerto.

Según la información que trascendió, el Arsat-2 entrará hoy al contenedor en el que viajará a Kourou, la localidad de la Guyana Francesa donde la empresa Arianne Space lo lanzará a 36.000 kilómetros de la Tierra.

Los satélites que fabrica Invap en Bariloche tienen componentes importados, pero el proyecto y el desarrollo son netamente argentinos, al igual que buena parte de sus piezas.


Infografía: América conectada.



Hay además partes construidas en Bariloche por pymes que dan empleo a cientos de personas y permiten el desarrollo de una industria de gran valor para la ciudad.


Ya se sabe que el 10% del producto bruto geográfico de la ciudad lo aporta la ciencia y la tecnología, que genera puestos de trabajo de calidad y relativa estabilidad y buena remuneración.

El Arsat-2 ya pasó con éxito las pruebas exigidas en el Centro de Ensayos de Alta Tecnología (Ceatsa, una sociedad entre Invap y Arsat). Allí, en ese enorme laboratorio, se simulan las condiciones del lanzamiento y de su vida en el espacio:


El cuidadoso embalaje del satélite que se realizaba ayer



En una cámara de termovacío se lo somete a una presión 10.000 millones de veces inferior a la del ambiente terrestre, con temperaturas de entre 150 grados centígrados sobre y bajo cero.

Se indaga en las propiedades de masa del aparato, se determina el centro de gravedad de los tres ejes con una precisión de dos milímetros, y se calcula el momento de inercia.

Se lo somete a pruebas de vibración.

Se lo rodea de un volumen de 141 decibeles, el triple del de un recital de rock.

Se reproducen las condiciones de comunicación entre la antena y la Tierra.


El área de fabricación es similar a un quirófano enorme.


El nuevo satélite "estará brindando cobertura sobre Norteamérica y Sudamérica, ambas en banda Ku, y cobertura hemisférica, en banda C. Ofrecerá un ancho de banda de alrededor de 1,5 gigahertz", informó la empresa en un comunicado.

"Este satélite ofrecerá más área de servicio, cubriendo toda América con una excelente prestación e incorporando banda C, especialmente atractiva para las zonas de alta densidad de lluvia", añadió.

La estructura que se lanzará al espacio tendrá 3 toneladas pero casi la mitad de ese peso es el combustible. De Bariloche partirá con el tanque vacío.

En el diseño, Invap proyectó una vida útil del Arsat-1 de 15 años, pero con la experiencia se sabe ahora que podría prestar servicios durante tres años más, lo que permite un horizonte de negocios mayor.
La primera versión tuvo una inversión de 300 millones de dólares y, a juzgar por los datos difundidos ahora, con el Arsat-2 ese costo se redujo en 50 millones.