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La razón por la que pasamos casi una tercera parte de nuestra vida dormidos es uno de los misterios que la ciencia moderna está comenzando a develar. Hasta el momento existen numerosas teorías, unas con mayor apoyo empírico que otras, pero verdaderamente no existe una explicación sobre la función (o las funciones) del soñar y los sueños que satisfaga a la mayoría de los investigadores.

En experimentos llevados a cabo con ratas se ha encontrado que cuando a éstas no se les permite dormir comienzan a deteriorarse físicamente y, pasadas unas tres semanas, mueren. Esto parecería indicar que el sueño cumple una función tan importante y vital como el comer. Sin embargo, en los seres humanos la situación no es tan evidente. Algunas personas viven largos años, sin perjuicio aparente, con períodos de sueño de menos de dos horas por noche. Por otro lado, existen otras personas que sufren de numerosos problemas psicológicos y de salud si no duermen al menos seis o siete horas. Resulta importante señalar que no existen sustitutos para el sueño. Descansar o meditar pueden ser muy buenos para nuestra salud mental y física pero no tienen los mismos efectos que el sueño y no nos evitarán los problemas ocasionados por la falta de éste.

Como todos los rasgos humanos, los sueños tienen un fundamento biológico. Este fundamento se encuentra básicamente en las singulares características de nuestro cerebro. Durante las más recientes décadas nuevos instrumentos y técnicas de investigación han comenzado a develar muchos de los misterios de este extraordinario órgano. Esto ha contribuido al desarrollo de nuevas teorías sobre el sueño y al descubrimiento de muchos de los eventos cerebrales que se relacionan con éste y lo controlan. Como sucede en casi todo campo de investigación reciente, y más aún cuando éste se relaciona con la actividad de un órgano tan complejo como el cerebro humano, las controversias abundan. No obstante, resulta innegable la importancia y el valor de una serie de descubrimientos que seguramente nos habrán de ayudar a entender mejor la importancia y la función de los sueños y del acto de dormir.

En primer lugar hemos de decir que el concepto que aún tienen muchas personas según el cual mientras dormimos nuestro cerebro está inactivo es completamente erróneo. De hecho, en muchos aspectos nuestro cerebro está más activo mientras soñamos que cuando estamos despiertos/as. Como ya veremos, entre las cosas que los investigadores sospechan que hace nuestro cerebro durante el sueño se encuentran el transferir información de la memoria a corto plazo a la memoria a largo plazo, reparar y reemplazar células viejas, y poner en condiciones óptimas nuestras destrezas de aprendizaje.

Pero hay más. Nuevos descubrimientos nos indican que nuestro cerebro tiene una enorme capacidad para generar sus propios contenidos aun sin recibir información de parte de los sentidos. Hasta hace unas décadas aún los investigadores más audaces solo reconocían dos fuentes de conocimiento. Aquella provista por nuestro bagaje genético y aquella provista por nuestro aprendizaje y experiencia. Hoy muchos investigadores reconocen una tercera fuente de información, conocimiento y percepciones. Nos referimos a información y sensaciones generadas por nuestro propio cerebro sin necesidad de recibir datos provenientes de los sentidos. Cuando nos imaginamos algo, cuando pensamos y, en forma más dramática cuando soñamos, estamos percibiendo cosas de las cuales no encontraremos indicio en los datos que nos llegan de los sentidos. En esos momentos tenemos experiencias pero no son experiencias con el mundo exterior. Son experiencias que nuestra propia mente construye y que son altamente significativas para nuestra interpretación de la realidad y nuestra conducta.

En segundo lugar, el acto de dormir está bajo el control de lo que se conoce como un reloj biológico. Este es un mecanismo fisiológico que controla y regula todos nuestros ritmos biológicos permitiendo que vivamos en armonía con los ritmos de la naturaleza. Los ritmos biológicos son cambios cíclicos en los procesos fisiológicos o en la conducta de un organismo que se repiten a intervalos regulares. Todos los seres vivientes poseen una serie de ritmos biológicos. Sin embargo, los más conocidos son los ritmos que duran aproximadamente un día. A éstos se les conoce como ritmos circadianos. Uno de estos ritmos es el ciclo que regula el sueño y la vigilia. Los primeros experimentos conocidos sobre estos ritmos los llevó a cabo en 1729 el astrónomo francés Jean Jacques d́Ortous de Mairan. El notó que sus plantas de heliotropo abrían las hojas durante el día y las cerraban durante la noche. Cuando colocó las plantas en la oscuridad total por un período de varios días este ritmo permaneció inalterado, es decir, no se vio interrumpido por la ausencia de luz. A pesar de sentirse intrigado por este fenómeno deMairan no continúo sus investigaciones dedicándose en su lugar a su profesión de astrónomo.

Fuente : http://www.suenos.saludparati.com/porque.htm