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Gareth Bale: el nuevo Cristiano Ronaldo





Cada cierto tiempo, en un equipo o en un estadio menor al Santiago Bernabéu o el Camp Nou, surge un jugador que es “el nuevo Cristiano Ronaldo” o “el heredero de Messi”. Un futbolista con enorme calidad, con similitudes en su juego pero sin haberse probado aún en un gran conjunto o escenario.

Un caso que le queda pequeño a Gareth Bale. La joven estrella galesa del Tottenham se ha confirmando este año como uno de los grandes jugadores del fútbol mundial. Sus galopadas, su velocidad, sus regates y su derroche físico, similares a los de CR7, ya eran de sobra conocidos por el gran público. Tiene una zancada interminable y un quiebro en seco diabólico que lleva tres años haciendo estragos en la Premier League. Sin embargo, esta campaña, ha añadido una cualidad fundamental a su repertorio para estar dentro de los grandes: el gol.

El ‘Ciclón de Cardiff’, como le conocen en White Hart Lane, suma 13 goles en la Premier League y 17 en todas las competiciones. Nunca había alcanzado los 10 tantos en una temporada. Un dato que sitúa la dimensión que ha adquirido Bale esta temporada. Ha pasado de promesa a estrella. “Es increíble. No solo por todo lo que genera alrededor del juego del equipo sino también por sus recursos individuales”, dijo ayer Villas-Boas, técnico de los ‘Spurs’, después de que Bale ganara el partido ante el Olympique de Lyon (2-1) de la Europa League con dos auténticos golazos de falta.

Bale ha perfeccionado su golpeo estático con la zurda dibujando lanzamientos y artificios similares a los de Cristiano Ronaldo. Con la misma pose ante de chutar, piernas abiertas, concentración y un golpeo diabólico con el interior del pie que hace que el balón salga con efecto, se retuerza en el aire y caiga a plomo hacia la red, el extremo galés consiguió dos tantos de nivel ante el Lyon. El primero entró ajustado al palo derecho de Vercoutre y el segundo, en el descuento, cambió tantas veces de dirección que el meta francés no lo vio y le pasó rozando la cabeza. “La manera de golpear el balón, de cómo el esférico se mueve en el aire es similar a la de Cristiano Ronaldo”, aseguró Rèmi Garde, técnico del Lyon que sufrió la exhibición de Bale.

Villas-Boas ya le sitúa a la altura de Cristiano Ronaldo por la importancia goleadora y de jugador franquicia que tiene para el Tottenham. Todos en White Hart Lane adoran a Bale. Los aficionados imitan su celebración dibujando un corazón con los dedos de sus dos manos y temen porque un grande de Europa venga a por el diamante de 23 años que les mantiene cuartos en la Premier League.

“Probablemente estoy jugando el mejor fútbol de mi carrera. Estoy disfrutando, el equipo está bien y todo es más fácil. Aún así, tengo margen de mejora”, dijo Bale tras el choque de anoche. Un futbolista en pleno desarrollo que no solo es vital para el Tottenham. Su participación en la selección galesa es capital y en los últimos dos encuentros ha anotado tres goles para unos dragones que comienza a arder de nuevo.

Su campaña es perfecta, ha goleado en todas las competiciones (Premier League, Europa League, FA Cup y Football League Cup) y ha dejado su sello en todos los verdes de Inglaterra gracias a sus galopadas, sus apariciones furtivas y sus goles.

Sus tres tantos al Inter de Milán en San Siro hace dos ediciones de la Champions League, donde se dio a conocer en Europa, ya han quedado eclipsados por las brillantes actuaciones de esta temporada de un lateral que quiso ser atacante. Redknapp le quitó el corsé defensivo y le colocó en el medio campo, en la derecha o la izquierda, para explotar su velocidad. Parecía que iba a perder su capacidad de llegada, su sorpresa, pero Bale ha sabido reciclarse y ha mutado en un todocampista que genera pases, ataca con calidad y sentido y golea con facilidad.

En 2011 fue elegido el mejor jugador del año en la Premier League por el sindicato de futbolistas ingleses (Professional Footballers Association) aunque la pasada temporada no tuvo gran éxito por sus constantes lesiones. Sin embargo, esta campaña ha terminado de explotar un joven que en su Cardiff natal se decantó por el fútbol cuando el rugby de su compañero de pupitre Sam Warburton (capitán de Gales) o el atletismo le llamaban. Eligió el esférico antes que el oval o la pista, se marchó a Southampton para triunfar y en 2007, con 18 años, el Tottenham pagó 10 millones de libras para llevárselo a Londres. Ahora, su precio, se ha cuadriplicado.

Gareth Bale se ha convertido en una estrella. En lo más parecido a Cristiano Ronaldo que existe ahora en el fútbol europeo. Ya calca hasta sus faltas. Un prodigio físico y técnico sin techo al que el Tottenham, si no se clasifica para la próxima edición de la Champions League, va a extrañar el año que viene.










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