A puro corazón, River dio vuelta un partido increíble
1 - 0
1 - 1
1 - 2
1 - 3
2 - 3
El Chino Luna se vistió de héroe en el Monumental: entró promediando el segundo tiempo y metió un doblete espectacular para llevar a La Banda a la punta del Torneo Final.
¡Qué lindo es ser de River! El Millonario emociona, puede jugar bien o mal, pero es el más grande, y poco a poco va recordando qué lo llevó a ser el mejor de todos.
El primer tiempo mostró a un equipo con más entusiasmo que ideas. River comenzó con el mismo protagonismo de siempre, pero sin la claridad y la paciencia que supo tener contra Belgrano y Estudiantes.
Tigre, por intermedio de la presión que ejerció en el medio, logró estar muy cerca del primero, con un centro raso de Orban que Galmarini no logró a empujar.
Recién sobre el final de la primer parte el Millonario tuvo dos situaciones en los pies de Rodrigo Mora y de Manuel Lanzini.
En el complemento llegó lo mejor, con el show de goles. Claro, los neutrales lo disfrutaron, pero para el hincha de River fue un sufrimiento: el gol de Donati significó media hora de asedio millonario en el arco de Tigre hasta el minuto 40, cuando un chino salido del banco pudo cabecear e igualar el partido.
Algunos todavía se recuperaban del empate cuando de nuevo apareció Carlos Luna para lastimar al club que ama y darle una enorme alegría a La Banda, que no hubiera sido tal si Juan Manuel Iturbe no debutaba en la red, porque el penal en la última jugada apretó todavía más el resultado.
Fue un 3-2 con lo justo, sin jugar bien, sin gustar. Pero se ganó, se mantuvo el invicto y todos miran a River desde abajo. Como marca la historia, como pretende Ramón, como quiere el hincha.
El primer tiempo mostró a un equipo con más entusiasmo que ideas. River comenzó con el mismo protagonismo de siempre, pero sin la claridad y la paciencia que supo tener contra Belgrano y Estudiantes.
Tigre, por intermedio de la presión que ejerció en el medio, logró estar muy cerca del primero, con un centro raso de Orban que Galmarini no logró a empujar.
Recién sobre el final de la primer parte el Millonario tuvo dos situaciones en los pies de Rodrigo Mora y de Manuel Lanzini.
En el complemento llegó lo mejor, con el show de goles. Claro, los neutrales lo disfrutaron, pero para el hincha de River fue un sufrimiento: el gol de Donati significó media hora de asedio millonario en el arco de Tigre hasta el minuto 40, cuando un chino salido del banco pudo cabecear e igualar el partido.
Algunos todavía se recuperaban del empate cuando de nuevo apareció Carlos Luna para lastimar al club que ama y darle una enorme alegría a La Banda, que no hubiera sido tal si Juan Manuel Iturbe no debutaba en la red, porque el penal en la última jugada apretó todavía más el resultado.
Fue un 3-2 con lo justo, sin jugar bien, sin gustar. Pero se ganó, se mantuvo el invicto y todos miran a River desde abajo. Como marca la historia, como pretende Ramón, como quiere el hincha.
Y al final las gastadas de River tuvieron validez