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Boca le ganó a Lanús y los hinchas pidieron por Riquelme




El Xeneize jugó un partidazo y derrotó al Granate por 3-1 con goles de Gigliotti, Colazo y Riaño. La Bombonera ovacionó a Román e insultó a Angelici...


La noche del 11 de mayo de 2014 será recordada en Boca por muchos años. No, no será por el triunfo del conjunto de Bianchi sobre Lanús. Tampoco por la lluvia, que cayó copiosamente duramente todo el encuentro. El hecho que quedará en la memoria xeneize será la tremenda muestra de cariño de los hinchas para con Juan Román Riquelme. El ídolo, que parece sentirse más afuera que adentro del club, quizás haya jugado su último partido en La Bombonera...

Ya desde antes del comienzo del partido el ambiente se sentía diferente. Boca aún se mantenía con chances de ser campeón, al menos hasta que juegue River, pero no fue ese el motivo del fervor de los hinchas xeneizes, que llenaron la cancha. Carteles, pancartas, gritos, todos a favor de que Román, el máximo ídolo de la historia del club, pueda seguir pateando la pelota en el patio de su casa, y con la camiseta del club del que es hincha.

"¡Riquelme es de Boca, de Boca no se va!", era el canto antes de empezar el partido, mechado con otros tantos insultos a los dirigentes, focalizados en el presidente Daniel Angelici. También hubo alguna ovación para Guillermo Barros Schelotto cuando Lanús ingresó al campo de juego. Entre tanto jolgorio, Andrés Merlos dio el pitazo inicial y la pelota empezó a rodar. Boca recibía a Lanús, aunque el partido no era el centro de la escena.

Ante cada intervención del 10, los hinchas explotaban: "¡Riqueeeeeeeelme, Riqueeeeeeeeelme!". Román devolvía el cariño con juego. Si bien el partido era parejo, Boca era un poco más claro gracias a las intervenciones del Topo Gigio. El primer tiempo, de todas maneras, se fue sin pena ni gloria.

Tras el descanso, Boca volvió dispuesto a ganar el partido, y a los 5 minutos ya lo conseguía gracias a un gol de Emmanuel Gigliotti, que tuvo que definir dos veces ante la salida de Marchesín. La Bombonera, entonada por el triunfo parcial, temblaba como en los buenos tiempos. Ni siquiera el gol de Santiago Silva cuatro minutos después aplacó a los hinchas locales, que volvieron a explotar con el tanto de Colazo a los 11.

A partir de allí, Riquelme se adueñó del espectáculo. Pisadas, gambetas, lujos, todo el repertorio de Román en poquitos minutos. Y los hinchas, extasiados, que ya no sabían cómo agradecer a su ídolo, cómo pedir, más vale exigir, su continuidad, no paraban de cantar. Una y otra vez sonó el "¡Riquelme no se va!", y Riquelme que devolvía la pared en la cancha con pases exquisitos, con toques de calidad.

A los 27 llegó el gol de Claudio Riaño que sentenció el partido. Si antes los hinchas prestaban poca atención al partido, mucho menos tras el 3-1. Guillermo fue expulado y los hinchas lo volvieron a ovacionar. Mientras, el partido seguía. Hasta que a los 43, Bianchi mandó a la cancha a Juan Sánchez Miño por Riquelme. Y La Bombonera se vino abajo. La atronadora ovación se escuchó en todo el mundo. Quedaban más de cinco minutos con el descuento, pero el partido ya había terminado. Sin Román, ¿a quién le importaba?

Tras el partido, el 10 habló por primera vez sobre su futuro. No aclaró si se queda o si se va, pero habló. Ahora habrá que esperar a ver qué dedicen los dirigentes pero, más importante aún, qué decide Román. Ah, Boca ganó 3-1 y aún tiene chances, mínimas, en el torneo. Pero Riquelme es tan grande para los hinchas de Boca, que eso quedó en segundo plano...