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"Me dio energía desde el cielo"



Después de su debut que "ni soñando hubiese sido tan perfecto", Daniel Osvaldo le dedicó el triunfo a su suegro, "que nos dejó en diciembre y era fanático". Toda su familia estuvo en la Bombonera.

"Si. La verdad que ni soñando hubiese sido tan perfecto". Fueron las primeras palabras de Daniel Osvaldo después del 2-1 de Boca a Wanderers, en su debut con un gol. Claro que el delantero no quiso ponerse en el pedestal y explicó que "la figura fue el equipo. Supimos sufrir en el momento que sufirimos. Reaccionamos a tiempo e hicimos un buen partido".

Además, contó cómo se sintió en este debut, a los 29 años. Como si fuese un chico: "La verdad que estaba nervioso. Terminé un poco ahogado, me falta ritmo. Me empecé a soltar a medida que pasaban los minutos. Pude hacer el gol que nos dio los tres puntos. ¡¿Qué mejor que esto?! Juso abajo de la 12. Impresionante. Nico metio un centro barbaro. Me lo comí antes y por suerte tuve la revancha. En los ultimos minutos sufrí un poco, es normal porque me falta ritmo. De a poco, lo vamos a ir logrando".

También contó su historia familiar detrás de este debut: "Tenia mucha presion. Hay que seguir con esta racha. En Boca hay que ganar siempre. Ojala que dios quiera.... tenmos un gran equipo y grupo. Vino toda la familia. No me quiero olvidar... En diciembre mi suegro nos dejó, era fanático. Se lo quiero dedicar a él. Me dio energías para bancarme en la Bombonera".

La Bombosvaldo

El delantero cumplió su deseo de ponerse la azul y oro, tuvo un debut bárbaro en una Bombonera repleta y metió el 2-1 con un gran cabezazo. Salió ovacionado en la segunda victoria xeneize por la Libertadores.

Fuego puro, desde el corazón. Está que explota la Bombonera y está que explota la estrellita de la noche. Porque a un tipo de 29 años, con pasado en selección italiana, con chapa de Juve, Roma e Inter entre otros, le tocó cumplir el sueño de su vida justamente en esos partidos que los hinchas los viven de una manera muy especial, como es la Libertadores. Y mejor no le podía haber salido a Daniel Osvaldo, el de la camiseta número 23: se lo notó movedizo, con destellos de calidad y con un cabezazo determinante, anticipando para el 2-1 a Wanderers.

Que Osvaldo no tape a Boca, claro, que ganó otra vez, que se va a acostumbrando a los triunfos y que ilusiona a sus hinchas. Este Boca que jugó con esquema habitual y nombres muy ofensivos, al que le costó mucho superar al rival uruguayo, de los que no arrugan, ordenaditos, que saben a qué juegan. Claro que el equipo no generó situaciones en proporción a sus cualidades, más allá de tener en cancha a Gago, Lodeiro, Osvaldo, Chávez y Palacios. Y el 1-0 lo hizo el más inesperado, el pibe Komar de cabeza. Y se embichaba todo cuando a la salida de ese gol empataba Wanderers a puro tiki tiki ni bien sacó de mitad de cancha-

Pero Osvaldo tiene ángel y, después de haber metido una de esas voleas que a veces entra, de haber peleado y haber estado en la conversa con el gol, pudo cumplir otro sueño: festejo en el debut, con la testa, y celebrar a lo Batistuta con la metralleta, como cuando jugaba en la Fiore. De Primer Mundo este 9, que largó con el pie derecho y le faltó potencia para empujar el 3-1.

Segunda victoria seguida en la Libertadores con un Osvaldo encendido. Y otro de calidad como el uruguayo Lodeiro, con esa zurda fina que arma, que pasa la pelota como se debe, que se hace eje, que se va afianzando. Recién comienza la fiesta, recién larga la Copa, pero estos triunfos seguro que fortalecen, generan confianza y entusiasman. Mucho más si las dos últimas figuritas que llegaron siguen así.