EN MEMORIA DEL ETERNO #2
SU MUERTE
EL GRAN DOLOR DE SU PARTIDA
Su fútbol era tranquilo y técnico. La acentuada utilización de la pierna izquierda, sus 1.84 metros de estatura y el liderazgo que ejercía en el sector central de la defensa, lo dejaron en la retina del espectador como un buen jugador que ante todo desempeñaba una marca estricta, sin rudezas, capaz de salir con el balón dominado y comenzar, desde atrás, el ataque de su escuadra. Criado en un ambiente familiar de clase media era, en concepto de Francisco Maturana, "el tipo de jugador ideal para cualquier equipo, no sólo porque técnica y tácticamente era apto, sino porque su condición humana era inigualable. Porque dentro y fuera de la cancha su imagen se proyectaba con personalidad, porque tenía don de gentes, en síntesis, porque era un señor". Andrés Escobar tenía suficientes atributos como para no dejar de incluir en este trabajo lo que sentía y pensaba sobre el fútbol y la vida urbana, en el caso de su ciudad, Medellín, a misma que lo vió partir una madrugada por obra de quienes no aceptaban que el fútbol fuera juego y sí un infalible negocio.
AUN VIVE EN NUESTROS CORAZONES
El ágil defensa central antioqueño vive en el corazón de miles de colombianos quienes lo admiraron por su personalidad dentro y fuera de la cancha, pues con razón alguien lo bautizo en el medio futbolístico como el caballero del fútbol. Medellín testigo de su nacimiento lastimosamente, en aquella madrugada del 94 presencio silenciosamente el fin de un amigo que permanece en miles de hogares colombianos donde se conserva un afiche del defensor que siempre jugo con la camiseta numero 2. Las manos asesinas se hicieron presente y de la manera más cobarde acabaron con una insignia del deporte antioqueño, reviviendo duros momentos en la historia de nuestro país. El pueblo, los amantes del balón, los hinchas y más de 40 millones de colombianos se volvieron lagrima y no era para menos, se estaba al frente del acto más reprochable de nuestra historia, por un simple autogol alguien sin corazón y cerebro decidía matar a quemarropa. Tres días antes de su muerte Andrés Escobar expreso en el aeropuerto el dorado de Bogota los siguiente: "Lo único cierto es que no encontramos nuestro fútbol y nuestro estilo"
"No tuvimos agresividad, tampoco sacrificio y perdimos nuestras ideas"
"No fue cierto que existieran problemas en el equipo"
"El grupo siempre estuvo unido"
"Sobre el autogol fue muy difícil pra mí, sobre todo por el momento en que se produjo"
"Jamás me imagine que esa jugada significaría autogol"
"Los que fallamos fuimos nosotros"
Pese a todo Andrés aun vive en la mente de miles de Colombianos.