Cómo es la Copa Menstrual ecológica que busca "destronar" al tampón
Se basa en un método inventado en el '30 y dicen que puede reutilizarse durante 10 años.
En medio de la “onda verde” que se intenta imponer a nivel global para proteger al planeta, era cuestión de tiempo para que alguien se diera cuenta de que una mujer llega a usar alrededor de 10 mil toallitas higiénicas o tampones durante toda su vida. Una verdadera montaña de basura no reciclable e insalubre que, de alguna manera, había que empezar a erradicar.
Es por eso que a los ingleses se les prendió la lamparita, al menos a medias. Porque ahora están propagando por el mundo un “tampón ecológico” reutilizable, que puede resultar muy original, pero que en realidad no es más que una actualización de una tecnología usada desde hace 80 años para la higiene femenina. Se llama Copa Menstrual y, según dicen, sus ventajas se extienden mucho más allá del cuidado del ambiente.
La “copita” – como le dicen familiarmente las que ya la probaron y la conocen – es una especie de pequeño embudo que, originalmente, fue diseñado por Leona Chalmers, una actriz y cantante norteamericana de la década del ’30. La mujer patentó el invento en esa década y, junto a un grupo de ginecólogos y expertos, lo popularizó más tarde, durante la Segunda Guerra Mundial.
Hace algunos años, varias compañías adaptaron este diseño y le cambiaron el material, pasando de la goma a la silicona, para comercializarlo de nuevo. La marca británica, Mooncup, es la que ahora llegó a Argentina con muy buena repercusión. “El método es antiquísimo y en Estados Unidos se usó por mucho tiempo. Nunca se dejó de fabricar, pero desde los ’80, con el boom de la ecología, se empezó a usar otra vez, sobre todo en Europa y Norteamérica”, explicó a 24CON Dolores Bulit, distribuidora del producto en nuestro país.
“Estamos en un momento histórico interesante, en el que, durante la menstruación, las mujeres pueden optar entre los métodos descartables, los métodos antiguos que usaba la abuela o la Copa. La cuestión es animarse”, asegura. Actualmente, se animaron unas 200 clientas argentinas, a las que se suman “otras que la conocían de antes, por amigas que se la trajeron de afuera”.
El producto se vende a través de un blog oficial de Internet (copamenstrualargentina.blogspot.com) o en páginas de compraventa online, y cuesta 180 pesos, o sea, “lo que se gasta en tampones o toallitas higiénicas en 6 o 7 meses”. Pero, a diferencia de estos sistemas, se calcula que la copa tiene una vida útil de 10 años, para usarla y reutilizarla de mes en mes.
Mujeres copadas
La “copita” tiene un medidor para la cantidad de flujo expulsado y viene en dos tamaños: modelo A, para mujeres que ya tuvieron hijos o de más de 30 años, y modelo B, para aquellas que aún no fueron madres, o lo fueron por medio de una cesárea, y tienen menos de 30 años.
Para usarla, la silicona flexible se dobla dos veces por la mitad – o sea, se reduce a un cuarto de su tamaño – y luego se introduce en la vagina, donde se vuelve a expandir. El tubito que queda en el exterior – que se puede cortar con tijeras a la medida deseada – sirve para extraer el aire y retirar la Copa tirando de él. “El tampón va en el cuello del útero, en cambio la Copa se inserta más abajo, en la entrada de la vagina”, explica Bulit.
En un período de entre 4 y 8 horas – dependiendo de cada mujer -, el producto se saca, se lava y se vuelve a colocar. “Muchas mujeres mezclan con agua el flujo que extraen, y con eso riegan las plantas. Los nutrientes del endometrio son muy buenos fertilizantes”, comenta la especialista, y agrega que “fundamentalmente, este es un método súper cómodo, sirve para hacer deporte, da seguridad y no provoca olor”.
Además, “es una alternativa muy sana” porque no tiene desodorantes, blanqueadores ni geles absorbentes. Por el contrario, los tampones suelen dejar restos de fibras (rayón de algodón) que tienen pesticidas y pueden provocar un shock tóxico en las pieles muy sensibles. “Sólo el 60 por ciento de lo que absorbe un tampón es flujo: el resto es humedad natural de la vagina. Al alterar esa humedad, puede derivar en infecciones”, sostiene Bulit.
Si bien asegura que todas sus clientas quedaron “más que felices” con los resultados, admite que, en Argentina, los médicos “casi no conocen” la Copa Menstrual. “En cambio, en Inglaterra, la propia marca que la fabrica tiene un servicio de ginecólogas y enfermeras permanente para resolver las dudas de las consumidoras”, indica. En varias partes del mundo, la copita ya es recomendada por los especialistas en ginecología, sobre todo para las mujeres con problemas de resequedad vaginal.
Más allá de los aparentes beneficios de este “tampón ecológico”, sus distribuidores también quieren difundir un mensaje pro-femenino, tratando de desmitificar a la menstruación como un tema tabú. Por eso, recorren el país con charlas instructivas, donde además proyectan el documental “La luna en ti” (Moon inside you), sobre esos días complicados del mes.
“Es un tema del que no se habla. En las publicidades de productos descartables, no ponen sangre, ponen un líquido azul. El mensaje es ‘olvidate de lo que te está pasando’, cuando en realidad no hay por qué negar la situación completamente natural y de cambios que se produce en cada período”, opina la mujer. Es que, como en todos los ámbitos de la vida, para animarse primero hay que conocer.
Fuente: http://24con.elargentino.com/conurbano/nota/56113-como-es-la-copa-menstrual-ecologica-que-busca-destronar-al-tampon/
Se basa en un método inventado en el '30 y dicen que puede reutilizarse durante 10 años.
En medio de la “onda verde” que se intenta imponer a nivel global para proteger al planeta, era cuestión de tiempo para que alguien se diera cuenta de que una mujer llega a usar alrededor de 10 mil toallitas higiénicas o tampones durante toda su vida. Una verdadera montaña de basura no reciclable e insalubre que, de alguna manera, había que empezar a erradicar.
Es por eso que a los ingleses se les prendió la lamparita, al menos a medias. Porque ahora están propagando por el mundo un “tampón ecológico” reutilizable, que puede resultar muy original, pero que en realidad no es más que una actualización de una tecnología usada desde hace 80 años para la higiene femenina. Se llama Copa Menstrual y, según dicen, sus ventajas se extienden mucho más allá del cuidado del ambiente.
La “copita” – como le dicen familiarmente las que ya la probaron y la conocen – es una especie de pequeño embudo que, originalmente, fue diseñado por Leona Chalmers, una actriz y cantante norteamericana de la década del ’30. La mujer patentó el invento en esa década y, junto a un grupo de ginecólogos y expertos, lo popularizó más tarde, durante la Segunda Guerra Mundial.
Hace algunos años, varias compañías adaptaron este diseño y le cambiaron el material, pasando de la goma a la silicona, para comercializarlo de nuevo. La marca británica, Mooncup, es la que ahora llegó a Argentina con muy buena repercusión. “El método es antiquísimo y en Estados Unidos se usó por mucho tiempo. Nunca se dejó de fabricar, pero desde los ’80, con el boom de la ecología, se empezó a usar otra vez, sobre todo en Europa y Norteamérica”, explicó a 24CON Dolores Bulit, distribuidora del producto en nuestro país.
“Estamos en un momento histórico interesante, en el que, durante la menstruación, las mujeres pueden optar entre los métodos descartables, los métodos antiguos que usaba la abuela o la Copa. La cuestión es animarse”, asegura. Actualmente, se animaron unas 200 clientas argentinas, a las que se suman “otras que la conocían de antes, por amigas que se la trajeron de afuera”.
El producto se vende a través de un blog oficial de Internet (copamenstrualargentina.blogspot.com) o en páginas de compraventa online, y cuesta 180 pesos, o sea, “lo que se gasta en tampones o toallitas higiénicas en 6 o 7 meses”. Pero, a diferencia de estos sistemas, se calcula que la copa tiene una vida útil de 10 años, para usarla y reutilizarla de mes en mes.
Mujeres copadas
La “copita” tiene un medidor para la cantidad de flujo expulsado y viene en dos tamaños: modelo A, para mujeres que ya tuvieron hijos o de más de 30 años, y modelo B, para aquellas que aún no fueron madres, o lo fueron por medio de una cesárea, y tienen menos de 30 años.
Para usarla, la silicona flexible se dobla dos veces por la mitad – o sea, se reduce a un cuarto de su tamaño – y luego se introduce en la vagina, donde se vuelve a expandir. El tubito que queda en el exterior – que se puede cortar con tijeras a la medida deseada – sirve para extraer el aire y retirar la Copa tirando de él. “El tampón va en el cuello del útero, en cambio la Copa se inserta más abajo, en la entrada de la vagina”, explica Bulit.
En un período de entre 4 y 8 horas – dependiendo de cada mujer -, el producto se saca, se lava y se vuelve a colocar. “Muchas mujeres mezclan con agua el flujo que extraen, y con eso riegan las plantas. Los nutrientes del endometrio son muy buenos fertilizantes”, comenta la especialista, y agrega que “fundamentalmente, este es un método súper cómodo, sirve para hacer deporte, da seguridad y no provoca olor”.
Además, “es una alternativa muy sana” porque no tiene desodorantes, blanqueadores ni geles absorbentes. Por el contrario, los tampones suelen dejar restos de fibras (rayón de algodón) que tienen pesticidas y pueden provocar un shock tóxico en las pieles muy sensibles. “Sólo el 60 por ciento de lo que absorbe un tampón es flujo: el resto es humedad natural de la vagina. Al alterar esa humedad, puede derivar en infecciones”, sostiene Bulit.
Si bien asegura que todas sus clientas quedaron “más que felices” con los resultados, admite que, en Argentina, los médicos “casi no conocen” la Copa Menstrual. “En cambio, en Inglaterra, la propia marca que la fabrica tiene un servicio de ginecólogas y enfermeras permanente para resolver las dudas de las consumidoras”, indica. En varias partes del mundo, la copita ya es recomendada por los especialistas en ginecología, sobre todo para las mujeres con problemas de resequedad vaginal.
Más allá de los aparentes beneficios de este “tampón ecológico”, sus distribuidores también quieren difundir un mensaje pro-femenino, tratando de desmitificar a la menstruación como un tema tabú. Por eso, recorren el país con charlas instructivas, donde además proyectan el documental “La luna en ti” (Moon inside you), sobre esos días complicados del mes.
“Es un tema del que no se habla. En las publicidades de productos descartables, no ponen sangre, ponen un líquido azul. El mensaje es ‘olvidate de lo que te está pasando’, cuando en realidad no hay por qué negar la situación completamente natural y de cambios que se produce en cada período”, opina la mujer. Es que, como en todos los ámbitos de la vida, para animarse primero hay que conocer.
http://www.youtube.com/v/tAJTusipkW8
link: http://www.youtube.com/watch?v=tAJTusipkW8
link: http://www.youtube.com/watch?v=tAJTusipkW8
Fuente: http://24con.elargentino.com/conurbano/nota/56113-como-es-la-copa-menstrual-ecologica-que-busca-destronar-al-tampon/