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¿Te acordás de las idas y vueltas que hubo entre los personajes de Griselda Siciliani y de Facundo Arana en la tira Farsantes, antes de que pasaran de las insinuaciones a los hechos? Cuando concretaron, hubo fuego entre los dos. Y algo parecido había sucedido el año anterior en Dulce amor, cuando la pareja protagonizada por Carina Zampini y Sebastián Estevanez finalmente dio rienda suelta al deseo que había acumulado durante más de 50 capítulos. Cierta expectativa o demora en concretar el encuentro sexual intensifica el placer. “En circunstancias normales (de no mediar enfermedad o trastorno de algún tipo), la deprivación erótica siempre funciona como un activador del apetito sexual. Por esa razón, la prohibición de coito suele ser el paso básico en una terapia sexológica, ya que además de quitarle ‘presión’ a la pareja, también se reinicia el ciclo del deseo: solo se anhela lo que no se tiene”, explica el sexólogo clínico Adrián Sapetti (sexovida.com), director del Centro Médico Sexológico.

UNA SOLA VEZ NO ALCANZA
Acordate de aquella vez que te invitaron a LA fiesta. ¿Recordás lo emocionada que estabas imaginando cómo ibas a divertirte y los bombonazos que conocerías ahí? ¿Cuánto tiempo dedicaste a elegir el outfit más sexy? Esa construcción mental hizo que la experiencia fuera muchísimo más intensa y placentera que cualquier otra. Lo mismo sucede con el sexo: la imaginación permite disfrutarlo mucho antes de concretarlo. Según Sapetti, “las fantasías no reemplazan la realidad, sino que la enriquecen, le agregan contenidos. Esas expectativas hacen que el apetito erótico se dispare”. El efecto “lo quiero, lo necesito ya” tiene una razón biológica: está vinculado con la amígdala cerebral. Según explica Sapetti, “en esa área del cerebro se procesan las sensaciones placenteras más intensas, incluídas las adicciones”. Así, cuando experimentás por primera vez algo que te gratifica, la amígdala se “enciende” y hace que quieras volver a repetir esa vivencia tantas veces como puedas. Y, como ya te explicamos, al demorar la “recompensa” aumenta el deseo de ella.

POTENCIÁ LA PREVIA
La estrategia para volver loco de ganas a tu chico es simple: negale el sexo durante un buen rato. Okay: vos también vas a sufrir la abstinencia, pero vale la pena. Cuando una instancia placentera se repite una y otra vez, con el tiempo la amígdala cerebral deja de reaccionar frente a ese estímulo. Es la razón por la que, con el tiempo, muchas parejas sienten que ya no tienen la misma química sexual que cuando empezaron a salir. Si querés zafar de eso, te conviene declarar cada tanto un período de “sexo cero”. No se trata de cortarle el rostro a tu hombre, sino de eludirlo. Tenés que darle una buena excusa (puede ser de índole laboral o familiar) para evitar el encuentro íntimo durante una semana. “Más que en mostrarte distante, consiste en establecer una ‘espera anhelante’. Hay que postergar el encuentro sin perder la conexión erótica”, advierte Sapetti. Podés mandarle por WhatsApp mensajes o fotos sugerentes (ojo: no te zarpes): mostrale el conjunto de lencería que vas a estrenar esa noche con él, por ejemplo. Anticipale en qué consistirá su “premio” o pedile que duerma la siesta porque “esta noche va a ser intensa”. “Lo que siempre funciona es contarle una fantasía personal: no repitas algo que leíste por ahí, porque eso no erotiza. Animate a compartir con él un deseo secreto”, advierte el sexólogo. Creenos: él va a estar a la altura de tus expectativas más altas.