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Una de las herramientas básicas de Windows que más mejoras ha recibido en la última versión de este sistema es el administrador de tareas. Esta plataforma para gestionar los diferentes recursos del sistema es de sobra conocida para los usuarios de Windows XP, pero puede haber pasado más inadvertida para los de Windows 7 (un sistema más estable). No obstante, existen varios motivos por los que el administrador de tareas se puede convertir en un excelente recurso en Windows 8.1, como la posibilidad de escoger cuáles son los programas que se abren al arrancar el ordenador o analizar el rendimiento del equipo. Te contamos las principales ventajas de esta herramienta.

Para acceder al administrador de tareas, podemos introducir la tan consabida coletilla de Control + Alt + Suprimir en cualquier app o bien acceder a la pantalla principal de Windows 8.1 y después escribir el término “admin”. El primer resultado de búsqueda será el de esta solución. Un primer vistazo nos muestra la pantalla reducida del administrador. Esta ventanita muestra de manera sencilla los programas abiertos y sirve para cerrar uno de ellos en caso de que se produzca un error. Pero donde realmente podremos exprimir todo el jugo de esta herramienta es en su vista avanzada. Para ello hay que hacer click sobre el botón “Más detalles”.



En este modo podemos disfrutar de una vista más completa con diversas pestañas. La pestaña principal es la de procesos, que muestra tanto las aplicaciones como los distintos servicios que están funcionando en el ordenador. La ventaja de esta vista avanzada es que muestra los elementos de una manera mucho más comprensible que en el anterior administrador de tareas. De esta forma podremos conocer con más detalle las apps y los servicios que están detrás de cada archivo abierto. Todo ello con los porcentajes de uso de la CPU o el uso de la memoria RAM en el ordenador.

La segunda de las pestañas resulta muy visual y muestra los datos de uso pormenorizados del procesador en tiempo real. Esta vista también introduce información sobre la velocidad a la que estaba trabajando el chip. Otro de los campos que puede ser especialmente útil es la pestaña de “Historial de aplicaciones”, sobre todo en el caso de que estemos utilizando datos móviles en un tablet o un portátil con 3G (o módem USB). Y es que uno de los baremos que se marcan en cada app es el uso de la red que han llevado a cabo hasta el momento. En el caso de que alguna de las aplicaciones abiertas genere mucho tráfico de red podemos cerrarla para evitar gastar datos. Eso sí, solo funciona con las apps de la tienda de Microsoft y no con las aplicaciones de escritorio.



Dentro de la siguiente pestaña con el nombre “Inicio” podemos ver todas las aplicaciones que se abren cuando se inicia el sistema. Aquí veremos el nombre del proceso, el editor (un elemento que puede ser clave para ver si podemos deshabilitar el programa) y el impacto que estos programas tienen en la rapidez con la que se inicia el PC. Se trata de una herramienta muy útil que se ha estrenado en Windows 8. La siguiente pestaña es la de “Usuarios”, para ver los datos de cada una de las cuentas de usuario. Las últimas dos pestañas se sitúan en un nivel más profesional y muestran una vista de procesos y servicios a la del administrador de tareas de los anteriores Windows.