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PARA DISTENDERSE UN RATO, NADA BRILLANTE NI NADA DE ESO, PERO PARA REIRSE UN POCO

10 CONSEJOS UTILES...



-Para aprobar un examen

Consejo número 1
Amplíe las respuestas con su cultura general.
Ejemplo: Enuncie la Ley de Dalton.
Respuesta: La ley de Dalton fue promulgada por uno de los cuatro hermanos que perseguía Lucky Luke. No hay que confundirlo con el Dalton que creó la corriente artística conocida como "Daltonismo", ya que este Dalton era oriundo de Daltonia, ciudad estadounidense famosa por albergar un célebre circuito de carreras.

Consejo número 2
Cree vínculos familiares con su examinador para que se sienta obligado a echarle una mano por "fidelidad familiar". Podría casarse con su hija el día antes y durante el examen llamarlo "suegro" de manera nada sutil.

Consejo número 3
Cree vínculos familiares aún más estrechos. El día del examen confiese a su examinador ante el resto de alumnos que es usted su hijo secreto y que lleva buscándole desde los diez años. Dígale: "¿Recuerdas aquella bailarina de striptease de tu despedida de soltero?. ¡PADRE!". Luego abrácele y llore antes de que pueda reaccionar.

Consejo número 4
Mantenga la calma y no se ponga nervioso. Haga alarde de ello. Bromee con compañeros y profesores durante el examen. Cuando queden quince minutos para terminar comience a resolverlo, sin prisa pero sin pausa.

Consejo número 5
Vaya sobre seguro. Si la pregunta es de "Verdadero o falso" responda siempre "verdadero" y defienda su respuesta lo mejor que pueda. A continuación niegue lo anterior rotundamente, argumentando cuidadosamente por qué es "falso". Por último tache ligeramente los dos respuestas. Cuando el profesor, confundido, le llame a la revisión del examen para saber qué respuesta es la correcta para usted y cuál había desechado, usted ya debería haber mirado cuál es la correcta. ¿Comprende...?.

Consejo número 6
Ante preguntas sencillas no intente florituras. Si la pregunta es del tipo "Cuente todo lo que sepa sobre...", simplemente conteste "No sé nada sobre ese tema". ¡Ya está!. Ha contado todo lo que sabía, luego la respuesta está perfecta.

Consejo número 7
Si se queda con la mente en blanco, no se pare. Improvise, adáptase a su nueva situación. Simule que comienza a contestar la pregunta repitiendo el mismo enunciado. Luego continúe contando detalladamente qué hizo ayer. Si logra encadenarlo con sutileza su examinador ni se dará cuenta.

Consejo número 8
Añada a los márgenes de su examen frases que hagan pensar a su examinador que usted debe ser aprobado. Ejemplos: "Aprobado o muerte", "Jack el Serpiente es mi primo" o "El Destripador de Calgary estuvo aquí".

Consejo número 9
No responda afirmando categóricamente, pues su respuesta podría estar mal. Jamás diga "Todos los hombres son mortales" o "La Segunda Guerra Mundial terminó con la derrota del Eje". Resulta más adecuado cierta ambigüedad, como "Yo pienso que estaría bien que todos los hombres muriesen a su debido tiempo para evitar aglomeraciones", o "La Segunda Guerra Mundial terminó, pero ¿acaso hay vencedores y vencidos?. En las guerras todo el mundo pierde".

Consejo número 10
Si desconoce la respuesta a alguna pregunta, espere pacientemente hasta el final del examen. Cuando el profesor comience a repetir "Entreguen ya o me voy", escriba rápidamente "La respuesta a esta pregunta es evident..." y a continuación añada "Me sabía esta pregunta, pero no me dió tiempo de acabar el examen".


-Para comer gratis en un restaurante

Consejo número 1
Llévese a algún amigo al restaurante más caro que encuentre y preséntelo como periodista. Diga que usted es el Conde de Poncealto y que desean hacerle un reportaje fotográfico en el restaurante. Luego siéntese y pida la comida. Haga gala de una escandalosa afectación aristocrática rechazando desdeñosamente cualquier botella de vino que le ofrezcan. Mientras tanto coma todo lo que pueda. Finalmente asegúrese de que todos oyen cómo pide explícitamente al periodista que mencione la mala calidad del restaurante en su publicación. Pida la cuenta furiosamente: será invitado y se le pedirán disculpas.

Consejo número 2
Preséntese como crítico gastronómico. Use las siguientes palabras clave: número de tenedores, guía Michelín. Mejor aún, diga que es el propio Michelín en persona.

Consejo número 3
Compre un restaurante y vaya a comer allí.

Consejo número 4
Hágase inspector de sanidad. Entre al restaurante y ciérrelo por incumplir las normas más elementales de higiene. Cuando precinten el restaurante, quédese dentro y sírvase usted mismo.

Consejo número 5
Cuando el restaurante esté repleto, entre usted y vaya de mesa en mesa saludando a los comensales como si fueran amigos desde la infancia. El desconcierto de los aludidos será tal que no se percatarán de que usted habrá aprovechado para meter mano en sus platos: una patata frita en la mesa 3, una col de Bruselas en la mesa 8. Tras un par de recorridos por el local habrá usted almorzado gratuitamente.

Consejo número 6
Puede usar también una variante del consejo anterior, consistente en acudir vestido de chaqueta y corbata y recorrer las mesas presentándose como Presidente de Honor del CCA (Club de Catadores de Alimentos). Deje bien claro que todo es únicamente en beneficio de la salud de los consumidores.

Consejo número 7
Lleve un pico y una pala al restaurante. Coma lo que desee. Cuando los camareros no estén mirando, métase debajo de la mesa y comience a cavar un túnel hacia la calle. Es de resaltar que deberá tener elaborado de antemano un sólido plan de fuga.

Consejo número 8
Utilice sus poderes mentales para aturdir a los camareros y marcharse sin pagar.

Consejo número 9
Contrate una banda de Ángeles del Infierno para que, cuando haya terminado de comer, atraquen el restaurante y se lo lleven a usted como rehén.

Consejo número 10
Compórtese de la forma más grosera y repugnante posible. Vomite en el suelo y grite que quiere repetir el segundo plato; pregunte a la señora de la mesa de al lado si no se conocieron hace años en un burdel. Cuando los camareros lo "inviten" a pagar la cuenta y marcharse, diga: "¿Marcharme?. Pero si apenas acabo de empezar". Insista en su comportamiento un poco más y finalmente le echarán sin molestarse siquiera en cobrarle


-Para ganar un partido de baloncesto

NOTA: Aunque se hace referencia explícita a cómo ganar un partido de baloncesto, los consejos que se detallan a continuación son fácilmente extrapolables, y por tanto aplicables, a cualquier otra competición deportiva.

Consejo número 1:
Compra una daga ceremonial, a ser posible de hoja curva y sinuosa y de al menos tres siglos de antigüedad. Deberá estar consagrada con la sangre de al menos dieciocho cabras albinas (no es necesario que sean de pico largo). Realiza en el suelo con sangre de tipo AB una estrella de cinco puntas invertida. Métete dentro y di: "Satanás, Señor de las Tinieblas, Amo de la Noche, Dueño del Mal, yo te convoco para que atiendas mis ruegos". Cuando aparezca un señor algo extraño de entre una nube de azufre, firma con tu sangre el papel que te dé (no hace falta que leas la letra pequeña, es algo referente a tu alma y a la eternidad) y dile "Deseo que mi equipo gane los próximos partidos". Luego inclínate ante él y... Bueno, mejor lo invitas a tomar un café; no es lo normal, pero puede funcionar también.

Consejo número 2:
Durante el próximo partido, enciérrate en el baño y espera a que se acabe, confiando en que todo salga bien. Repite lo mismo durante los demás partidos.

Consejo número 3:
Vete a la NBA y contrata unos cuantos jugadores. Pide ayuda económica a Rupert Murdoch si es necesario.

Consejo número 4:
Realiza un par de llamadas a este número de teléfono 00-39-838-62-62-62. Son un par de sicilianos que me deben un favor. Pídeles que visiten a los jugadores del equipo contrario y los "convenzan" para perder. También puedes pedirles que visiten a los jugadores de tu equipo y los "motiven", pero acuérdate de pedirles a los sicilianos tres cosas:
1.- Que parezca un accidente.
2.- Que olviden que hablaron contigo.
3.- Que me traigan medio kilo de Mozzarella.

Consejo número 5:
¡¡¡¡Reza, pecador, reza!!!!.

Consejo número 6:
Vete a una armería y compra una escopeta de caza de dos cañones y cuatro cajas de cartuchos. Súbete al coche y conduce hasta el McDonalds más cercano. Carga la escopeta y entra en la hamburguesería. Toma rehenes; cuando llegue el negociador de la policía, pide:
1.- Que le den a tu equipo los partidos restantes por ganados.
2.- Un helicóptero con piloto que te lleve al aeropuerto.
3.- Un avión con tripulación y combustible suficiente para volar a Nicaragua.

Si no cumplen tus exigencias, empieza a ejecutar un Happy Meal cada hora. Si te quedas sin Happy Meals, llora y patalea hasta que te hagan caso.

Consejo número 7:
Haz que tu equipo juegue los partidos con total normalidad. Anota los fallos que os hagan perder. Luego retrocede en el tiempo hasta antes de los partidos y adviértete a ti mismo para corregir los fallos y conseguir la victoria.

Consejo número 8:
Antes de cada partido, regálale al árbitro una colección completa de patas de jamón serrano. Añade algunas botellitas de cava y algún saquito de patatas. Deja a la vista del árbitro maletines de dinero y dile, al tiempo que le guiñas el ojo: "¡Oye, que se te cayó esto!. ¿Comprendes, eh?".

Consejo número 9:
Vete a una pastelería y compra veintisiete tartas de merengue. Al comenzar el partido lanza las tartas contra el público. Esto no te servirá de nada, pero añadirá un toque de color a los partidos.

Consejo número 10:
Acércate al puesto de cascos azules más cercano y afirma que el equipo rival está repleto de criminales de guerra serbios, croatas, timorenses,... lo que se te ocurra. Cuando el equipo contrario sea detenido y no comparezca, os darán el partido por ganado.



-Para dejar de fumar

Primera:
Fume objetos alternativos: trozos de moqueta, barras de pan, periódicos financieros. Procure no engancharse a esos vicios.

Segunda:
Lleve a cabo una terapia de choque: fume varios cientos de cigarrillos al día hasta que lo aborrezca. Si no tiene éxito, aumente la dosis. Procure no morir de cáncer antes de acabar la terapia.

Tercera:
Hágase amputar brazos y piernas para no tener forma de sujetar un cigarrillo.

Cuarta:
Contrate a diez o doce macarras para que, cada vez que usted saque un cigarrillo, lo rodeen diciendo: "Déjame un cigarrito, campeón".

Quinta:
Puesto que, según los expertos, es más difícil dejar el tabaco que la heroina, pase a consumir heroina y luego déjela. Así le será más fácil.

Sexta:
Cuando sienta deseos de fumarse un cigarrillo, cómase tres.

Séptima:
¿Siente deseos de fumar?. Acuda a un gimnasio y grite: "¡Aquí no hay hombres!. ¡Todos contra mí, nenazas!".

Octava:
Envíe cartas al Ministerio de Hacienda hasta que consientan en multiplicar por cien los impuestos sobre las cajetillas de tabaco.

Novena:
Realice arriesgadas y estúpidas operaciones bursátiles hasta que se arruine completamente y se quede sin dinero para comprar cigarros.

Décima:
Haga carrera política y diplomática hasta llegar a ser Secretario General de las Naciones Unidas. Entonces proclame el tabaco ilegal en el planeta y erradique completamente su cultivo.


-Para librarse del servicio militar obligatorio

1.- Cambiar de sexo.
2.- Empadronarse en una tribu de pigmeos.
3.- Ser el hijo del dueño.
4.- Poseer un apellido "ilustre" (Guerra, Roldán, De La Rosa, ...).
5.- Pedir prórrogas de estudios hasta los veintiséis años y entonces matar a tu padre y hacerte cargo de la familia, consiguiendo así una exención por mantener a familiares.
6.- Comer azúcar hasta hartarse (exención por diabetes y/o muerte por coma diabético).
7.- Convertirse de la noche a la mañana en un astro del fútbol.
8.- Meterle mano al sargento el primer día de mili.
9.- Hacerse una operación de estética, añadiéndose los años precisos hasta pasar la edad de reservista.
10.- Alistarse en la Legión Extranjera.
11.- Suicidarse.
12.- Quedarse encerrado en el WC un par de años.
13.- Golpearse la cabeza hasta quedar psíquicamente disminuido.
14.- Acostarse hasta con el perro del coronel.
15.- Declararse República bananera independiente y formar un ejército profesional.