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Si señores, como leyeron en el título. Pueden haber ciclones o ciclones extratropicales en el Océano Atlántico Sur. Esta info me dejo como WTF? Además es real, hay registros de que se dió uno en el año 2004

Ciclones tropicales en el Océano Atlántico Sur. Un futuro tormentoso




EL CICLÓN CATARINA, en marzo de 2004, asoló las costas de los estados brasileños de Santa Catarina y de Rio Grande do Sul, causando la pérdida de vidas humanas y provocando grandes destrozos en más de cien mil viviendas. Un año más tarde en Uruguay, el temporal de la noche del 23 y la madrugada del 24 de agosto de 2005 ocasionó innumerables daños materiales y causó la muerte a diez personas. En marzo de 2010 se volvió a formar frente al sur de Brasil otro ciclón tropical, Anita. Pero esta vez la fortuna estuvo del lado de las poblaciones costeras ya que, después de amenazar tocar tierra, finalmente se internó en el Océano Atlántico.


Tanto estos dos ciclones tropicales, inéditos para la historia reciente de Brasil como el temporal de 2005 en Uruguay, a simple vista parecen similares pero las apariencias engañan. Los ciclones tropicales son alimentados por la evaporación del agua caliente de los trópicos, mientras que los ciclones extratropicales, muy comunes en la región del Río de la Plata, son generados por inestabilidades baroclínicas, es decir, por la diferencia de temperatura entre dos masas de aire vecinas. El nombre de ciclón hace referencia al giro ciclónico de los vientos que rotan sobre un centro de baja presión. En el Hemisferio Norte lo hacen en sentido antihorario y en el Sur en sentido horario.


Los científicos que estudian la atmósfera se preguntan si estos ciclones tropicales del Atlántico Sur, a pesar de las condiciones adversas que en teoría impedirían su formación, no son producto del Cambio Climático Global.

El calentamiento de la superficie del mar, un hecho ya observado, podría hacer que la frecuencia de tormentas tropicales y huracanes creciera en el futuro. La pregunta es si algún día estos fenómenos podrían alcanzar las costas uruguayas.



9 de marzo de 2010. Anita se intensifica frente a la costa sur de Brasil.


Un buen susto. Las tormentas tropicales son raras en las costas de los estados del sur de Brasil, siendo más típico que sean alcanzados por las mismas depresiones extratropicales que afectan a Argentina y a Uruguay. Los primeros días de marzo de 2010 la empresa de pronósticos meteorológicos MetSul, con base en la ciudad riograndense de Sao Leopoldo, venía observando un sistema de baja presión que, proveniente del sur, se ubicaba en el Océano Atlántico, frente a las costas de Santa Catarina y Rio Grande do Sul.

Unos días después, el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos comenzó a monitorearla. Sus modelos matemáticos pronosticaron que esa "baja" podría transformarse en un ciclón tropical y si esto ocurría, el núcleo del mismo, donde los vientos son más peligrosos, pasaría muy cerca de la costa.

El lunes 8 de marzo por la mañana, el sistema de baja presión que estaba sobre el mar se intensificó, dirigiéndose hacia la costa del sur de Brasil.

El meteorólogo brasileño Eugenio Hackbart, escribió en su blog que estaba molesto con sus colegas por no prestarle atención al fenómeno. Argumentaba que en los últimos años se habían formado centenares de ciclones extratropicales en las costas de Argentina y Uruguay, pero que sólo una vez se había formado un ciclón tropical: Catarina, en 2004, que llegó a Huracán grado dos, con vientos de 160 km/h.



Anita el 10 de marzo de 2010, "parado" frente a las costas de Rio Grande do Sul.

Esa noche, las imágenes mostraban al ciclón con un "ojo" característico, que avanzaba hacia el litoral gaúcho. El riesgo principal de estos sistemas no es sólo el viento y los tornados que pueden formar, sino la gran cantidad de lluvia que provocan, ocasionando inundaciones, y deslizamientos de tierra. La NOAA, la agencia meteorológica de Estados Unidos, que seguía al fenómeno con uno de sus satélites (GOES) midiendo la intensidad del viento y la presión mínima en su centro, alertó sobre la posibilidad de que el ciclón se convirtiera en un huracán y tocara la costa. La NOAA advertía a las autoridades brasileras en su informe: "prepárense para lo peor".

El martes 9 de marzo por la noche, el meteorólogo Luiz Fernando Natchigall informó que, a pesar de que el ciclón tropical estaba casi parado frente a la costa, había aumentado de intensidad. El viento sostenido en su centro alcanzó los 35 nudos (64,8 Km/h), convirtiendo al fenómeno en tormenta tropical.



Imagen en 3D de la NASA que muestra la estimativa de lluvia y la estructura vertical de la tormenta.
Las torres convectivas alcanzan los 12 km de altura.


Por fortuna, el miércoles 10 de marzo de madrugada, llegaron "noticias tranquilizadoras". Dos modelos internacionales en sus "salidas" señalaban al ciclón sobre la costa, pero no sobre tierra firme. Durante toda la noche el sistema tormentoso casi no se movió, pero por la mañana empezó a derivar hacia el Este, alejándose de la costa.

Hackbart explicó que al ciclón le faltó muy poco para convertirse en un huracán de categoría 1. De haberlo hecho hubiera sido el segundo en ser documentado en la historia del Atlántico Sur. Con esto remarcaba lo extraordinario del fenómeno y lo afortunados que habían sido: "Nunca estuvimos tan cerca de tener un nuevo Catarina". El 11 de marzo el ciclón tropical Anita, bautizado en honor de la esposa brasileña de Giuseppe Garibaldi, al transitar sobre aguas más frías, se convirtió en extratropical pasando a tener un núcleo frío.



Marcado con un óvalo aparece la zona de convergencia de vientos que propicia la formación de huracanes en el Océano Atlántico Norte, frente a las costas de África. En rojo se muestra la elevada temperatura del agua de mar.


Motor a vapor. La primera fase en la formación de estas tormentas es la depresión tropical. Si la presión atmosférica en su centro baja a menos de 980hPa y los vientos a su alrededor superan los 63Km/h es considerado un ciclón o tormenta tropical. Si estos vientos se mantienen y superan los 119km/h pasa a considerarse como huracán. Según la velocidad que alcancen sus vientos se va midiendo su potencial destructivo, hasta el grado cinco de la escala de Zaffir-Simpson. Un huracán de este tipo fue Katrina, que el 28 de agosto de 2005 pasó sobre la ciudad de Nueva Orleáns en Estados Unidos, inundándola y matando a 1.800 personas.