Te damos la bienvenida a la comunidad de T!Estás a un paso de acceder al mejor contenido, creado por personas como vos.

O iniciá sesión con
¿No tenés una cuenta?
Mark Gungor se ríe de las diferencias entre Hombres y mujeres y nos cuenta un secreto del cerebro de los varones.



Que hombres y mujeres somos diferentes no es ninguna novedad. Que tal diferencias nos hacen entrar en cortocircuito más de una vez tampoco.

Desde Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus, de John Gray, hasta Viva la diferencia, de la psicóloga chilena Pilar Sordo, mucho se ha dicho sobre el impacto que estas maneras de ser, de sentir y de ver el mundo tienen en el vinculo entre hombres y mujeres. Ahora, el estadounidense Mark Gungor nos propone dejar de lado las teorías, las explicaciones psicológicas y los libros de autoayuda, al menos por un ratito, para descubrir una nueva forma de encarar estas diferencias y reírnos de nosotros mismos.

Este pastor norteamericano, casado hace treinta y cinco años, se hizo un lugar en el mundo de los consultores y especialista en pareja a fuerza de…¡carcajadas! Empezó dictando seminarios para matrimonios de su comunidad y muy pronto se hizo conocido en todas partes por su sentido del humor y su agudeza para representar situaciones cotidianas con las que casi toda pareja puede identificarse. Hoy es uno de los conferencista más solicitados en Estados Unidos, tiene publicados varios libros y sus videos son vistos por miles de personas alrededor del mundo. Además, tiene un programa de radio que puede escucharse por Internet (www.markgungorshow.com), al igual que los videos de su conferencia Ríanse hacia un matrimonio mejor. Para las que no lo conocen, les acercamos algunas de sus palabras y los invitamos a sentirse identificados, a reflexionar sin angustias ni culpas y, sobre todo, a matarse de risa un buen rato.





link: http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=XhTzdhsfWz4




link: http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=rZsNh0DYmqg



Los cerebros de los varones están hechos de pequeñas cajas, y hay una caja para todo: una caja para el auto, una para el dinero, una para el trabajo, una para vos, una para los chicos, una para tu madre por ahí en el sótano…

¡Tenemos cajas por todos lados! Y la regla es que las cajas no se tocan entre si. Cuando los hombres discutimos un tema en particular, vamos a esa caja en particular, la sacamos, la abrimos y discutimos sólo sobre lo que está en esa caja. Después cerramos es caja y la guardamos con muchísimo cuidado, ¡para no tocar ninguna otra caja!

Los cerebros de las mujeres son muy, muy diferentes a los de los hombres: están hechos de una gran bola de cables ¡donde todo está conectado con todo! ¡El dinero está conectado con el auto, el auto con el trabajo, los chicos con su madre… Y todo está conducido por una energía que llamamos “emociones”. Ésta es una de las razones por las cuales las mujeres tienden a acordarse de todo, porque si tomás un evento y lo conectás con una emoción, se graba en tu memoria y te lo acordás para siempre. Lo mismo pasa con los hombres, solo que no pasa tan a menudo porque, francamente, ¡no nos importa nada!

A las mujeres les suele importar ¡todo!

Los hombres tenemos una caja en el cerebro de la que la mayoría de las mujeres ni siquiera está al tanto. Esta caja en particular no tiene nada adentro. De hecho, la llamamos “la caja de la nada”, y de todas las cajas que un hombre tiene en su cerebro, ésta es nuestra caja preferida. Si un hombre tiene la oportunidad, siempre recurrirá a su caja de la nada. Esto explica que el hombre pueda hacer algo aparentemente descerebrado durante horas, como pescar. Pos eso, también, los tipos podemos sentarnos en frente a la televisión durante horas haciendo zapping, estupidizados, lo que vuelve locas a nuestras mujeres. De hecho, esto fue estudiado en la Universidad de Pensilvania, Estados Unidos, donde descubrieron que los hombres tienen la habilidad de pensar en absolutamente nada…¡Y seguir respirando! ¡Las mujeres no pueden hacer esto: sus mentes nunca paran! ¡No entienden la caja de la nada, y eso las vuelve locas! ¡Nada enloquece e irrita más a una mujer que ver a un hombre haciendo nada!

Las mujeres se maravillan cuando les hablo de la caja de la nada; todo empieza a tener sentido en ellas. Algunas me preguntan: “¿No puedo ir a esta caja de la nada con él?”. ¡No, porque entonces habría algo en ella! Además, entrarían y dirian: “Mmm…Este lugar necesitaría algunas fotos, una mesita acá, una flores allá…”. No; nada, fuera. No queremos nada.

Esto se relaciona también con la forma en que hombres y mujeres manejan el estrés.

Cuando un hombre está estresado, lo único que quiere es correr a su caja de la nada, porque de esta forma nos relajamos. ¡Lo último que queremos hacer cuando estamos estresados, es hablar! Sólo queremos relajarnos. Esto enloquece a las mujeres, que ven al hombre en este estado vegetativo y dicen: “¿En qué estas pensando?”. “¡En nada!”, contesta el hombre, y la mujer responde: “¡En algo tenés que estar pensando!”. “¡En nada de nada!”, le vuelve a decir él, porque así es como manejamos el estrés.

Ahora, cuando una mujer está estresada, tiene que hablar de eso. Si no habla, ¡su cerebro literalmente explota! Conozco hombres que huyen de sus mujeres cuando se ponen así, porque no saben que decirle. Yo les digo: ”No necesitás decirle nada, ella no quiere que le digas nada”. Los hombres se sienten obligados a solucionarle los problemas, porque eso es lo que un hombre hace: un hombre sólo le cuenta sus problemas a otro hombre para que éste lo ayude a solucionarlo. ¡Pero ella no es un hombre! ¡Si tratás de solucionarle el problema, te va a matar! Ella no quiere tu consejo, no quiere ayuda…¡Quiere que te calles y la escuches! Algunos hombres me dicen: “Si sólo me dijera cómo se siente…”. Y yo les contesto: ¡Es que no lo sabe todavía! Tiene que conectar este cable con este otro, y así sucesivamente. La mujer quiere que el hombre le diga por qué está estresado, y el hombre sólo quiere relajarse. ¡Dejalo solo! ¡No se va a morir, no es una mujer! Si está estresado, dejalo ir a su caja de la nada.

De la misma manera en que los cerebros de cada uno definen cómo manejan el estrés, también afectan la forma en que cada uno usa las palabras. Los hombres tienden a usar menos palabras que las mujeres, porque las mujeres tienen que conectar todos estos cables y tienen que explicar todos y cada una de las conexiones. Dicen que si un hombre necesita decir 10.000 palabras por día, una mujer necesita decir 20.000. Mi mujer dice que eso es porque tienen que repetir todo lo que dicen.

Ahora bien, no sólo usan diferente cantidad de palabras, también las palabras pueden significar cosas distintas para cada uno. Por ejemplo: “Cinco minutos”. Para la mayoría de los hombres, cinco minutos significan…¡cinco minutos! Para muchas mujeres, pueden significar un período de tiempo indefinido. “¿ya estás lista?”, pregunta él. “¡Cinco minutos maaaaás!”, grita ella. Otra palabra es “nada”. Como expliqué, los hombres entendemos el significado de la palabra “nada”; las mujeres no. Si una mujer dice “nada”, es que hay algo. Si le preguntás a tu mujer que le pasa y te contesta “nada”…¡hui de la casa! Otra cosa es el Suspiro, que en realidad no es una palabra, sino una vocalización. Cuando un hombre suspira, significa: “Todo en la vida está bien”. Cuando una mujer suspira, significa: “Sos un idiota”. La última palabra es “adelante”. Cuando un hombre, la dice, está siendo educado.Cuando una mujer la dice, te está dando la oportunidad para explicar la estupidez que acabás de hacer.

Pero tenés que ser muy cuidadoso con la explicación, porque es muy probable que sobrevenga un suspiro, lo que llevará a una discusión por nada y, entonces, no tendrán sexo al menos por…¡Cinco minutos!