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TARINGUEROS!!!




Mucha personas (entre ellos yo) ubican a los traidores en el último círculo del infierno ya que consideran a la traición como el peor pecado de todos. La razón es que, a diferencia de otro tipo de crímenes, para traicionar primero hay que ganarse la confianza y el afecto de la víctima. Para Nicolás de Maquiavelo, sin embargo, la traición era una parte fundamental de la política y quien no estuviera dispuesto a asumirlo nada tenía qué hacer en los lugares de poder. En este post les dejo algunos de los peores traidores que con sus acciones hundieron a sus seres más cercanos y que, en algunos casos, tuvieron que ver en la caída y el surgimiento de nuevos Estados.







#10 Robert Ford







Robert Ford fue un amigo y secuaz del forajido Jesse James, uno de los bandoleros más peligrosos y carismáticos que se recuerdan. A Ford, en cambio, la historia le relegó el triste papel de haber matado por la espalda a quien era su amigo y quien cuando menos merecía una posibilidad de defenderse. Fue tal el desprecio que generó entre sus contemporáneos y su actitud cobarde que no tardó en encontrar la muerte en manos de un admirador de Jesse James.













#9 Karel Čurda







Durante la Segunda Guerra Mundial, Checoslovaquia padecía la ocupación nazi bajo el despiadado mandato de Reinhard Heydrich, conocido por entonces como “el carnicero de Praga”. Para infundir ánimo al espíritu de la resistencia, un grupo de comandos organizó exitosamente el crimen de Heydrich y luego se ocultó en las catacumbas de la Iglesia de San Cirilo. Karel Čurda, soldado checo, delató la ubicación de los comandos y estos se suicidaron luego de dar una valiente batalla que quedó inmortalizada en las ráfagas de ametralladora que hasta hoy pueden verse en las paredes del templo. Luego de finalizada la guerra, el traidor fue sentenciado a muerte.











#8 Efialtes de Tesala







A los fanáticos de la película 300, del director Zack Snyder, el personaje histórico de Efitales de Tesala debe resultarles especialmente despreciable. Cuando el valor y la hermandad de los espartanos parecían estar a punto de doblegar al ejército infinitamente superior de los persas, este individuo llevó información sobre un paso entre las montañas que permitió a los invasores rodear a los guerreros hoplitas de Leónidas y vencer en la batalla. Durante toda la época clásica, Efialtes fue el nombre con que los escritores ejemplificaron la traición a la patria y los camaradas.











#7 Benedict Arnold








Durante la guerra de independencia norteamericana, Benedict Arnold fue un dedicado soldado del bando independentista. Esto fue así hasta que se sintió relegado en los ascensos militares y decidió que su provecho personal era mucho más importante que el destino de su patria. A cambio de unos cuantos de miles de libras, rindió a los británicos el fuerte que estaba a su mando: nada menos que el emblemático destacamento de West Point. Se exilió en el Reino Unido y luego de finalizado el conflicto fue repudiado tanto por norteamericanos como británicos, ya que nadie confía en un traidor demostrado.












#6 Julius y Ethel Rosenberg







Este matrimonio fue conducido a la silla eléctrica en 1953 tras haber sido juzgados por traición y espionaje contra los Estados Unidos. Más allá de su aspecto mundano y tranquilo, esta pareja fue la responsable de que la Unión Soviética accediera a los planos de la bomba atómica norteamericana. Su filtración equilibró la balanza de poder en favor de los soviéticos y, por lo tanto, dio comienzo a un conflicto que fue conocido, nada más ni nada menos, como la Guerra Fría.










#5 Guy Fawkes







Este personaje formó parte de la conocida “Conspiración de la pólvora", una traición que consistía en volar el parlamento británico y asesinar al Rey Jacobo I cuando todos estuvieran reunidos en sesión. Su objetivo era poner fin a las persecuciones religiosas que se daban en su época pero su plan fue descubierto y terminó ejecutado. Sin embargo, su fama llega hasta hoy a través del cómic Vendetta y del grupo conocido como Anonymous, que suele dar sus mensajes bajo la máscara de Fawkes.












#4 La Malinche








Desde el momento en que esta bella y astuta mujer unió fuerzas con el conquistador Hernán Cortés, el destino del imperio Azteca quedó sellado. Su amplio conocimiento de los puntos débiles de emperador Moctezuma y su colaboración como traductora fueron fundamentales para lograr las alianzas que llevaron a los españoles a la victoria. Como ocurre con los traidores que cambian el rumbo de un Estado, para algunos esta mujer entregó los destinos de su patria al poder extranjero y las consecuencias de su terrible traición llegan hasta hoy. No obstante, para otros, "La Malinche" simplemente fue una de las tantas personas que esperaban una oportunidad para sublevarse contra un sistema que consideraban injusto.










#3 Napoleón Bonaparte








A través del tratado de Fontainblue de 1808, España permitió el pasaje del ejército napoleónico a través de su territorio para que Bonaparte pudiera combatir contra Portugal, país aliado de Inglaterra. Sin embargo, una vez conquistado el suelo portugués, Napoleón decidió que España formaba parte de su botín y traicionó a la corona española deponiéndola y nombrando en su lugar a su caricaturesco hermano, José Bonaparte o, como se lo conocía en esa época: Pepe Botella.











#2 Marco Junio Brutus








“¡Tú también, Brutus!” fue la frase con que el emperador romano Julio César se despidió del mundo. En mitad de la emboscada que los senadores romanos les habían preparado, cuando los cuchillos le quitaban la vida, César lamentó la presencia de su hijo Marco Junio Brutus entre los conspiradores. Para Dante Alighieri, este parricida representaba la traición a la familia y a la patria, por lo que lo ubicó en el último círculo del infierno para que recibiera los castigos del mismísimo señor de las tinieblas.












#1 Judas Iscariote








Para los cristianos, su nombre es sinónimo de traición ya que entregó a Jesús a sus captores a cambio de treinta monedas de plata. Desde entonces, la cultura popular le rinde “homenaje” tanto en carnavales como en fiestas navideñas quemando imágenes suyas o representando su suicidio por ahorcamiento. Para variar, Jorge Luis Borges ofrece una relectura de su figura y, por ende, de toda la cultura occidental: si Jesús debía morir para expiar los pecados de los hombres, aquel que lo condujo a su muerte no fue un traidor sino el mejor discípulo.