Antes de que un perro entre en la familia se ha de conocer todo lo posible sobre su raza y valorar si su tamaño, su carácter y sus necesidades son los más idóneos para nuestro día a día. Sin embargo, también hay que tener en cuenta otro aspecto: el sexo.
Por norma general, la diferencia entre macho y hembra estriba, en las razas caninas, en varios aspectos que también se han de valorar. Por ejemplo, si se desea tener una camada de cachorros en un futuro o buscamos una mascota con mayor instinto de independencia. En este punto se ha de destacar que, por norma general, el macho es más independiente que la hembra; y ese instinto también aumenta las posibilidades de fuga pues, sobre todo, si olfatea a una hembra en celo puede ignorar nuestras órdenes y seguir su impulso.
El macho, más bravo y más fuerte. La bravura y la fortaleza son rasgos que identifican, habitualmente, a los machos. Esto los hace ser más atrevidos por lo que si se busca un perro guardián, siempre que la raza cuente con esta condición entre sus características, será sencillo adiestrarle.
El celo de la hembra. Por otro lado, la hembra suele ser más familiar, y estar más unida a la casa y a sus dueños. Sin embargo, a menos que sea esterilizada, tendrá periodos de celo semestrales y, si no se quiere que se aparee, necesita una estrecha vigilancia para evitarlo. El celo conlleva otro inconveniente que puede resultar incómodo, y es que la perra, en este periodo, pierde sangre durante unos 14 días. Además, debido al característico sistema hormonal de la especie canina, los elevados niveles de progesterona tras el celo provocan en las perras síntomas similares a la gestación que pueden ser incómodos para el animal y para sus propietarios -los mal llamados 'embarazos psicológicos'-. Hacer criar a una perra puede ser una experiencia muy especial pero también hay que tener en cuenta cual va a ser el futuro de las crías.
Elección subjetiva. Teniendo en cuenta estos dos aspectos, la elección del sexo es una cuestión subjetiva. Si el nivel de actividad de la familia es bajo y el deseo tranquilidad y serenidad en la vivienda es igual al de tener una mascota… estos condicionantes pueden inclinar la balanza hacia una hembra. Estas también suelen estar más indicadas para convivir con personas de edad avanzada. En cambio, si se desea un compañero de juegos muy activo y voluntarioso siempre dispuesto a la acción lo más probable es que la decisión recaiga en la elección de un macho.
Porque elegir a una perra a la hora de adoptar:
. Las hembras son mas cariñosas y hogareñas que los machos
. Suelen pesar y medir menos que los machos de su misma raza
. Es tan buena guardiana que los machos
. Se adapta mejor a hogares con niños
. Entra en celo 2 veces al año, salvo que la esterilices
. Responde mejor al adiestramiento
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