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Una pareja de lesbianas, cansadas de los métodos para concebir un hijo, decidieron inventar un novedoso objeto. Es un pene que bombea líquido seminal para que las mujeres puedan disfrutar del proceso de quedar embarazadas.







Actualmente existen muchas maneras de que una mujer se embarace, más allá del sexo tradicional; una de las más conocidas es la inseminación artificial, donde un óvulo es fecundado con el esperma de un donante. Sin embargo, tal parece que algunas personas piensan que eso no es tan divertido.

La experta en salud reproductiva, Stephanie Berman, creo el Semenette, un juguete sexual que expulsa semen real. El dispositivo está pensado para las parejas de lesbianas que quieran tener un bebé; fue creado después de que ella y su pareja, no quedaran satisfechas con las alternativas que había a su disposición. De todas maneras, explicó que sirve para toda mujer que esté cansada de los métodos tradicionales y no quieran pasar por la fertilización in vitro.

“La única opción que hay antes de ir al médico es ubicar el semen en una jeringa sin aguja que por lo general se utiliza para condimentar el pavo”, dijo Berman, haciendo referencia a que se trata de un método de inseminación artificial “poco sexy” y “nada romántico”.

Stephanie, madre de una nena, comenzó a buscar diseños alternativos que utilicen el mismo sistema de bombeo que tiene la jeringa de pavo, unos de los tradicionales métodos de inseminación artificial en casa, pero que a su vez se pueda disfrutar del proceso de embarazo.

“Cuando mi esposa y yo decidimos comenzar una familia pensamos en todas las opciones para tener un hijo pero ninguna de ellas eran atractivas”, confesó la mujer.

Stephanie y su esposa, Kiersten Marie, que utilizaron el Semenette para concebir a su hija de un año, Isabella, recibieron un gran apoyo y elogios de una gran cantidad de personas de diferentes comunidades.

Hasta el momento, el Semenette fue utilizado por parejas transexuales, hombres con disfunción eréctil e incluso parejas heterosexuales que, según explicó Stephanie, “todavía siguen disfrutando de la sensación” de utilizar el novedoso objeto.