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El dinero puede comprar muchos caprichos, algunos francamente extravagantes.

1. El hombre que compró Stonehenge



El millonario inglés Cecil Chubb compró en 1915 el famoso monumento neolítico de Stonehenge por 6600 libras esterlinas como un regalo para su esposa. A la señora no le gustó como presente el ahora Patrimonio de la Humanidad y lo donó al gobierno británico. De todas formas, Chubb se ganó el título de Primer Barón de Stonehenge y mandó a poner en su escudo de armas el lema «Fundado en las Piedras»


2. Insólita tacañería




En 1925, los hermanos Maurice y Harrold Rey compraron un rancho en Alberta por 5 dólares, una propiedad que valía más de 6 millones cuando ambos murieron nonagenarios en los años 1990. Entretanto, vivieron casi toda su vida en una rústica cabaña sin servicios como agua corriente y electricidad, comiendo entre ratones y perros sarnosos.

3. Ludopatía extrema



Terry Watanabe se hizo tan adicto a los casinos, que en 2007 dilapidó en Las Vegas nada menos que $ 127 millones de dólares. Ese año fue responsable por casi un 6 % de las ganancias de Harrah, empresa propietaria del Caesars Palace y otros casinos. Se negó a pagar un crédito del casino de $ 14,7 millones de dólares argumentado que el personal lo había mantenido en el local a fuerza de licor y analgésicos. Al final las partes llegaron a un acuerdo legal.

4. El capricho de la bigamia



H. L. Hunt fue uno de los hombres más ricos del mundo gracias al petróleo. Era un conservador de ultra derecha que opinaba que el voto de los que pagaban más impuestos debía tener mayor valor. Tenía por esposa a Lyda Bunker en Dallas y también estaba casado en Tampa, Florida, con Frania Tye, con quien se presentó como Franklin Hunt. Tras morir su primera esposa, se casó en secreto con su secretaria y amante, Ruth Ray. Tuvo 15 hijos en las tres relaciones.

5. Perversión caníbal



James Jameson, heredero del imperio del whisky irlandés Jameson, sentía curiosidad por ver a unos caníbales comiendo carne humana. En 1887 fue a El Congo y compró una niña de 10 años, dándosela a comer a una tribu caníbal. Documentó el macabro proceso con dibujos y acuarelas que mostró orgulloso a los nativos.

6. Obsesión con los rateros




Estando en un hotel de Londres con su esposa, el playboy rico, derrochador y drogadicto Harry Thaw dejó varias monedas de oro como olvidadas y se ocultó a ver si un empleado las tomaba. Cuando un camarero se metió un par de monedas en el bolsillo, Harry Thaw cayó sobre él, lo arrastró hasta el baño, lo desnudó y le dio una paliza.

7. Testamento al azar



Luis Carlos de Noronha Cabral, heredero de una gran fortuna portuguesa, bebió hasta morir en 2007, pero antes adoptó una curiosa forma de legar su patrimonio. Tomó una guía telefónica y seleccionó a 70 personas al azar, a las que convirtió en sus herederos. Los beneficiados no podían creerlo.


eso fue todo amigos, gracias por pasar por mi post

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