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En 2011, la NASA detectó el débil pulso de un diminuto agujero negro que absorbe el gas de una estrella en la constelación de Escorpio. El objeto tiene una masa equivalente a solo cinco veces la masa del sol. ¿Qué pasaría si un agujero negro así pasara rozando nuestro Sistema Solar?



La respuesta corta es nada bueno. Aunque IGR J17091-3624 es un agujero negro realmente pequeño (Si nos atenemos a su masa, apenas tiene 3 kilómetros de diámetro) su paso por nuestro Sistema Solar sembraría el caos incluso aunque no colisionara con nada.

Anton Petrov, de What Da Math ha tratado de simular las condiciones de semejante evento en Universe Sandbox 2, una aplicación educativa que permite recrear sistemas estelares enteros con condiciones reales de gravedad, órbitas o masa planetaria.



El resultado no es bonito. El agujero negro seguiría su camino sin que su gravedad absorbiera ningún planeta a menos que estuviera realmente cerca. El problema es que su tirón gravitatorio modificaría la trayectoria del Sol en el espacio y descarrilaría todos los planetas que giran a su alrededor incluyendo el nuestro.

El resultado final de este desastre varía. La simulación de Petrov comienza catapultando a Venus fuera de su órbita a toda velocidad. Marte, Saturno y Júpiter también se pierden en el vacío. La Tierra tiene suerte y logra recuperar una órbita alrededor del Sol, pero lo hace con una trayectoria tan irregular que pasa demasiado cerca de la estrella. Nada bueno para la vida en el planeta.



En un segundo escenario completamente ficticio, Petrov explora la idea de qué pasaría si el agujero negro simplemente apareciera en órbita terrestre. Su gravedad haría saltar por los aires enormes cantidades de materia de la superficie terrestre que después terminarían cayendo sobre ella. En segundos, el planeta se convertiría en una espectacular bola incandescente.