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Una de las mayores lecciones de la vida que probablemente nos dieron nuestros padres cuando éramos niños pequeños es la que dice que no está bien mentir. Esta lección podía ser incluso un gran sermón si resultaba que nos habían pillado en medio de una pequeña no-tan-verdad. Y aunque ahora mismo estamos escribiendo sobre eso como si fuera una broma, damos la razón a todos los padres del mundo en este tema. Sólo que su querida hazaña educativa con nosotros tenía una pequeña grieta. La cantidad de mentiras que nos contaron ellos es una verdadera vergüenza y supera por mucho cualquier pequeña trastada infantil que pudiéramos hacer. En el artículo de hoy te traemos nada más y nada menos que 15 mentiras que nos contaron nuestros padres y a lo mejor incluso sigues creyendo en algunas de ellas.




1. Orejas rojas

Esta primera mentira es una gran paradoja y verás el porqué. Los padres no quieren que sus hijos mientan, sin embargo lo primero que hacen es mentir ellos mismos para conseguir su propósito. Una de las grandes mentiras que nos contaron es que si mentías, las orejas se volvían rojas y te traicionaban. De esa manera, el niño no sólo tenía miedo de decir mentiras, sino que además era más fácil hacer que confesara la verdad una vez que lo había hecho. De verdad, las orejas de todos los padres del mundo deberían lucir un rojo intenso por contar semejantes mentiras. ¡Espera! ¿Acabamos de crear una paradoja?



2. Estar cerca de la tele


Seguramente todos recordamos que cuando éramos niños pequeños, no había nada que pudiera atraernos más que una pantalla televisiva. Todo ese mundo de colores, de personajes fantásticos y superpoderes hacía que queríamos estar dentro y vivir esas aventuras no sólo en nuestra imaginación. Esto se podía observar en que el niño siempre se sentaba muy cerca de la pantalla. Entonces venía la segunda mentira parental que todos recordamos: te quedarás ciego si estás sentado demasiado cerca de la televisión. Sin embargo, eso no es verdad. Si somos capaces de permanecer en frente de la pantalla de un celular durante horas y seguimos con la vista intacta, tampoco nos quedaremos ciegos por estar sentados demasiado cerca de la tele.



3. Los montes


Para impedir que los niños se alejen mucho o que vayan a lugares desconocidos, algunos padres les hicieron creer que los gigantes están enterrados en los montes. Era una mentira, claramente, pero funcionaba muy bien gracias a la imaginación de los más pequeños. Este tipo de mentira era usado con gran deleite durante un picnic o un paseo, cuando los padres querían que su primogénito se quedara en la cercanía.



En los tiempos que corren, el horno microondas es un dispositivo tan popular, que se ha ganado su puesto casi en cualquier domicilio. Cuando éramos niños a lo mejor todavía el microondas no estaba en casa, o a lo mejor sí. En este segundo caso, es posible que hayas escuchado que estar demasiado cerca del microondas te dará cáncer. Cuando los niños meten algún producto en el microondas y permanecen mirando cómo la comida da vueltas y vueltas, por alguna razón sus padres no quieren que lo hagan y les dicen que eso les dará cáncer. Sólo vamos a plantear una pregunta: ¿Qué tipo de padre responsable tiene en casa un dispositivo altamente cancerígeno?



5. Pipí en la piscina


Los padres quieren que sus hijos salgan de la piscina cuando quieren ir al baño. Es una lección muy necesaria, ya que todos nosotros queremos nadar en agua limpia. Sin embargo, algunos padres se vieron obligados a recurrir a una mentira que decía: si haces pipí en el agua, esta cambiará de color y todos sabrán lo que has hecho. En los tiempos que corren se puede comprar sustancias químicas que realmente cambian de color, sin embargo sigue siendo una mentira parental. De todas maneras, por el hecho de sentir vergüenza, funcionó a la perfección (en la mayoría de los casos).




6. Las zanahorias


En todas las casas se puede presenciar el mismo problema. Es algo que siempre existió, que existe y probablemente exista hasta el fin del mundo. Los padres quieren que sus hijos coman alimentos saludables, mientras que ellos prefieren todo lo que tiene buen sabor (o sea los dulces, las galletas y los refrescos azucarados, naturalmente). Hacer que un niño se coma la verdura es una batalla a vida o muerte cada día. Las mentiras que nos hicieron creer nuestros padres para obligarnos a comer verduras son numerosas y absurdas. Una de las más estúpidas que a lo mejor presenciaste, era la promesa de que las zanahorias te podían dar rayos X, o que el brócoli daba superpoderes.



7. Semillas de sandía


“Si te comes una semilla de sandía te crecerá una planta en el estómago”. ¿Esta frase te suena familiar? No entendemos del todo por qué motivo los padres optaron por esta mentira, pero muchos padres decían que comerse una semilla podía hacer que te creciera una planta, o una sandía entera en el estómago. ¿Hace falta decir que esto no es verdad?



8. Chicle


Una de las actividades favoritas de los niños es mascar chicle. Sin embargo, cuando uno era más pequeño, todavía no entendía completamente que la goma era exclusivamente para mascar y algunos se las tragaban. En este momento llegaban nuestros queridos padres y decían: “si tragas el chicle, se te pegará al estómago”. Algunos añadían opcionalmente que eso te provocaría una enfermedad. Bueno, es mentira. Se hicieron numerosos estudios que probaron que el chicle es incapaz de pegarse a las paredes del estómago ni a ningún otro órgano digestivo. Eso sí, aún dados los estudios, desaconsejamos ingerir goma para mascar de todos modos.



9. Tomarse la leche


Creemos que este es un clásico. “Tómate la leche y crecerás alto”. ¿Verdad? Aunque fue una frase enunciada con buenas intenciones y todo el cariño del mundo, desde el punto de vista científico no era verdad. Ahora sabemos que el proceso de crecimiento depende casi completamente de los factores genéticos. Eso sí, la leche tiene muchas otras cualidades saludables así que es una mentira comprensible.



10. Tomar café


Lo muy curioso es que la combinación del punto anterior con el café podía tener un efecto completamente opuesto en el mundo de nuestros padres, ¿no? ¿Te han dicho alguna vez que si bebes café, no crecerás? No nos extraña que los padres no quisieran que sus niños bebieran café, ya que este también tiene su lado negativo, como limpiar el organismo entero de magnesio, una partícula importante especialmente para los niños, pero recurrir a este tipo de mentira es gracioso. O mejor dicho, se recuerda con gracia tomando una taza de café por la mañana, ya que en aquellos tiempos pasados nos creíamos todo lo que nuestros padres nos contaban.