Te damos la bienvenida a la comunidad de T!Estás a un paso de acceder al mejor contenido, creado por personas como vos.

O iniciá sesión con
¿No tenés una cuenta?



El fenómeno que explica por qué Justin Bieber suena más fuerte que Iron Maiden






Supongamos que eres un maniático compulsivo con las cosas que te gustan, por ejemplo, la música. Es por eso que siempre la escuchas a tu modo y al volumen perfecto para tus tímpanos. Cada noche que llegas a casa te pones cómodo en tu sofá preferido, conectas tus audífonos de frecuencia plana a la consola y pones play a tu disco favorito: la edición especial de “The Number of The Beast”, editado en 1982.





Un día tu novia te pide escuchar su disco favorito para que te familiarices con la música que ella prefiere. El álbum en cuestión es “Purpose” y para ser más exactos, te dijo que conocieras los increíbles éxitos de ‘What Do You Mean?’ y ‘Sorry’. Como estás enamorado aceptas el reto y prestas atención a Justin Bieber.





Dejando a un lado tu crítica hacia el tipo de música, te das cuenta de un fenómeno extraño: los temas poperos de Justin suena con mucha más fuerza y decibeles que la banda que invocó al mismo demonio. Incluso te atreves a decir que el jovencito de 23 años te está golpeando más duro que el número de la bestia. ¿Por qué?





En el vasto mundo del audio, la producción y la industria musical, existe algo que se llama masterización; un proceso que ha ido alterando el producto final de una canción o álbum entero. ¿Por qué? La masterización es identificar las características de los tracks que están en el mercado (aquellos que están vendiendo) con el fin de imitar su sonido. El problema aquí es que año con año, las canciones que están conquistando los medios están inmersas en las llamadas Loudness War, cuya traducción en español es Guerra del Volumen.





Como su nombre lo indica, este enfrentamiento se remite a ver quién tiene el volumen más alto en su canción. Esta tendencia inició en la década de los 80 con el único objetivo de ir elevando de manera progresiva (año con año) los decibeles del último producto. Para entenderlo de manera sencilla hay que observar la siguiente gráfica.





Aquí está la secuencia de onda del tema ‘Something’ de The Beatles. Cuando se masterizó en 1987 , el volumen era prudente, pero conforme llegaban las otras remasterizaciónes, los ingenieros de audio fueron aumentando de manera descarada el sonido, con el único fin de sonar más fuerte.

Este fenómeno (que sólo atiende a tendencias de mercado) ha sido condenado por distintos artistas. Bob Dylan muestra su inconformidad sobre el tema diciendo: “Escucha esas grabaciones modernas, son atroces, tienen sonido por doquier. No hay definición de nada, no hay voces, nada, es igual que la estática“.









Esta es la razón por la que tu disco favorito de Iron Maiden es apabullado por la infantil voz y música de Justin Bieber. No es que los increíbles solos de guitarra de Dave Murray, Adrian Smith y Janick Gers sean opacados por un “Bay, baby, bay oh…”, sino que el estado actual de la Guerra del Volumen ha aumentado de manera indiscriminada los tracks pop con el fin de acaparar la atención del escucha común.





Claro que tú no eres un espectador común y prefieres calidad sonora a un simple y vulgar volumen.