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PASA SUS DÍA EN EL BARRIO SAN EDUARDO DE FLORENCIO VARELA


La emocionante historia del vagabundo que rescata a los perros de la calle

José comparte con los perros su precario refugio. Les da el abrigo que puede, el cariño que otros más pudientes no le dieron y la comida que consigue haciendo changas, juntando cartones o por la solidaridad de sus vecinos.




Dicen que la mayor riqueza se aumenta compartiéndola. Una de ellas debe ser la bondad. José tiene 38 años y hace varios que vive en la calle. Se mantiene con la ayuda de los vecinos y algunas changas. Armó un refugio precario en las calles Gauna y 14 del barrio San Eduardo de Florencio Varela donde pasa sus días con gran penuria.
Sin embargo, a pesar de su pobreza, que debería llamar la atención de Desarrollo Social local, tiene un alma gigante. Horas atrás les salvó la vida a dos cachorros y se los llevó a vivir con él. No es la primera vez. Otros cinco perros le hacen la guardia al vagabundo del barrio que supo ganarse el cariño del vecindario.
María Quiñea (33), una vecina del lugar le acercó la historia a Infosur. La mujer, que integra la organización Proteccionistas Independientes de Florencio Varela, remarcó el “enorme corazón de José”. “Es un hombre que salvó a dos cachorritos de ser atropellados, no es la primera vez que lo hace y su acto merece ser destacado”, le dijo María a este medio.
José comparte con los perros su precario refugio. Les da el abrigo que puede, el cariño que otros más pudientes no le dieron y la comida que consigue haciendo changas, juntando cartones o por la solidaridad de sus vecinos.
“Hace tiempo que vive acá y ya salvó a otros perros que después dimos en adopción”, contó María que todos los lunes se acerca a la peatonal con otras mujeres para que perros abandonados encuentren un hogar.
Pero la historia de José le tocó la fibra más íntima del corazón y decidió publicarlo en la red social. “José es un señor que hace años vive en la calle. Tiene en tránsito a dos cachorros que salvó de morir atropellados. Tiene además otros cinco perros que levantó de la calle y lo siguen a todas partes y ya son parte de su familia”, explicó María.
La mujer dio cuenta de que “a pesar de no tener casa, José no siguió de largo. Con amor cuida a sus perritos y trata de que nunca les falte su comida”, contó. Los cachorros, que ya fueron desparasitados por el trabajo de los proteccionistas, están en adopción. Son un macho y una hembra de aproximadamente dos meses.
Pero la historia de José es digna de destacar. Pobre de toda pobreza, hizo lugar en su refugio para perros maltratados y abandonados. Quizás porque el amor es más fuerte. Ahora, tras la publicación de este medio, quizás sea hora también de darle una mano a José. Un hombre de corazón grande, que pasa sus días en la calle, durmiendo bajo mantas que no le cubren el frío polar y que, por esas cosas de la vida, se hizo alcohólico.
“No tiene familia y los vecinos le dan para hacer changas”, contó María. Así vive.




Fuente: http://www.infosurdiario.com.ar/diario/noticia/20914.html