Filipinas aprueba ley que elimina la libertad de expresión en la red
Aunque las famosas regulaciones SOPA o PIPA propuestas por Estados Unidos el año pasado hayan pasado a mejor vida, existen otros intentos en el mundo de leyes que chocan frontalmente con el uso diario de la red. Una de ellas, quizá la más exagerada debido a la vaguedad de sus escritos, acaba de aprobarse en Filipinas. Con la recientemente aprobada Cybercrime Prevention Act, SOPA es un regalo caído del cielo.
Y es que esta nueva ley atenta contra toda libertad de expresión conocida. Aunque de sus palabras podamos entender que se trata de prevenir el delito en la red, lo cierto es que su contenido real deja poco espacio a la libertad de ideas y a la propia esencia de Internet.
Una regulación que persigue el hacking, cracking, el robo de identidad o el spamming… pero que también tipifica como “cibercrimen” el cibersexo, la pornografía, el intercambio de archivos y, lo más peligroso de todo, la difamación online.
Todos los que trabajan en la red pueden entender lo frustrante que es la crítica sin sentido o el ataque bajo el anonimato en los comentarios o foros de los diferentes sitios. Otra cosa es hacer de esto algo ilegal, de romper la libertad de expresión que impera en la red. Lo mismo ocurre con la pornografía o el intercambio de archivos (uno de los pilares que SOPA buscaba derribar), aunque quedan en el “olvido” debido a la sección referente a la difamación.
Como ocurriera con SOPA, se trata de leyes escritas por aquellos que no entienden de la propia arquitectura de la red. Mucho menos de las graves implicaciones que tienen sobre los usos. Quizá por esta razón no han tardado en aparecer las primeras voces en contra. Desde Reddit muchos jóvenes filipinos lamentan la naturaleza de una ley promovida por el propio gobierno con el único fin de censurar Internet.
Aunque las famosas regulaciones SOPA o PIPA propuestas por Estados Unidos el año pasado hayan pasado a mejor vida, existen otros intentos en el mundo de leyes que chocan frontalmente con el uso diario de la red. Una de ellas, quizá la más exagerada debido a la vaguedad de sus escritos, acaba de aprobarse en Filipinas. Con la recientemente aprobada Cybercrime Prevention Act, SOPA es un regalo caído del cielo.
Y es que esta nueva ley atenta contra toda libertad de expresión conocida. Aunque de sus palabras podamos entender que se trata de prevenir el delito en la red, lo cierto es que su contenido real deja poco espacio a la libertad de ideas y a la propia esencia de Internet.
Una regulación que persigue el hacking, cracking, el robo de identidad o el spamming… pero que también tipifica como “cibercrimen” el cibersexo, la pornografía, el intercambio de archivos y, lo más peligroso de todo, la difamación online.
Todos los que trabajan en la red pueden entender lo frustrante que es la crítica sin sentido o el ataque bajo el anonimato en los comentarios o foros de los diferentes sitios. Otra cosa es hacer de esto algo ilegal, de romper la libertad de expresión que impera en la red. Lo mismo ocurre con la pornografía o el intercambio de archivos (uno de los pilares que SOPA buscaba derribar), aunque quedan en el “olvido” debido a la sección referente a la difamación.
Como ocurriera con SOPA, se trata de leyes escritas por aquellos que no entienden de la propia arquitectura de la red. Mucho menos de las graves implicaciones que tienen sobre los usos. Quizá por esta razón no han tardado en aparecer las primeras voces en contra. Desde Reddit muchos jóvenes filipinos lamentan la naturaleza de una ley promovida por el propio gobierno con el único fin de censurar Internet.