Dilma se consolida como líder con casi el 80% de apoyo popular
Los dos años y tres meses que Dilma Rousseff lleva en la presidencia de Brasil resultaron en un proceso de nítida consolidación de su imagen. Una encuesta realizada por la consultora Ibope junto a la Confederación Nacional de la Industria, difundida ayer, reveló que la jefa de Estado ha logrado no sólo preservar sino también aumentar el reconocimiento de los ciudadanos brasileños: 75% de los consultados (un universo de 2.000 entrevistados en 143 municipios) manifestó su confianza en la gobernante (contra 73% de diciembre) y 79% aprobó el modo como ella conduce los asuntos de Estado.
Según el director de Encuesta y Competitividad de la CNI, Renato Fonseca, el conjunto del gobierno obtuvo una aprobación récord de 63%, guarismo que nunca llegaron a alcanzar sus antecesores, el popular Lula da Silva, y Fernando Henrique Cardoso. El especialista sostuvo que tres factores se conjugaron para afianzar el prestigio presidencial: “El mantenimiento del foco en las políticas sociales, la baja tasa de desempleo asociada a la preservación de los ingresos familiares y el carisma personal de la Presidenta como administradora”. Fonseca consideró que “ella consiguió construir una imagen de competencia y de seguridad en la gestión” de los asuntos públicos.
Entre las áreas evaluadas por los encuestados, la mejor nota correspondió a: combate al hambre y la pobreza; medio ambiente y combate al desempleo (en ese orden). Las peor calificadas fueron salud, seguridad pública e impuestos. Marcó, como dato clave, que el ingreso real de los brasileños “continúa subiendo” ya que no hubo un impacto erosivo de la inflación (que está en casi 6% anual).
“El brasileño manifiesta un buen nivel de satisfacción con la vida que lleva”, sostuvo. Fonseca indicó también que programas como “Mi casa, mi vida”, que facilitaron el acceso a la vivienda propia, y el de “subsidio-familia”, contribuyen a esa sensación.
En cuanto a la presidenta, la encuesta reveló que su personalidad influyó en forma decisiva en la popularidad: “Ella es vista como una persona firme y segura, lo que lleva a la población a verla como una administradora confiable”. Sin embargo, eso no impide que más de la mitad de los brasileños desapruebe los resultados en áreas consideradas críticas como salud y seguridad pública. Ocurre, como señaló Fonseca, que las políticas en estas áreas “no son exclusiva responsabilidad del gobierno nacional. Y en ese sentido, la evaluación negativa es vista en parte como un problema de los gobiernos provinciales, lo que minimiza el impacto sobre el gobierno federal”.