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Durante las últimas semanas, a toda velocidad y bajo estricta reserva, el vicepresidente Amado Boudou reactivó un polémico convenio para delegar actividades de prensa del Senado que podría costarles a las arcas públicas casi $ 10 millones en un año, según consta en el expediente administrativo cuya copia obtuvo LA NACION.



Boudou firmó el convenio con las autoridades de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam), que acumula antecedentes polémicos de ese tipo. Entre otros, rubricó un acuerdo similar para montar stands en la feria Tecnópolis que derivó en la renuncia de un funcionario del Ministerio de Planificación y una denuncia penal.

La millonaria contratación que impulsa Boudou, sin embargo, chocó ya con las objeciones de la Dirección de Asuntos Jurídicos del propio Senado, que debe intervenir en procedimientos de este tipo como órgano asesor. Se negó a darle luz verde hasta obtener más precisiones sobre la "letra chica".

El primer intento de Boudou de concretar ese acuerdo con la Unsam ocurrió dos años atrás. Firmó el convenio el 7 de febrero de 2012, apenas un día después de que estallara el caso Ciccone, motivo por el cual debió desactivarlo con el correr de las semanas. Pero ahora lo reflotó, con una velocidad inusitada.

Definido como "Programa de trabajo y asistencia técnica para el asesoramiento en producción, diseño y análisis de contenidos de prensa que abarca el impacto de la actividad de la Honorable Cámara de Senadores y de los distintos poderes del Estado en su conjunto, y su repercusión en distintos estamentos sociales", acumuló varias zonas grises e inconsistencias.

Entre otros puntos, desde la Dirección de Asuntos Jurídicos alertaron de que el objeto mismo del proyecto "debería especificarse con mayor claridad, así como las tareas a desarrollar a lo largo del programa de 11 meses". De otro modo, el Senado desembolsaría casi 10.000.000 de pesos por tareas desconocidas.

La segunda objeción se centró en que, aunque la universidad crearía una "Dirección" para implementar el convenio, tampoco detalló "el método de su conformación ni compromisos a cumplir por sus integrantes". Peor aún, alertaron los expertos, otra cláusula del propio convenio "deja en duda la actuación como contraparte" de esa misma "Dirección" por crearse.

Como si eso fuera insuficiente, desde Asuntos Jurídicos de la Cámara alta remarcaron otro punto casi obvio. El Senado quiere desembolsar millones de pesos, remarcaron sus responsables, por un convenio del que se ignora si el Consejo Superior de la Unsam lo aprobó.

Desde la universidad, en tanto, confirmaron a LA NACION que el convenio se firmó, pero aclararon que "nunca comenzó a ejecutarse", por lo que la casa de estudios "no recibió un peso" desde el Senado.

Así, el problema para Boudou y el secretario administrativo del Senado, Juan Zabaleta, mano derecha del vicepresidente, es que, si desean avanzar con el proyecto, deben sortear las observaciones que trazó la Dirección de Asuntos Jurídicos del Senado. Sólo luego, indicaron sus autoridades, Juan Carlos Salerni y Mónica Beatriz Irrera, "este órgano asesor considera que no existiría impedimento legal para que el convenio de marras sea suscripto".

¿Cómo sería la contratación bosquejada? Incluye un cronograma de desembolsos (anticipo de 20% y 11 cuotas mensuales, por un total de $ 9,75 millones) y una fecha tentativa de inicio "a partir del día 1° de febrero de 2014", que ya quedó atrás.

La fecha con que se reactivó la contratación tras dos años de parálisis deja en evidencia el apuro de las autoridades del Senado. El expediente HSN:0000169/2014 se inició apenas 11 días antes del 1° de febrero, a las 16.14 del lunes 20 de enero pasado, según consta en la hoja de ruta de esas actuaciones administrativas, que también obtuvo LA NACION.

Ese lunes 20, Cristina Kirchner había retornado a la Casa Rosada tras una semana alejada por problemas de salud propios y de su madre, mientras que Boudou se mantuvo fuera de la exposición pública.

"ANALIZADO DETENIDAMENTE"

Pero mientras Boudou reaparecía con una barba de unos pocos días por la Casa de Gobierno, su mano derecha, Zabaleta, impartió sus primeras órdenes "a fin de materializar" el convenio. Lo hizo, aclaró, "causado en los nuevos mecanismos que la presidencia del Honorable Senado de la Nación [por Boudou] le ha requerido a la Secretaría a mi cargo".

Ese mismo lunes 20, Zabaleta le envió una nota al rector de la Unsam, Carlos Ruta, para notificarle que el Senado deseaba reactivar el convenio. La respuesta afirmativa llegó apenas un día después, con la firma del secretario de Coordinación General de la universidad, Carlos Greco, quien sostuvo que se había analizado "detenidamente" la propuesta.

Para Greco, no se trata del primer convenio que firma con el Gobierno. Entre muchos otros, también integró el "comité" que embolsó $ 13,2 millones del Ministerio de Planificación para montar un stand en Tecnópolis 2011. Pero la obra quedó, en realidad, en manos de la esposa de un funcionario del Ministerio, que renunció cuando LA NACION reveló las irregularidades de esa contratación.

En el caso del Senado, Zabaleta reactivó el convenio acompañado por "términos de referencia" pautados con la universidad. Algunos son singulares, como el que estipula que la Unsam sería la signataria, pero podía prestar el servicio con personal propio "o de terceros". Es decir, subcontratar el servicio y sortear así controles administrativos. Incluye además una cláusula de "confidencialidad". Estipula que la Universidad y el Senado se comprometen a no difundir "bajo ningún aspecto" los datos derivados del acuerdo, "mientras no sean de dominio público, cualquiera sea el tiempo transcurrido". Dinero, pero silencio.






RECLUIDO EN EL SENADO, APUESTA A LOLA MORA

Su ausencia en el congreso del PJ bonaerense profundizó la idea de que el vicepresidente Amado Boudou se encuentra cada vez más aislado en el oficialismo kirchnerista y que parece condenado a pasar sus días en el conglomerado de oficinas pertenecientes a la presidencia del Senado.
Sin embargo, esto no le impide avanzar en la toma de decisiones de fuerte tono polémico, como la gran cantidad de personal que Boudou sumó a la planta permanente del Senado en acuerdo con el secretario general del gremio legislativo (APL), Norberto Di Próspero. Entre los afortunados figuran cuatro colaboradores de su jefe de prensa, Sergio Poggi, que con apenas dos años en la Cámara alta ya consiguieron su efectivización con sueldos de las más altas categorías del escalafón (1 y 3).
Boudou apuesta a levantar un poco el perfil el próximo sábado, cuando Cristina Kirchner inaugurará un nuevo período de sesiones ordinarias. Ese día, pretende ofrendarle a la Presidenta la reinstalación, en las escalinatas del palacio, de las réplicas de los grupos escultóricos de Lola Mora, que fueron removidas del Congreso en medio de polémica a principios del siglo XX.